TESTIMONIO DE LA ALEMANIA DE HITLER

La novela perdida sobre el acoso nazi

Alemania rescató en el 2018 'El pasajero', escrita en 1939 por el judío Ulrich Alexander Boschwitz, que murió en 1942 a los 27 años

El escritor Ulrich Alexander Boschwitz y el buque 'Abosso', donde murió tras ser torpedeado por los alemanes en 1942.

El escritor Ulrich Alexander Boschwitz y el buque 'Abosso', donde murió tras ser torpedeado por los alemanes en 1942. / periodico

Anna Abella

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 “Veo lo cerca que está la muerte, que viene pisándonos los talones. Solo es preciso correr más rápido que ella. Si uno se detiene, se hunde, se empantana. Solo cabe correr, correr, correr”, piensa el protagonista de ‘El pasajero’ (Sexto Piso / en catalán, en mayo, en L’Altra), un judío acomodado que tras los pogromos de la Noche de los Cristales Rotos (1938), para no ser detenido por el régimen nazi, se ve obligado a una huida desesperada, de ciudad en ciudad, de tren en tren, con todo el dinero que ha podido salvar metido en un maletín. En el personaje de Otto Silbermann, que se lamenta de vivir una “época que hace que dudemos de todo y de todos”, volcó sus propios miedos, ansiedades y reflexiones su creador, el también judío berlinés Ulrich Alexander Boschwitz.

Era un joven escritor que abandonó Alemania en 1935 después de la aprobación de las leyes raciales de Núremberg y que recorrió Suecia, Noruega, Francia, Luxemburgo y Bélgica antes de instalarse en Inglaterra en 1939. Allí, con el inicio de la guerra, fue considerado, como todos los alemanes, y pese a haber huido de ellos, “extranjero enemigo” e internado en el campo de concentración en la Isla de Man para luego ser deportado en 1940 a Australia en el ‘HMT Dunera’, barco tristemente famoso por los malos tratos a los prisioneros. 

Torpedeado

Tras dos años en otro campo, Boschwitz moría a los 27 años cuando un submarino alemán torpedeó el ‘Abosso’, donde se había embarcado para volver a Inglaterra. Aunque entre 1939 y 1945 publicó en Inglaterra, Estados Unidos y Francia, bajo seudónimo de John Grane, una primera versión de ‘El pasajero’, la novela, que acaba de publicarse en España, no vio la luz en Alemania hasta el año pasado, 80 años después, convirtiéndose en uno de los libros del año y siendo traducido a 20 lenguas.

No era un texto que encajara en la Alemania de posguerra, volcada en pasar página del nazismo y en olvidar el Holocausto. El joven escritor, según se desprende del testimonio de un compañero y de las cartas que envió a su madre, cuando murió llevaba consigo el manuscrito en una nueva versión revisada que se hundiría con él.  

La primera copia original del mecanoscrito fue depositada en los 60 en el Archivo del Exilio de la Biblioteca Nacional de Alemania (Fráncfort), donde pasó décadas olvidada hasta que en el 2015 una sobrina de Boschwitz puso sobre la pista de ‘El pasajero’ al editor alemán Peter Graf, quien tras leerla y constatar su calidad literaria y testimonial decidió publicarla, por vez primera, en alemán.     

La novela, uno de los primeros textos literarios sobre la persecución judía, la escribió en pocas semanas, aún conmocionado por las noticias que le llegaban de la Noche de los Cristales Rotos. Pero en sus páginas reflejó las traiciones, la impotencia, las angustias, dudas, desconfianzas e inquietudes sufridas antes por él y su familia (su hermana logró llegar a Palestina en 1933 y su madre huyó de Alemania con él; el padre había muerto en combate en la primera guerra mundial, donde también luchó el protagonista de ‘El pasajero’). También volcó la intuición de que cosas mucho peores estaban por llegar.