QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

'The postman': magia, mimo y humor en un espectáculo muy estético y original

img 1488-low

img 1488-low / periodico

Eduardo de Vicente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La magia es una de las disciplinas artísticas que más atraen a los niños (y también a los adultos), que o bien se dejan llevar por las ilusiones o intentan descubrir dónde está el truco. Los espectáculos de magia suelen incluir bastante humor, pero en el caso que nos ocupa también hay detalles estéticos deliciosos y toda la representación es mediante mímica y la combinación es fantástica. Se trata de The Postman (El cartero), un montaje que puede descubrirse todos los domingos al mediodía en el Teatre del Raval.

El escenario está algo oscuro pero iluminado por unas pequeñas lámparas que emiten una luz tenue y, al fondo, podemos ver unos tubos con chimeneas de las que sale humo hasta llegar a invadir la platea. Todo ello crea un ambiente misterioso al tiempo que elegante mientras esperamos el inicio de la función. Al poco tiempo aparece el protagonista, Txema Muñoz, vestido de cartero y cargado con varias cajas que arrastra con una carretilla.

Una vela, unas perchas, una moneda y unos anzuelos

Sus primeros números parecen ser relativamente simples, en los que juega con una vela y una caja de cerillas o con un sobre grande que contiene unas perchas que se entrelazan y separan con gran facilidad. A todo esto una música de ragtime como de película de cine mudo completa la experiencia. Juega con el público y lo hace participar instando a que le aplaudan o vitoreen, pero también tiene una fórmula muy original para conseguir voluntarios para que le ayuden, ya que está siempre solo en el escenario.

El espectáculo también tiene un número muy poético en el que una moneda viaja hasta un vaso y con final sorprendente. Pero Txema también tiene algo de faquir como demuestra en otro juego que hace con unos anzuelos escondidos en una lata de anchoas, aunque el más sorprendente es el siguiente, en el que un puñado de sal aparece y desaparece hasta que consigue extraerla de sus manos y parece que nunca tenga fin.

Un periódico, un pañuelo, una pompa de jabón y un reloj

Un clásico que no puede faltar, el del periódico que rompe en mil pedazos para que luego vuelva a recobrar su aspecto original mientras suena una música juguetona y protagoniza un duelo casi del Oeste con otro espectador que acaba con un pañuelo bailando en una botella. Sí, así como suena. Una explosión de pompas de jabón se adueña del escenario y una de ellas cobra vida propia y se esconde bajo una tela.

Ya en el último tramo del espectáculo hará aparecer su reloj en los lugares más insospechados para regocijo de la chiquillada. Es un montaje que puede aparentar sencillez, aunque es más difícil de lo que podemos pensar, pero todo está resuelto con tanta normalidad que cualquiera podría creerse capaz de hacerlo. El personaje que crea Txema Muñoz es entrañable, ingenuo y, a la vez, pícaro. Podría ser uno de los niños que están sentados junto a nosotros, lo que hace muy fácil que los peques se identifiquen con él y se lo pasen bomba.

Un espectáculo divertido y muy plástico

En tan solo una hora despliega una gran cantidad de recursos para tener en vilo al espectador, que nunca deja de prestarle atención. La iluminación, la música, la escenografía y el vestuario están creados para proporcionar una atmósfera entre el suspense y la fantasía que contribuyen al misterio y la imaginación. Magia, humor y mimo en un espectáculo original y muy plástico que hará las delicias de todos los públicos. Y se puede repetir, ya se sabe que el cartero siempre llama dos veces... "Mister Postman, Is there a letter in your bag for me?"