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¡Kraka-boom!: el arte de la onomatopeya llega al Macba

La muestra 'Composiciones' dedicada al suizo estadounidense Christian Marclay destaca en la programación del museo barcelonés para el 2019

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Mauricio Bernal

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No hay nadie mínimamente familiarizado con el mundo del cómic que no asocie la aparición de un colorido ¡bang! en la viñeta con un atronador disparo, un refulgente ¡crash! con un estrepitoso choque, un mullido ¡muac! con un cariñoso beso, un expresivo ¡boom! con una explosión y un ¡kraka-boom! con una explosión apocalíptica. ¡Crash, pum, pow!: ahí pasó de todo, y no hay que ser lector de cómics para saberlo; pero, al mismo tiempo, ese lector lo sabe mejor que nadie. ¿Hay otro hogar donde la onomatopeya haya sido más mimada que el hogar del cómic? Los hay que piensan que no, como Christian Marclay, que no es un recién llegado al mundo de la onomatopeya: el artista suizo estadounidense lleva décadas estudiando el concepto, y creando en torno de esa reflexión obras tan gozosas como estimulantes para el intelecto -siempre que uno se quiera parar a pensar. La instalación ‘Surround sounds’, incluida en la exposición monográfica ‘Composiciones’ que el Macba acogerá entre abril y septiembre de este año, no solo rinde homenaje a la cumbre del arte de la onomatopeya que es el mundo del cómic; también se considera la cumbre de la reflexión de Marclay sobre el tema.

'Surround sounds' es considerada la cumbre de la reflexión de Marclay sobre la onomatopeya

Es una sala oscura y silenciosa, pero silenciosa solamente en un sentido convencional. En las paredes se proyectan ¡pows!, se proyectan ¡rumbles!, se proyectan ¡cracks!, ¡beeps!, ¡smacks!, ¡pops!, y los cracks se parten en pedazos como corresponde a un crack, y los rumbles tiemblan como corresponde a todo rumble, y la sala está en silencio pero no lo está. "Espero que no padezca epilepsia", le advirtió una vez Marclay a un periodista antes de introducirlo en su cubo no sonoro, su cubo de sonidos que no son sonidos que son letras que son dibujos y que suenan: ‘Surround sounds’ es la oda a la representación artística de la onomatopeya de un hombre cuyo arte es en gran medida una reflexión sobre los vínculos entre el arte visual, el sonido y la música, y sin duda una de las piezas más llamativas de una exposición que además de instalaciones audiovisuales incluirá pinturas, collages, obras recientes y de etapas más tempranas. "Es una lectura de su obra a través de la composición", explicó la conservadora jefe del Macba, Tanya Barson. "La muestra examinará la obra del artista a través de su dedicación a la composición, entendida la composición como una ordenación de sonidos en el tiempo y en el espacio, pero también como composición visual".

El minimalismo de Posenenske

Barson, el director del museo, Ferran Barenblit, y el responsable de Programas, Pablo Martínez, presentaron este lunes la programación del Macba para este 2019, donde brillaba con luz especial la exposición de Marclay, la primera que se celebra en España en una década dedicada al artista que se hizo famoso por su hipnótica ‘The clock’ (que no forma parte de la muestra porque Marclay exige que su obra más célebre se exponga siempre en solitario). Sobre un programa en el que también destacan la colectiva ‘Territorios indefinidos: reflexiones sobre el poscolonialismo’, en torno a temas como el imperialismo, la descolonización, la soberanía, la desposesión y la independencia, y ‘Work in progress’, otra monográfica dedicada a la alemana Charlotte Posenenske –minimalismo es su segundo apellido–, Barenblit reafirmó los criterios que guían a los responsables de trazar el rumbo de la pinacoteca: "La lectura no hegemónica del mundo del arte, las narrativas olvidadas, la participación del arte en los procesos que implican una progresión social y la relación del arte con la cultura popular".

Volviendo a Marclay y su exploración sobre lo visual y lo oído, ‘Composiciones’ incluye otras obras celebradas y singulares como ‘Manga scroll’ (‘rollo de papel de manga’, literalmente), que es, se puede decir, una partitura hecha con onomatopeyas sacadas del universo del manga, una seguidilla de sonidos yuxtapuestos de manera que puedan ser interpretados. O bien ‘Video quartet’, donde el artista junta más de 700 fragmentos de películas que giran en torno a la música o el sonido y los proyecta en cuatro pantallas simultáneamente. ¿A qué suena? ¿Qué sugiere? Mejor no sufrir de epilepsia.