ENTREVISTA CON UN HISTÓRICO DE LA VIÑETA

Manara, el maestro del cómic erótico, contra el populismo

Milo Manara, este jueves, recién llegado para participar en el Cómic Barcelona.

Milo Manara, este jueves, recién llegado para participar en el Cómic Barcelona. / periodico

Anna Abella

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Nadie como Milo Manara (Luson, 1945) ha mostrado tan bien la erótica femenina en una viñeta, con hitos como ‘El Clic’ o ‘El perfume del invisible’. “Hoy tengo una cierta edad –asume a sus 73 años con una sonrisa-. Y, obviamente, mi interés por la sexualidad es menos activo, menos físico y tengo una visión más contemplativa y estética”. De ahí que, como “cada fruto tiene su temporada”, se haya inclinado hacia un no menos brillante cómic histórico, que no olvida las escenas sensuales o lascivas, con títulos como ‘Los Borgia’ y ‘Caravaggio’ (todos en Norma), del que presenta el segundo y último volumen en el Cómic Barcelona. 

Y en esas páginas, por ejemplo, Manara dibuja una delicada escena de masturbación femenina. “No creo que sea ya tabú. Sabemos que Caravaggio usaba modelos reales y, o vio a la Magdalena en éxtasis o vio a una mujer teniendo un orgasmo. Es claramente lo segundo, como la santa Teresa de Bernini y otras obras. Lo dibujé como provocación porque el éxtasis es siempre éxtasis y no debe escandalizar”.

Si un día recibió alguna crítica por “usar a la mujer como objeto”, ahora ha hecho las paces con los colectivos feministas. “En mis encuentros con ellos lo hemos hablado y me han absuelto”. Las cosas han cambiado desde los 70, cuando el autor italiano empezó a dibujar y “el cómic erótico era necesario por su papel liberador de tabús”. 

"Pensé la historia antes del MeToo. Dos mujeres ayudan a Caravaggio. La condesa Colonna, que fue real, e Ipazia, inventada pero que lleva el nombre de una protofeminista real del siglo III", explica el dibujante

Ahora, en ‘Caravaggio 2’ son dos mujeres, fuertes, dinámicas, resolutivas, las que salvan y ayudan continuamente al artista cuando se deja llevar por sus demonios interiores y se mete en serios líos. “Pensé esta historia antes del MeToo –constata Manara-. Una es la condesa Colonna, un personaje histórico real, que siempre ejerció de protectora con él, que se refugió en sus tierras cuando fue condenado a muerte por asesinato y huyó a Nápoles”. El otro personaje femenino, Ipazia [o Hipatia], joven de una ‘troupe’ de saltimbanquis, es invención. “Pero lleva el nombre de una protofeminista real que vivió en Alejandría, en Egipto (en el siglo III), una gran astrónoma que fue asesinada por herética porque decían que era intolerable que una mujer tuviera semejante conocimiento científico”.

Vida de héroe de cómic

“Ipazia encarna la gracia, el elemento que siempre interviene para salvarlo”, explica. Porque Caravaggio, de nombre Michelangelo Merisi, con quien solo comparte las iniciales, bromea, tuvo “una vida de héroe de cómic, picaresca, de espadachín, que recuerda al capitán Alatriste. Vivió todo tipo de aventuras, mató a alguien, fue encarcelado, liberado, viajó muchísimo, a Nápoles, Malta, Sicilia…”. 

Recuerda Manara que de niño, antes de saber que era de Caravaggio, se enamoró de una imagen de la Crucifixión de San Pedro que había en la portada del Catecismo escolar. “Tenía una potencia evocativa y un realismo tal que me impresionó”, cuenta. “Si hoy viviera trabajaría en el cine. Como pintor trabajaba para lograr un realismo increíble, se cuidaba del ‘set’, las luces, creaba una ambientación, buscaba los actores, que eran modelos vivos que encontraba en la calle”. 

"Me escandalizan las injusticias y las desigualdades, los mares llenos de plásticos... Y me preocupa mucho el problema de los inmigrantes, consecuencia lógica del desequilibrio entre países ricos y pobres"

Hoy, opina Manara “el nivel de la cultura ha bajado. Se considera cultura lo que sale en la tele o en las redes sociales. Faltan grandes maestros o referentes”. Y hay muchas cosas que le escandalizan del mundo actual: “Las injusticias y las desigualdades, los pobres son cada día más pobres y los ricos más ricos. Los mares llenos de plásticos… Me preocupa mucho el problema de los inmigrantes, que son la consecuencia lógica del desequilibrio entre países ricos y países pobres y de las diferencias increíbles dentro de un mismo país. No podemos pensar que esta gente se debe quedar de brazos cruzados mirando a los países ricos sin intentar salir de la insensatez del sistema”. 

"Lo más triste y grave es que es muy difícil que las cosas cambien. Los políticos solo piensan en ganar las elecciones y no se preocupan de solucionar problemas"

“Lo más triste y grave es que es muy difícil que las cosas cambien. Porque hay el poder económico, que es global, y el político, que actúa a escala nacional. Además, los políticos solo piensan en ganar las elecciones en vez de preocuparse de solucionar problemas. Es la primera vez que miramos al futuro sin confianza y con miedo”, lamenta mostrándose también muy preocupado por el populismo que invade el mundo. “No voy a votar, ya no lo hice en las últimas elecciones porque me parece inútil. El populismo solo busca ganar elecciones y no tiene ningún proyecto de futuro, no construye nada. Son políticas inútiles”. 

Ante todo ello, asegura, “la cultura es el único antídoto, el único camino para que las cosas cambien”. Por eso intenta autoconvencerse de que su trabajo puede contribuir a salvar la cultura.