QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

Les Luthiers siguen haciendo reír con su humor sobre la música y el mundo

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Eduardo de Vicente

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La palabra "luthier" define a los constructores o reparadores de instrumentos de cuerda pero se ha popularizado en las últimas décadas gracias a la aparición de un popular conjunto argentino que utiliza esta denominación como un nombre que llevan 52 años paseando por el mundo. ¡Casi nada! Para quienes no los conozcan (¡alguien habrá!) combinan el humor con la música clásica y de otros géneros. Y, sí, también son luthiers porque fabrican unos insólitos instrumentos con elementos cotidianos que utilizan en sus espectáculos. Hasta la fecha han creado 46 con nombres tan sorprendentes como el contrachitarrone de gamba (cuerda), el yerbomatófono d’amore (viento) y el dactilófono o máquina de tocar (percusión).

Su público acude sabiendo que va a pasar un rato inolvidable y nunca defraudan. Ahora están de gira y podremos verlos en distintas localidades. Hoy es su última actuación en Barcelona, pero todavía podremos verlos en Manresa (12 de marzo), Sant Cugat del Vallés (14 y 15) y Granollers (17). Su nuevo montaje es, una vez más, una antología de sus mejores números titulada Viejos hazmerreíres.

Una formación renovada

En esta ocasión, los más fieles al grupo echarán de menos a dos de sus mejores componentes, Daniel Rabinovich, que era el más payaso de todos y arrancaba las mayores carcajadas y falleció en 2015 y Marcos Mundstock, el narrador de profunda voz radiofónica que no ha podido desplazarse por una enfermedad y ha sido reemplazado por Roberto Antier. Eso sí, ambos son tan inimitables que nadie puede ocupar su vacío. Podremos ver a dos de los más veteranos, Carlos López Puccio y Jorge Maronna, junto a tres nuevos componentes que se han incorporado desde 2015: Tomás Mayer-Wolf, Martin O’Connor y Horacio Turano.

El espectáculo se inicia con la aparición de los seis miembros del grupo vestidos, como siempre impecablemente, con sus americanas negras, pajaritas y camisas blancas y dos de ellos se sientan junto a una mesita en la que hay dos micrófonos para hacer Radio Tertulia, simulando un programa radiofónico que servirá para ir enlazando un número con otro. A lo largo de estos diálogos ironizarán sobre temas como la reproducción humana, centradas en las teorías de un experto en ginecología y obstetricia denominado Von Uther, las relaciones de los narcotraficantes con los gobiernos y las tramas retorcidas de las telenovelas. Durante los mismos también irán presentando temas del grupo London Inspection y, hacia el final, les hacen una entrevista donde demuestran su facilidad para ¿traducir? del inglés (uno de los momentos más divertidos).

De la zarzuela al cuarto de baño

El primer montaje que repescan es el más antiguo, la zarzuela Las majas del bergantín (1981), en el que los marineros de un barco español transportan a un grupo de forajidas piratas y los Luthiers interpretan a ambos bandos con cómicos resultados. Loas al cuarto de baño está destinada al lucimiento de los estrambóticos elementos que construyen, y aparecen en escena la desafinaducha, el nomeolbidet, el calephon da casa y la lira de asiento también denominada lirodoro, construidos respectivamente a partir de una ducha, un bidet, un aparato calefactor y un asiento de retrete. Solo de verlos ya se nos escapa la sonrisa.

Así hablaba Sali Baba ironiza sobre la espiritualidad centrada en un advenedizo gurú y sus enseñanzas sobre el cuerpo y la mente, mientras que Quién mató a Tom McCoffee es una pequeña historia de intriga en forma de blues donde dos policías intentan descubrir a un asesino misterioso interrogando a los tres miembros de una banda, todos ellos muy sospechosos.

Gastronomía y amor

En Receta postrera, una abuela y su hija se disputan el honor de explicar cómo hacer una crepe. Cada una ofrece un método distinto y surge la disputa. Todo ello acompañado por un nuevo instrumento visualmente muy espectacular. Se trata de la batería de cocina compuesta por 11 sartenes y seis ollas con sus respectivas cucharas de madera. Amor a primera vista es una parodia de una bossa nova a cargo de tres guitarristas y con final sorpresa.

Seguimos con temas (más o menos) románticos con Dilema de amor, que cuenta el romance entre dos jóvenes que se enamoran mientras dialogan sobre la Filosofía y, sobre todo, la Epistemología descubriendo un nuevo significado de esta palabra que (casi) nadie sabe lo que quiere decir. El espectáculo está a punto de acabar y han hablado mucho de Von Uther, pero aún no se ha mencionado al compositor más famoso de todos. No, no se trata de Beethoven, ni de Mozart, ni de Bach. Los fans de la banda argentina ya saben que nos referimos al mítico Johann Sebastian Mastropiero, quien dedicó una pieza al doctor especializado en obstetricia. Su mera mención provoca una ovación de los más fieles. Y se despiden tras un sketch básicamente instrumental (Pepper Clement sent the Messenger: nevertheless the reverent left the herd) que ejecutan con otros de los artilugios que crearon como el tubófono silicónico cromático o las tablas de lavar.

Una propina muy sorprendente

Si aplaudimos con fuerza, posiblemente nos hagan un bis centrado en los jóvenes de hoy en día y que resulta de los más sorprendentes y divertidos. Al final, el auditorio puesto en pie dice adiós a estos artistas originales que nos han hecho pasar, como de costumbre, dos horas en las que nos hemos reído con sus parodias musicales y del mundo loco en el que vivimos. Sus hazmerreíres puede que sean antiguos en algunos casos, pero nunca serán viejos. Gracias por amenizar medio siglo (o algo menos) de nuestras vidas con tantas sonrisas.