HISTORIA CINÉFILA

'¿Qué fue de baby Jane?', la obra cumbre del gran guiñol cinematográfico

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Quim Casas

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Cuando se rodó '¿Qué fue de Baby Jane?', entre julio y septiembre de 1962, Bette Davis tenía 54 años, pero para el canon de edad imperante en Hollywood en cuanto a las estrellas femeninas se refiere, la protagonista de 'Eva al desnudo' ya no gozaba de oportunidades en el cine. Por aquel entonces malvivía, artísticamente hablando, con apariciones televisivas en 'Caravana', 'Alfred Hitchcock presenta', 'El Virginiano', 'Perry Mason' y otras series de la televisión estadounidense.

Su antagonista en el filme realizado por Robert Aldrich en plena fiebre del gran guiñol cinematográfico fue Joan Crawford. El cine no la había tratado mejor. Era dos años mayor que Davis. También sobrevivía con algún personaje televisivo y su último filme importante se remontaba a 1954, el memorable 'Johnny Guitar', la Bella y la Bestia del cine del Oeste según François Truffaut. A diferencia de Davis, Crawford ya había trabajado con Aldrich en el melodrama 'Autumn leaves' (1956), en el que encarnó a una mujer de mediana edad enamorada de un hombre más joven que ella.

Crawford y Davis se enfrentaban a la evidencia. Hollywood había cambiado de orientación, otras actrices las habían substituido en el imaginario popular y solo les quedaba papeles de mujeres mayores y patéticas en películas no precisamente de categoría A. Así surgió '¿Qué fue de Baby Jane?,' en el que tuvieron que encarnar a personajes chirriantes, nada empáticos, más mayores de la edad que tenían entonces ambas actrices, rutilantes figuras del 'star system' femenino apenas dos décadas antes.

El rodaje, un campo de batalla

El rodaje del filme devino un auténtico campo de batalla. Aldrich y el resto del equipo acabaron desbordados por la enemistad entre las dos antiguas estrellas. Cuestión de egos y también de supervivencia emocional. Ambas asumieron el rol de divas en una película que era una producción en blanco y negro, de tema casi 'exploit' y con un presupuesto que no llegó al millón de euros.

Ya no había camerinos lujosos como los de antes, y los regresos a casa tras el fin del rodaje diario no eran en limusina. Aldrich se hipotecó para pagar el filme: la historia perversa, inspirada en una novela de Henry Farrell, de dos antiguas estrellas cinematográficas infantiles que ahora viven y se humillan juntas. Era también una crítica desaforada e histriónica, pero crítica al fin y al cabo, al Hollywood que convierten en figuras decadentes a aquellas y aquellos que han sido sus mitos e iconos.

Tensión y virulencia

Davis y Crawford no lo debieron pasar muy bien porque, puyas entre ellas aparte, la película era un reflejo de su situación en aquel momento en la industria del cine. Ryan Murphy, creador de 'Nip/Tuck' y 'American horror story,' escribió con Jaffe Cohen y Michael Zam la miniserie 'Feud: Bette y Joan' (2017), en la que desgranó la historia de aquel rodaje, aquellas relaciones y la repercusión que tuvo en la carrera de las dos actrices. Jessica Lange fue Crawford y Susan Sarandon encarnó a Davis. 

No todo fue negativo, a pesar de la tensión y virulencia. Davis repitió la fórmula en 'Canción de cuna para un cadáver' (1964), de la mano del mismo Aldrich y ahora con Olivia de Havilland, otra vieja gloria hollywoodiense, como oponente. En aquel mismo año, Crawford protagonizó 'El caso de Lucy Harbin', truculento filme de serie B de William Castle en el que dio vida a una mujer madura que ha pasado 20 años en un manicomio por matar a hachazos a su marido y la amante de este. 

Para bien o para mal, la historia de Baby Jane y Blanche Hudson las marcó a ambas hasta el final de sus vidas.

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