CRÓNICA

Gala de bailarines catalanes, todo lo que nos perdemos

El segundo espectáculo ejecutado por talentos locales asentados en el extranjero entusiasmó al público en un Centre Cultural Terrassa a rebosar

zentauroepp47004724 icult190217181228

zentauroepp47004724 icult190217181228 / periodico

Valèria Gaillard

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La segunda Gala de Bailarines Catalanes en el Mundo abrió el pasado sábado la 36 Temporada BBVA de Danza en un Centro Cultural Terrassa a rebosar, con una propuesta desigual, pero en la que prevaleció la calidad de los jóvenes artistas, que trabajan repartidos por compañías de todo el mundo. Sobresalieron Júlia Cortés y Ricardo Castellanos, que elevaron el listón del programa. Son dos bailarines de recorrido dispar: la barcelonesa Júlia Cortés se formó con Marisa Yudes  -directora artística de la Gala-, y en el Institut del Teatre. Después de bailar con la Cia. Gelabert-Azzopardi y la StaatsTheater Nürnberg, hoy integra la compañía de Lüneburg. Verla bailar al lado Francesc Fernández el hipnótico 'Endless fall', creado por ellos mismos, causó gran impacto en un público eufórico.

Por su parte, Ricardo Castellanos es hijo de una familia de bailarines cubanos, entre los cuales se encuentran nombres como la gran Mirta Pla y Rodolfo Castellanos. No es de extrañar, pues, que este guapo bailarín del Ballet Nacional de Noruega se convierta en una estrella. Lo tiene todo. En la Gala mostró una sorprendente agilidad en los grandes saltos y un porté magnífico. En clave clásica, destacó también Ayaka Fuiji, del Czech National Ballet, en el 'Pas d’esclave', por su dominio técnico y buena expresión.

Resulta inevitable pensar en el talento que nos perdemos y la falta vergonzosa de compañías en nuestro país para albergarlo

Otra pareja que brilló con luz propia es la de los jovencísimos Mariona Garícia Fornell Sergio Méndez, del Ballet de Moravia y Silesia. Tras una 'Coppélia' titubeante, pero bien interpretada, pisaron fuerte en su segunda intervención, 'Eness thoughts', coreografiada por Méndez. Jaume Costa también creó la coreografía que bailó con Natalie Franke, del Landestheater Coburg. 'Mosaic' era de gran complejidad y faltaba rodaje en su ejecución.

La pareja formada por Gisela Fontarnau y Narcís Subatella, del Landestheater Detmold, optaron por dos piezas contemporáneas que tenían como punto fuerte la expresión. Para terminar, una sorpresa más que agradable: en substitución del lesionado Roger Cabrera, subió al escenario el cubano Keyvin Martínez, que vimos en el excelente film 'Yuli', sobre la vida de Carlos Acosta, y que interpretó una vibrante 'Vestida de nit', de Maria Rovira, al lado de Aina Gargallo.

Variedad de estilos y personalidades forjaron un espectáculo completo. Pero, tras cerrarse el telón, resulta inevitable pensar en el talento que nos perdemos y en la falta vergonzosa de compañías en nuestro país que puedan albergarlo y ofrecerle una salida profesional digna.