DE LA ESPAÑA TARDOFRANQUISTA A LA RDA Y MAYO DEL 68

Secretos inconfesables

Con 'La sospecha de Sofía', la escritora Paloma Sánchez-Garnica viaja a Madrid, París y Berlín para tejer un 'thriller 'intimista que mezcla espionaje y misterios familiares en una época turbulenta

La escritora Paloma Sánchez-Garnica, ante el Muro de Berlín.

La escritora Paloma Sánchez-Garnica, ante el Muro de Berlín. / periodico

Carles Planas Bou

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Era el 19 septiembre de 1989 cuando Paloma Sánchez-Garnica visitó por primera vez la Berlín socialista. Apenas 40 días antes de la caída del muro que dividía la ciudad, se subió en un metro del sector occidental y pasó la “agobiante” zona de control para salir en lo que le pareció otro planeta, un lugar “detenido en el tiempo”. Esa imagen la marcó. 30 años después y convertida en una de las escritoras más celebradas de su generación regresa ahora a la traumatizada capital en su nueva novela, ‘La sospecha de Sofía’ (Planeta).

En su nueva obra Sánchez-Garnica parte del Madrid tardofranquista, donde una anodina familia burguesa recibe un golpe que cambiará sus vidas. Sofía es una joven brillante cuyas aspiraciones profesionales fueron truncadas al casarse, una decisión que la supeditó a los roles de una mujer 'comodiosmanda', relegada a la cría de sus hijas y al cuidado del hogar. Abogado e hijo de adeptos al régimen, Daniel recibe un día una carta anónima en la que se le revela que fue adoptado y que si quiere conocer la verdad sobre su origen debe viajar rumbo a París, donde aguarda su desconocido hermano.

Bajo esta intrigante premisa, ‘La sospecha de Sofía’ abre la puerta a un vendaval de encuentros, revelaciones, secretos familiares y acontecimientos históricos que la autora entreteje de forma quirúrgica, construyendo una novela que bascula entre el drama intimista y un 'thriller' que se enturbia a medida que pasan las páginas. “La historia privada de la gente, lo que no aparece en los diarios ni es fruto del estudio de historiadores, eso es mucho más brutal”, confiesa. Las artes oscuras de la Stasi, el aparato de inteligencia de la Alemania socialista, juegan en ello un rol clave.

Mujeres contra el yugo

Bajo la tensión de una novela de espías, Sánchez-Garnica vuelve a retratar los secretos y contradicciones de la España franquista, una constante en su obra que apasiona a la autora madrileña. “Me interesa saber de dónde venimos para comprobar un poco más lo que somos y poder afrontar mejor el futuro”, explica. “La literatura es una manera muy grata de hacerlo”. De Carrero Blanco a Nino Bravo, las referencias históricas son un guiño a esa realidad cambiante con destellos de modernidad.

Para enfocar esa sociedad pone el foco en Sofía, una chica oprimida por el yugo de los dogmas nacional-católicos de una dictadura cuyo machismo “desperdició talentos que habrían enriquecido el país”. Su rumbo vital se ve trastocado con el viaje de su marido. Como hizo en ‘Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido’ (con la que obtuvo el premio Fernando Lara 2016) y ‘La sonata del silencio’, la novelista desarrolla la complejidad emocional de una mujer en busca de su identidad y a quien da alas al sumergirla en un espiral de silencios, mentiras y peligrosas indagaciones sobre aquellos que la rodean.

Viaje por la historia

También licenciada en historia, Sánchez-Garnica no quería desaprovechar la ocasión de ampliar las fronteras más allá del Madrid en blanco y negro para hacer transitar a sus personajes por grandes momentos de la historia. Así, parte de la acción nos sitúa en el turbulento y contestatario mayo de 1968, en la París idealista y estudiantil que Bertolucci retrató en ‘Soñadores’ y que aquí sirve como catalizador de nuevas realidades para Sofía.

En sus 656 páginas ‘La sospecha de Sofía’ viaja también al otro lado, a la República Democrática Alemana (RDA), donde explora una vida gris marcada por el temor y la paranoia. Inspiración clara de este libro, se hace imposible no pensar en la reconocida película alemana ‘La vida de los otros’. Desde los ojos de la Stasi, el lector se convierte en un inquietante 'voyeur' de los secretos y los miedos ajenos.

Con ese tríptico de contrastes, la autora contrapone personajes de realidades enfrentadas para exponer las contradicciones de sus cosmovisiones, políticas que dividieron el mundo de posguerra, en un abanico de sentimientos encontrados y matices ideológicos. “Cuando les ponen frente al espejo es cuando les hace pensar, cuestionarse algo que tienen normalizado”, explica. Para la autora, eso es esencial para recordar que hay que “cuidar” los derechos adquiridos.

Desde su particular “habitación propia”, Sánchez-Garnica tardó un año y medio en conseguir arrancar esta magnética novela que además cuenta con el “regalo” de una banda sonora propia compuesta por su hijo Javier. Una lectura intensa, reflexiva e incluso asfixiante.