CRÍTICA DE CINE

Crítica de 'The dirt': locura y caída de unos iconos del glam metal

El biopic de Mötley Crüe firmado por Jeff Tremaine ('Jackass') funciona mejor como comedia cafre que como drama de redención

Un fotograma de 'The dirt'

Un fotograma de 'The dirt'

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Entra dentro de toda lógica que Jeff Tremaine, cocreador de la serie 'Jackass' y director de sus cuatro películas, haya optado por un biopic de Mötley Crüe para debutar en lo narrativo. Al fin y al cabo, los componentes del grupo glam metal del Sunset Strip fueron como antepasados de Knoxville, Margera y toda aquella troupe masoquista. Observas corretear medio desnudo a Tommy Lee (Colson Baker, más conocido como el rapero Machine Gun Kelly) por los pasillos de un hotel, asustando a la pobre gente mayor, y crees que en breve hará lo mismo con disfraz de panda. En otra secuencia, un joven Ozzy Osbourne (Tony Cavalero) esnifa hormigas antes de dar unos lametones a su propia orina.

No, no, al contrario que los responsables de 'Bohemian rhapsody', Tremaine no se corta a la hora de retratar los excesos rock de otra época. Su película es bastante fiel a 'Los trapos sucios', la famosa autobiografía coescrita por el grupo con el periodista Neil Strauss. ¿Fiel a la realidad? Eso ya no lo tiene claro Tremaine, como tampoco Strauss. De ahí que se cubra las espaldas reconociendo la poca fiabilidad de estos narradores en alguna divertida ruptura de la cuarta pared.

'The dirt' funciona mejor cuando es comedia cafre y casi parodia del modo de vida rock'n'roll, como una 'This is Spinal Tap' con la escatología subida al 11, que cuando vira, en su segunda mitad, hacia terrenos dramáticos, empezando por el puñetazo de Tommy Lee a su prometida Roxy (Jordan Lane Price); aquí no se esquivan los abusos, como en 'Straight outta Compton'. Todo lo referido al fallecimiento de la hija de Vince Neil (Daniel Webber) se plasma con la obviedad dramática del peor telefilme.

Es culpa del guion, no tanto de los actores. Los mayores placeres de 'The dirt' radican en las perfectas composiciones de su elenco central, en particular ese Machine Gun Kelly como batería medio atolondrado, seguido de cerca por Iwan Rheon en un papel no de villano a lo Ramsey Bolton, sino de tipo más o menos calmado en mitad de tres tormentas; el guitarrista Mick Mars era el 'viejo' del grupo, y su veteranía era un grado y no una losa.