LA GLORIFICACIÓN DE LA DELINCUENCIA

La fascinación de las músicas populares por los forajidos: de Billy el Niño a El Vaquilla

El folk, el reggae, el rap gangster, el narcocorrido y la rumba quinqui han exaltado a delincuentes de todas las épocas

Una imagen del grupo Los Chichos.

Una imagen del grupo Los Chichos. / periodico

Nando Cruz

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Pablo Escobar no es, ni de lejos, el primer o el único delincuente convertido en icono popular.Pablo Escobar Antes de que el cine y las teleseries glorificasen las hazañas de los grandes forajidos (de Robin Hood al pirata Barbanegra), la música ha sido el gran fabricante de mitos sobre personajes que hicieron fortuna al margen de la ley. Bandidos y criminales han inspirado canciones desde tiempo inmemorial.

‘Stagger Lee’, por ejemplo, narra las andanzas de un afroamericano que se ganaba la vida con la prostitución y el juego a finales del XIX. Sabemos de él gracias al cancionero folk y a las grabaciones de Mississippi John Hurt, Lloyd Price, Cab Calloway y Nick Cave, entre otros. Y también, por Woody Guthrie, que, además, compuso canciones sobre el bandido Billy The Kid y el atracador de bancos Pretty Boy Floyd. A John Dillinger le cantó el artista de country Billy Grammer. Y con la misma devoción con que Merle Haggard cantaría a Bonnie & Clyde. Esta fascinación de la música popular por los delincuentes ha crecido hasta el punto de forjar subgéneros especializados en mafiosos y traficantes.

Gangsta rap: ficción y realidad

A finales de los años 80, Ice T y NWA impulsaron el gangsta rap. De California saldría Snoop Dogg, tal vez el mayor icono del génrro. Sobre todo, porque varios colegas y rivales fallecieron en el cénit de su carrera: Tupac Shakur fue asesinado a tiros en 1996 y The Notorius BIG murió del mismo modo en 1997.

Uno de los mayores iconos del rap no es rapero ni negro. Es Al Pacino por su papel de Tony Montana en ‘Scarface’. El rapero Raekwon calificó la película de Brian de Palma como "la biblia del hip-hop", pero la lista de raperos que la han usado como inspiración es infinita. En el recopilatorio 'Scarface: origins of a hip-hop classic' hay más de una veintena: Nas, Jay Z, Mobb Deep, Biggie Smalls, Ice Cube, Lil Wayne… Y, por supuesto, el rapero Scarface.

Chicos malos en Jamaica

El cine negro estadounidense también fue una influencia determinante para la aparición de cantantes jamaicanos apodados Dennis Alcapone y Dillinger. Pero Jamaica tiene su particular 'Scarface' en ‘The harder they come’, película que se inspiró en la leyenda del ladrón jamaicano de los años 40 Ivanhoe Rhyging y que popularizó el arquetipo de chico malo que triunfaría en la década de los 70.

La escena musical rude boy dio protagonismo a jóvenes pandilleros que saboteaban el sound system rival. Los rimadores empezaron a dirigirse a ellos con canciones y forjaron un género que retrataba una juventud acorralada por la pobreza y la violencia (a menudo policial) que se vivía en Kingston. Cuando llegó el dancehall, la violencia social se trasladó a la música y, como en el rap, algunos cantantes copiaron demasiado a los delincuentes. La superídolo Vybz Kartel, condenado a cadena perpetua por asesinato, sigue publicando discos.

Narco-retratos por encargo

Siendo el narcotráfico una práctica tan extendida en México no es extraño que los corridos devinieran un escaparate de ese negocio. Pero aquí los cantantes han acabado acorralados por su talento cuando los jefes de los cárteles les encargaban letras que les glorificasen. (Rechazar el encargo de un narco no es una opción, a menos que quieras saber cómo reacciona si no se le obedece).

El Chapo le han cantado Los Buknas de Culiacán, Los Tucanes de Tijuana y Los Canelos de Durango, entre muchos otros. Y lo mismo sucede con El Mayo, El Azul, Caro Quintero y tantísimos jefes de los cárteles de Juárez, Jalisco, Sinaloa o del Pacífico. El Gobierno no puede prohibir unas canciones que corren como la pólvora por internet. Sin embargo, no pocos cantantes han protagonizado un sangriento final. Sólo este febrero han asesinado a cuatro.

Profesión: roba lo que puede

La rumba es uno de los géneros más prolíficos en el homenaje a delincuentes. Bordón 4 evocaron en ‘Ahora quiere vivir’ los motivos que empujaron al Torete a “coger el camino que no debía coger”. Y Los Chichos compusieron la banda sonora de ‘Yo, El Vaquilla’, cuyo tema central incluía la línea “profesión: roba lo que puede” y lo retrataba como a un Robin Hood quinqui: “Tu eres el Vaquilla, alegre bandolero / Porque lo que ganas repartes el dinero”. El trío de Vallecas se fue hasta la cárcel donde cumplía condena para cantársela en persona.

No fue el único grupo que visitó el talego. En uno de los episodios más extravagantes de la relación entre delincuencia y cultura pop, el grupo alemán de disco-music Boney M grabó ‘El Lute’, tras leer su autobiografía ‘Camina o revienta’. El single fue un gran éxito en España y arrasó en media Europa. Y el cuarteto en pleno, agradecido, fue a visitarlo a la cárcel de Alcalá de Henares.

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