CRÍTICA DE CINE

'Mia y el león blanco': la niña y la bestia

Esta historia sobre la relación entre un animal y una menor tiene la extraña particularidad de no resultar sensiblera ni moralista

Beatriz Martínez

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Puede que haya muchas historias sobre la relación entre animales y niños, pero ‘Mia y el león blanco’ tiene una extraña particularidad: no resulta sensiblera ni moralista. Gilles de Maistre intenta filmar tanto el entorno natural como los vínculos afectivos que se crean entre la niña y la bestia desde un punto de vista transparente (sorprende la química entre la joven actriz y el felino), sin artificios y sin ocultar las zonas oscuras, como la caza como industria turística en África.

El resultado es una tierna fábula familiar que funciona como una historia de iniciación y como un relato didáctico de compromiso ecológico.