UN HISTÓRICO DEL CÓMIC

25 años sin Escobar, el visionario creador de Zipi y Zape

En el aniversario de la muerte del maestro del tebeo y padre de los populares Carpanta y Petra, Bruguera relanza las aventuras de los traviesos gemelos

El popular dibujante de Bruguera Josep Escobar, en su estudio, en una imagen de archivo.

El popular dibujante de Bruguera Josep Escobar, en su estudio, en una imagen de archivo. / periodico

Anna Abella

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Creador de iconos tan populares del tebeo como Zipi y Zape, Carpanta y Petra, Criada Para Todo, siempre con su inseparable pipa, se autodefinía Josep Escobar (1908-1994) como un "historietista nato" que, como recogía Antoni Guiral en 'Cuando los cómics se llamaban tebeos', auguraba: "La historieta es algo importante y que con el tiempo lo será todavía más. Y sin lugar a dudas, se establecerá un premio Nobel de la Historieta. Sí señor". "Se veía como un 'ninotaire' -constataba este martes su nieto Sergio-. Siempre estaba dibujando, incluso los fines de semana, mientras nosotros jugábamos en el campo". "Era un maestro, un gran amigo, gran compañero, gran artista, un hombre sencillo y muy trabajador", añadía un Francisco Ibáñez que siguió sus pasos en la mítica Bruguera tras leerle ya de jovenzuelo. 

era "un visionario", se sumaba el escritor Javier Pérez Andújar, mostrando la polifacética visión de un dibujante que fue además actor de teatro y dramaturgo, creador de cursos de dibujo por correspondencia en plena posguerra, un avanzado en el cine de animación ya desde 1925, cuando con José Bosch hizo el filme 'La rateta que escombrava l’escaleta', al que seguirían otros como 'Érase una vez' (1950), premiado en el Festival de Venecia. Y también inventor: de un recipiente para transportar picadura de tabaco o del Cine Skob, un Cinexin 'avant la lettre' que puede verse en la pequeña exposición de 12 originales y otros objetos personales de Escobar (no faltan dos de sus pipas ni sus pinceles) de la colección privada de la familia que hasta el 30 de mayo luce en la Fnac Triangle de Barcelona. 

Ahora, al cumplirse, el próximo domingo, 25 años de su muerte, la nueva Bruguera bajo el paraguas de Penguin Random House homenajea a Escobar con una reedición de las 16 aventuras largas de Zipi y Zape, sus personajes de más éxito, de los que llegó a dibujar más de 10.000 páginas. El 4 de abril salen a la venta las dos primeras , 'La vuelta al mundo' (de 1970) y 'El tonel del tiempo' (1971), en junio, 'Detectives en acción', y en otoño 'Lo mejor de Zipi y Zape'. "Es una reedición que además de al público de siempre busca llegar a un nuevo lector, a los niños de hoy", porque estos traviesos gemelos "tienen unos valores universales y atemporales", considera Sergio Escobar.

Nuevo logotipo y revisión de color

Este rescate, tras cinco años ausentes de las librerías, se caracteriza por un nuevo logotipo y guardas, una revisión de la rotulación y del color. "Por ejemplo, el rubio de Zipi -señala la editora Isabel Sbert-, que antes iba del rubio ceniza al pelirrojo". Y también, añade, "una revisión lingüística, sutil y respetuosa con el original, para adaptar expresiones o frases que han quedado descontextualizadas para el lector actual". 

Pérez Andújar insiste en lo de "pionero". Aunque con ocho años ya sabía que sería dibujante (hacía tebeos que prestaba a sus amigos), con 12 ya pintó un mural de seis metros en la calle de San Roc de Granollers. Eran caricaturas de sus héroes del Barça Samitier, Zamora… "Pensó que sería una buena forma de darse a conocer, se avanzó al arte urbano, al 'street art', a Banksy", explica el escritor. Aunque una semana después se dio cuenta de que se había olvidado de firmarlo. 

En prisión por republicano

En los años 20 y 30 dibujó en 'Virolet', 'Sigronet', 'Papitu', 'Pocholo'… y entró, en 1924, en El Gato Negro (luego Bruguera) a la vez que ganó plaza de funcionario de Correos, como su padre, que perdería tras la guerra al ser depurado por el franquismo, pues había sido miembro del Sindicat de Dibuixants Professionals y hecho caricaturas políticas en 'L’Esquella de la Torratxa'. Por su pasado republicano fue condenado por "auxilio a la rebelión" a seis años y un día de prisión (donde dibujaba caricaturas a los presos) aunque salió al año y medio, volviendo a Bruguera. 

Escobar fue un pionero que fue represaliado por el franquismo, dio protagonismo a las mujeres en sus series, e intentó siempre burlar la censura 

Ahí nacieron Carpanta, Zipi y Zape... y sus numerosos personajes femeninos. "Fue uno de los dibujantes de la época que dio más protagonismo a las mujeres en sus series, con Petra, Doña Tula, Blasa, Doña Tomasa, Doña Trini… Creo que fue por sus valores democráticos y republicanos forjados desde la escuela -opina Pérez Andújar-. En 'La vuelta al mundo', doña Jaimita, que tenía un 'look' como el de la Olivia de Popeye, llevaba pantalones. Y como había sido represaliado, se la metía doblada a la censura: en 'El tonel del tiempo', cuando Zipi y Zape llegan a la antigua Roma, un romano saluda al césar con el brazo en alto y este le dice que puede bajarlo, que no llueve. Es lo que se pensaba en España cuando lo levantaban los fascistas". O reflejando, con Carpanta, el hambre de la generación de posguerra, aunque la censura le reprendiera, porque "en la España de Franco no se pasaba hambre".

En 1957, junto a otros grandes, Cifré, Conti, Giner y Peñarroya, abandonó Bruguera para crear 'Tío Vivo' y reivindicar el trabajo de los dibujantes como dueños de sus personajes. Carpanta o Petra, anclados a la sociedad de posguerra, no han sobrevivido al paso del tiempo. Pero sí Zipi y Zape, para quienes los herederos proyectan una película animada y buscan dibujantes para nuevas aventuras adaptadas al siglo XXI: la madre de los gemelos, doña Jaimita, ya no aparecerá siempre pelando patatas y su marido, Pantuflo Zapatilla, ya no tendrá tanto poder patriarcal. Pero seguirán siendo tebeos y habrá que ver si los traviesos gemelos seguirán siendo enviados al cuarto de los ratones. 

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