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'Meet Van Gogh': una experiencia interactiva para tocar la obra del pintor

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Eduardo de Vicente

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El caso de Vincent Van Gogh es de aquellos que hacen reflexionar. Luchó durante toda su vida por encontrar una manera diferente de pintar, nadie entendió su arte (está claro que se avanzó a su época) y murió solo e incomprendido. Sin embargo, su obra ahora resulta más actual que nunca, se pagan fortunas por sus cuadros y es uno de los artistas más respetados por el público en general, no solo por los expertos. Tras el estreno casi simultáneo del documental De los campos de trigo bajo cielos nublados y del filmeVan Gogh, a las puertas de la eternidad, con Willem Dafoe, ahora llega a Barcelona la esperada exposición Meet Vincent Van Gogh.

Para empezar hay que aclarar que no se trata de una simple muestra de sus cuadros, es una experiencia interactiva compuesta por reproducciones de sus obras más famosas, la mayoría en pantallas gigantes de plástico que posibilitan que podamos hacernos fotos simulando que estamos en medio de uno de sus cuadros. El recinto, de más de 1.500 metros cuadrados, se ubica al final del Port Vell, en el Pla de Miquel Taradell. Antes de entrar ya podemos hacernos las primeras instantáneas poniendo nuestras caras en Los comedores de patatas o en su célebre Los girasoles.

Una audioguía gratuita y actividades infantiles

Podemos hacer la visita con una audioguía (incluida en el precio de la entrada) en castellano, catalán o inglés y, a través de los auriculares iremos conociendo más detalles de su vida. Los niños reciben un cuaderno de ejercicios también en estos tres idiomas para que el recorrido sea más ameno. En los mismos deben buscar detalles en la exposición y anotarlos.

En el prólogo se nos muestra su árbol genealógico familiar y datos biográficos para luego entrar en el espacio dedicado a El campo de trigo. En una pantalla triple se proyecta un documental que nos muestra cómo trabajaba y daba forma a sus pinturas. La narración nos ofrece muchos datos y vemos algunos de sus cuadros.

Mesas y objetos de trabajo

La primera sala está dedicada al artista emergente y tiene muchas mesas de madera con objetos relativos a su entorno: velas, lámparas, pinturas, vasos, botellas (una de ellas de absenta, limones, sus cartas, pinturas, bocetos, libros o esculturas. Todo se puede tocar y  podemos ver otro audiovisual.  Los peques se sitúan en unas mesas de trabajo para dibujar un marco en perspectiva y también se dedican a buscar los elementos del citado cuadernillo. Una pista: para encontrar el símbolo V♥K o las botas usadas no solo hay que mirar en la parte superior de las mesas…

El siguiente apartado se sitúa en el sur, en la Provenza francesa, el lugar donde descubrió el color y fue más feliz. Allí, además de las enormes reproducciones de su obra, se encuentran unas balas de paja y un pajar para seguir contemplando vídeos, el cuadro de La cosecha con una sección ampliada para que podamos notar el volumen de sus pinceladas, una lente para ampliar rincones de El dormitorio, Gambas y mejillones o Marina de Saintes Maries y percibir detalles casi invisibles o montarnos en un carro como los de sus pinturas.

Sentarse en su famoso dormitorio

Los niños (y bastantes adultos) pueden situarse sobre una plataforma para pintar a distancia con las manos. Les parecerá mágico. Pero para los mayores lo más increíble será poder tumbarse en la cama de una reproducción a tamaño natural de El dormitorio o sentarse en sus sillas. Todos los elementos están en el mismo lugar en que los pintó Van Gogh… excepto uno. Aquí, padres e hijos se disputan el honor de ser quien los encuentre antes.

En La casa amarilla veremos mediante sombras chinescas cómo trabaja el pintor con sus colegas y, a la derecha, un espacio negro que parece vacio, se ilumina y aparece un paisaje con flores. Enfermedad y creatividad nos muestra su estancia en el psiquiátrico donde permaneció, sus famosos autorretratos y, a través de una ventana podemos comparar el paisaje que veía con sus cuadros.

Objetos de regalo

El recorrido finaliza en una sala donde, además de los habituales documentales, se exhiben mini reproducciones de la mayoría de sus cuadros. Los más aficionados pueden detenerse antes de salir en una tienda donde venden todo tipo de objetos con motivos de su obra: el catálogo de la muestra, libros (de información o con actividades infantiles), bolígrafos, camisetas, tazas, bolsos, abanicos o paraguas. La duración aproximada de la visita es de una hora y media y resulta ideal para conocer más de Van Gogh, divertirse y hacer unas fotos para presumir delante de los amigos. Y es que verse en medio del dormitorio o entre los campos del artista es todo un lujo...