Peter Bagge: "Me hace gracia la expresión 'viejo amargado', porque no hay nada más amargado que un joven"

La editorial La Cúpula recopila en dos tomos 'Mundo Idiota', el cómic de culto del autor neoyorquino que también firmó el popular 'Odio'

ICULT  PETER PAGGE

ICULT PETER PAGGE / periodico

Kiko Amat

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Hubo un tiempo, cuando yo tenía veinte años, en que tres cosas explicaban mi posición en la sociedad: el hardcore punk, el filme 'Clerks' y el cómic 'Odio', de Peter Bagge. Las tres cosas compartían rencor: airado en el primer caso, estupefacto en el segundo, hilarante en el tercero. El odio adolescente es tan patético que resulta cómico, y poca gente lo ha explicado mejor que este autor de cómics neoyorquino. Buddy Bradley, su personaje más querido, es la imagen del resentimiento juvenil. Al leer 'Odio' o 'Mundo Idiota' uno se sentía acompañado en el ansia de desquite universal. Tu trabajo, familia, pareja, ciudad, país, y también década (los 90), seguían apestando, pero ya no sufrías solo. Los friquis alienados del planeta le debemos un templo a Bagge, pero mientras no empiezan las obras de construcción charlaremos con él un rato.

Tanto 'Odio' como 'Mundo Idiota' son destilados de resentimiento social, mayormente adolescente. ¿Todo ese odio artístico surgía de tu odio interno?

Todos los personajes estaban basados en mi familia y amigos. Ahora mismo estoy escribiendo una memoria de mi hermano mayor, que murió hace veinticinco años, y he vuelto a recordar ese rencor adolescente. Supongo que todos los adolescentes son así, pero yo me basé en mi círculo más cercano. Los 'teenagers' dan la impresión de ser particularmente neuróticos, pero no creo que sean especiales. La mayoría de la gente es así.

Ambos cómics coinciden con la época desasosegada del grunge. 'Odio' y Mudhoney decían lo mismo.

En aquel momento no pensé estar articulando ningún 'zeitgeist'. No veía a 'Odio' en sintonía con los tiempos que corrían, porque me estaba inspirando en mi propio pasado y juventud, a finales de los setenta. Me sorprendió que 'Odio' hablara por la Generación X, pues yo soy un 'baby boomer', un niño de los 50. La gente en la que me inspiré en realidad tenía quince años menos que la gente que acabé plasmando. Que nadie notara la brecha generacional dice mucho de lo poco que había cambiado el espíritu entre una década y otra.

"Muchos de mis lectores adolescentes han seguido leyendo lo que hago, pero cómics como 'Odio' o 'Mundo Idiota' tienen una audiencia perpetuamente juvenil"

Un músico español me dijo que uno de sus grandes logros fue hablar para una generación diez años más joven. Es tu caso.

Desde luego. Aunque mi generación también se sintió interpelada. El tipo de cómics que hago yo (alternativos, 'underground', como quieras llamarlos…) tienen un público inherente, que parece ser gente en edad universitaria, en la veintena. Una vez han pasado la veintena, y se hacen mayores, empiezan a pensar en hipotecas, hijos y carreras, y el deseo de ir a una tienda molona a comprar cómics raros deja de ser prioridad. Así que mis lectores no envejecen. Muchos de mis lectores adolescentes han seguido leyendo todo lo que hago, pero cómics como 'Mundo Idiota' y 'Odio' tienen una audiencia perpetuamente juvenil.

Hay un sector ultrasensible de jóvenes en redes sociales que no sé si apreciarán ciertos aspectos de tu obra.

No hace mucho un chaval muy joven publicó un artículo indignado sobre mí. Asumió que yo era una persona horrible, solo porque a veces mis personajes dicen cosas horribles. No acabé de entender si el chaval era obstinadamente ignorante, o solo estúpido. La entrevista fue absurda: me iba citando frases de mis personajes, tomándolas en el sentido más literal posible, incapaz de creer que yo no las creyese. Desde su punto de vista, si cualquiera de mis personajes decía algo racista o sexista, yo necesariamente tenía que haber pensado lo mismo. En otros casos, como el de mi reciente biografía de Zora Neale Hurston, la escritora afroamericana, un puñado de personas (chicas jóvenes de color, en su gran mayoría) afirmaron que "sentían" que me estaba burlando de ella, mientras que otras "sentían" que yo no era el autor adecuado... Lo que en realidad querían decir, naturalmente, era que un hombre blanco no debería escribir sobre ese tema. Es una actitud generacional. Todas las buenas críticas de aquella biografía (y hubo toneladas de ellas) estaban escritas por gente mayor de cuarenta años. Me resulta chocante esta brecha generacional, y cómo se interpone entra la audiencia y ciertas obras.

