Eagle-Eye Cherry, la música como hogar

Entró en el ‘show business’ con todo a favor: apellido patricio y un primer sencillo, ‘Save tonight’, éxito global en 1997. Pero Eagle-Eye Cherry acabó saturado y tratando de reencontrar las razones de su vinculación a la música. Las temáticas de su último disco, ‘Streets of you’, lanzado el pasado octubre, suenan a la historia de su vida. “Canciones sobre cambios, sobre dejar algo atrás y volver a casa”, explica el músico sueco-estadounidense, que este sábado ofrece un concierto único en Catalunya en Girona (teatro Municipal), dentro del festival Strenes.

El hijo del trompetista free-jazz Don Cherry (fallecido en 1995) y hermano pequeño de Neneh Cherry se dirige “a todo el mundo” en la pieza ‘Streets of you’, un luminoso ‘up-tempo’ pop con guitarra acústica, ya que “cualquiera puede identificarse con la historia de un desengaño amoroso, cuando todo te recuerda a esa persona, no ves escapatoria, pero una canción te hace sentir libre y te brinda un nuevo comienzo”, explica Eagle-Eye. “Es así como me siento en la música”, añade. El propósito final es “que la gente diga: ‘sí, sé exactamente de qué me estás hablando’”.

Un cambio de ciclo

El disco llega seis años después de ‘Can’t get enough’, que a su vez rompió una pausa de otros nueve años. Largos silencios. “Con mis primeros tres discos me metí en una vorágine de promoción y giras, y necesitaba un respiro. Mis amigos habían dejado de llamarme, mi vida privada se resentía. Pero no esperaba que ese período se dilatara tanto”, cuenta Eagle-Eye Cherry, cuya vida ha basculado entre Estocolmo, donde nació y reside en la actualidad (“un lugar tranquilo y bueno para componer, pero previsible”) y Nueva York, que fue su hogar de juventud.

Podría parecer que, por sus antecedentes familiares, su futuro profesional estaba determinado, pero Eagle-Eye Cherry se interesó primero por el arte dramático y llegó a actuar en películas como la comedia de Dudley Moore ‘Arthur 2’ (1988). Neneh Cherry se preparaba entonces para su rompedor debut en solitario, ‘Raw like sushi’ (1989). “Recuerdo cuando experimentaba en Gran Bretaña con Rip, Rig + Panic. Lo que hacían apuntaba hacia muchas de las cosas que se hacen actualmente. Pero lo importante de Neneh es que no puedes confundirla con nadie: suena a ella”, destaca. “Y me ha marcado mucho su posición distante ante la fama, su manera de tener los pies en el suelo”.

Los consejos paternos

Cuando se decidió por la música y lanzó su primer álbum, ‘Desireless’ (1998), el ajetreo de las giras fue para él “algo muy familiar” que le transportaba a su niñez. “Cumplí los seis años en Japón, en uno de los ‘tours’ de mi padre, y de pequeño era normal para mí estar en movimiento”. Pero la música de Don Cherry está lejos de su cabeza. “Palabras mayores”, replica. “Pero tengo presentes sus consejos: ‘hazlo simple’, decía, y ‘no imites a nadie, no trates de sonar como Miles Davis, sé tú mismo’”.

La guitarra acústica, “más atemporal que la eléctrica”, fue su aliada para encontrar su sonido, alimentado, desliza, por trovadores como Bob Dylan, Neil Young y Tom Petty. Su rápido éxito llamó la atención de Santana, que le fichó para su popular ‘Supernatural’ (1999). El gurú mexicano le recordó a su padre, asegura. “Era igual de espiritual”.

Superados sus años más dubitativos, Eagle-Eye Cherry ha encontrado la manera de convivir con la música, tomándose la composición como un trabajo cuando su vida familiar (es padre de una niña) se lo permite. “Antes encendía velas, quemaba incienso, abría una botella de vino y me decía: ‘¡tengo que ser creativo!’. Ahora lo disfruto sin todo eso”, explica. Así, ¿no pasarán tantos años para el próximo trabajo? “Pues no sabría decir, porque lo de los discos quizá haya que replantearlo: en Suecia, el 85% de la música ya es en ‘streaming’ y solo encuentras algunos discos en el súper o en la gasolinera”.