ESTRENOS DE CINE

'Trinta lumes': un sensitivo viaje a la Galicia telúrica

La directora Diana Toucedo debuta en el largometraje con 'Trinta lumes', ambientada en la Galica rural, en un especio a medio camino entre la realidad y la mitología

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Beatriz Martínez

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Diana Toucedo llevaba diez años viviendo en Barcelona, había estudiado en la ESCAC y se había forjado una carrera como cortometrajista y montadora cuando sintió la llamada de su tierra, Galicia, y la necesidad de volver allí con todo lo que había aprendido a lo largo de esos años de formación para recuperar las huellas de su propia identidad. Quería buscar los temas, los personajes y las localizaciones apropiadas para dar salida a su imaginario interior, y encontró en la sierra de El Courel, un paraje natural de una extraordinaria belleza telúrica, el lugar adecuado para situar su primera película, la recién estrenada ‘Trinta lumes’.

En ella, nos introducimos en un espacio a medio camino entre la realidad y la mitología. La cámara de Toucedo se acerca a los habitantes de la zona, captura su cotidianeidad mientras realizan sus tareas domésticas diarias, pero al mismo tiempo también intenta revelar un aspecto inmaterial a través de las imágenes hasta el punto de introducirnos en el territorio del misterio y la leyenda.

“En un primer momento comencé a filmar desde una perspectiva documental y observacional, pero después me di cuenta de que necesitaba que la cámara adoptara un punto de vista subjetivo. La clave consistía en registrar acciones que consideramos normales y que de ellas emergiera el elemento fantástico, porque es eso lo que pasa en Galicia sin que nos demos cuenta”.

El paso del tiempo y la muerte son dos de los pilares fundamentales de la película. En ‘Trinta lumes’ el pasado, el presente y el futuro se trenzan y se solapan danto lugar a un espacio en el que los antepasados, las tradiciones o las herencias pueden adquirir vida en el aquí y el ahora. En cuanto a la muerte, no se considera un final, sino un momento de transformación. El tercer vértice de la historia sería la naturaleza, que irá cambiando constantemente para dar sentido a esa idea de circularidad. “Rodamos a lo largo de las cuatro estaciones. Empezamos en otoño y fuimos saltando a invierno, primavera, verano, para dar la sensación de que en el fondo todo cambia, pero al mismo tiempo todo permanece”.

La relevancia de lo poético

El reto para Diana era captura lo inmaterial a través de lo sensible. No quería recurrir a la narración tradicional, quería que la película se convirtiera en una experiencia sensitiva, sensible y emocional. Por eso, el aspecto poético también adquiere una enorme relevancia. La directora se acercó a El Courel gracias a la obra poética de Uxío Novoneyra. “Sus poemas me habían abierto un espacio imaginario, de sueños y de fabulación y quise que la película se empapara de toda esa simbología, de ese lenguaje alegórico”.

Diana Toucedo pertenece a la nueva generación de mujeres cineastas que exploran la mirada femenina a través de sus trabajos. En ese sentido, ‘Trinta lumes’ nos muestra una comunidad matriarcal que se desarrolla desde lo íntimo para construir los pilares educacionales de un mundo, el rural que, aunque parece en vías de extinción, para la cineasta se convierte en un lugar para redescubrir las raíces y al mismo tiempo reinventarnos desde una perspectiva diferente dentro el mundo en el que vivimos. 

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