¿Te quita el sueño?

Me preocupan los editores, y mi relación con ellos. Si ven que una franja notable de la audiencia objeta a mis obras no van a darme trabajo. Escribí el libro sobre Zora Neale Hurston porque la admiro. Es una ridiculez supina afirmar que escribí ese libro con "malas" intenciones. Lo triste es que los editores no ignoran esas ridiculeces. Les preocupa ofender al público juvenil y se doblegan ante gente que está completamente convencida de su rectitud moral. Todos hemos visto cómo algunos negocios se han ido al garete después de un incendio moral de Twitter, y ningún editor quiere ser el siguiente. Lo comprendo. Pero yo solo puedo escribir de forma honesta.

"Los 'nerds' han tomado el poder, pero hace décadas ser un 'nerd' no solo era anormal sino totalmente inaceptable"

Tiempo atrás los friquis estaban en lo más bajo de la cadena alimenticia, y escribir sobre ellos era un acto valiente.

Los 'nerds' han tomado el poder. Ahora ser 'nerdy' mola y es más o menos normal, pero hace décadas no solo era anormal, sino totalmente inaceptable. Los friquis eran la gente a la que zurraban a la salida de los institutos [ríe]. Los padres de hoy muestran una gran indulgencia con sus hijos 'nerds', porque ha desaparecido el estigma, pero cuando yo era un niño lo de ser 'nerd' se mantenía en secreto. Leías cómics a escondidas. Ahora la gente hace largas colas para ver la última de Los Vengadores, pero en aquella época los friquis de los superhéroes eran el hazmerreír.

Tus cómics hablaban de friquis, pero siempre evitaste la parte cuca. 'Odio' está lleno de violencia. Es la verdadera revancha de los novatos.

Aunque yo no soy una persona violenta, hice que el personaje principal de 'Odio' representase mis deseos ocultos de venganza. Para que fuese un personaje con interés, le hice mucho más tajante y cabreado de lo que yo era. Es una versión exagerada de mí mismo, y sus reacciones emocionales son mucho más evidentes. Pero cuando leo mis cómics anteriores, incluyendo 'Mundo idiota', me sorprende la rabia y el resentimiento real, no exagerado, que supuran. Me obliga a preguntarme qué me pasaba entonces, porque ya no me siento así [ríe]. De nuevo, creo que ese vitriolo e insatisfacción es común entre adolescentes. Me hace gracia que la gente utilice la expresión "viejo amargado", porque no hay nada más amargado que un joven. Creo que es porque quieres tantas cosas, y a la vez eres consciente de que no vas a oler casi ninguna de ellas, que te vuelves medio loco de resentimiento e insatisfacción.

"Trump está blindado contra la sátira: cualquier salvajada que inventes no estará a la altura de lo que él dice y hace de verdad"

Les profesas un afecto patente a personajes idiotas. Studs Kirby es un 'redneck' estulto, pero en 'Mundo Idiota' le miras con genuino amor.

Cuando creé a Studs era un personaje unidimensional, la caricatura de un presentador de tertulias radiofónicas de derechas. Lo utilizaba para reírme de mí mismo. Junior y Studs son dos representaciones opuestas de mi personalidad. Junior personifica los aspectos más timoratos que hay en mí, mientras que Studs es el reaccionario que habita en mi interior, y suelta todas esas cosas que piensas a veces y que sabes que no deberías pensar. Con el tiempo les fui transformando en personajes más matizados. Studs continuó siendo un presentador de tertulias radiofónicas de derechas y un tipo bastante horrible, pero más complejo, con más puntos débiles. Irónicamente, dejé de escribir cómics de Studs Kirby cuando vi que los presentadores de tertulias radiofónicas de derechas del mundo real se estaban convirtiendo en personajes más caricaturescos que Studs Kirby. Dejó de tener gracia. Lo mismo sucede con Donald Trump: está blindado contra la sátira. Las bromas sobre Trump nunca hacen reír porque es un personaje ridículo. Cualquier salvajada que inventes no estará a la altura de lo que él dice y hace de verdad.

¿Fue 'Odio' grande en España, o fueron imaginaciones mías? (carezco de estadísticas que refuercen o refuten esa sospecha)

'Odio' se ha traducido repetidas veces al alemán y al francés, por ejemplo, pero es innegable que tuvo más éxito en España que en ningún otro país de Europa. Es posible que la faena del traductor contribuyese a su popularidad. Hernán Migoya hizo una faena excelente, es el único de los traductores de 'Odio' que me escribía con preguntas sobre referencias culturales norteamericanas. Cuando yo le explicaba algo, Migoya buscaba un equivalente español. Lo que me intriga ahora es qué narices tradujeron los que no me consultaron [ríe].

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