Microteatre renueva su cartelera con una comedia, dos dramas e intriga

El Microteatre Barcelona (el Micro, para los amigos) continúa su andadura pese a las dificultades siendo el único local estable de la ciudad que ofrece regularmente este formato: piezas cortas representadas en habitaciones para un público de unas 15 personas como mucho. Sería la adaptación teatral de los conciertos íntimos y la gente que lo descubre se queda enganchada ya que encuentra un ambiente cordial con un público inquieto interesado en la cultura, unas obras interesantes y sorprendentes, muchas de ellas con un giro final, y acaban creyendo que lo pequeño también puede ser muy grande. Cada tarde hay cuatro opciones diferentes en catalán o castellano y cada noche otras cuatro más. Y cambian de programación cada mes con un epígrafe común.

Dos profesor chiflados

Este jueves estrenaron una nueva cartelera bajo el título Por curiosidad que reúne en la sesión de tarde comedia, drama y hasta una de intriga, casi de terror. Empecemos por ella. Todo por la ciencia nos remitirá directamente al cine, a El doctor Frankenstein o El ladrón de cadáveres. Entramos en una habitación totalmente negra en la que hay fórmulas matemáticas en una pizarra y, sobre los taburetes, unos nombres escritos ¿serán nuestros apodos? En una mesita vemos extraños artilugios: una calavera iluminada, un extraño casco o un microscopio. El ambiente que se respira es algo turbio. Los protagonistas son Andrés Requena (también autor), un profesor con bata blanca y gafas y barba que inspira poca confianza y un hombre más humilde de aspecto desaliñado (Xavi Álvarez), también con anteojos.

Se trata de dos investigadores que pretenden hallar nuevos descubrimientos a cualquier precio. El primero insta al segundo a probar su nuevo invento, el analizador neuronal plus, un casco con luces que vendría a ser una especie de máquina de la verdad. Y todo ello mientras, en los alrededores, están desapareciendo vagabundos. El final es altamente intenso y retumba en las otras habitaciones. La pregunta que se hace (y nos hace) es si la ciencia está por encima de las leyes. Cada cual tendrá una respuesta distinta y hace reflexionar. ¿El fin justifica los medios?

El reencuentro de dos hermanas

Stayin’ alive, la única en catalán de este ciclo, está protagonizada por Cristina Serrat y Silvia de la Rosa a partir del texto de Laura Freijo. Interpretan a dos hermanas. La primera lleva años cuidando de su madre moribunda mientras que la segunda, que viste de una manera más aparatosa, vuelve a casa para despedirse de ella ante el inminente desenlace. La acción transcurre en el comedor mientras que la madre se encuentra (figuradamente) al otro lado de la puerta.

Durante esos minutos en que se reencuentran, se enfrentarán por las diferentes actitudes que han adoptado frente a la enfermedad de la madre pero también recuperarán su complicidad ejemplificada en la famosa canción de Fiebre del sábado noche y que da título a esta obra. Nos plantea si debemos renunciar a quién realmente somos para contentar a los demás.Una obra que aboga por el respeto y la tolerancia y que provoca una cierta tristeza pese a su lúdico final.

Una noticia en plena mudanza

Quienes busquen diversión la encontrarán en La mudanza dirigida por el polaco Cesc Casanovas (Pilar Rahola, Joan Tardà) que se centra en la reunión entre dos amigas. Núria Farrús es la que acaba de mudarse y quiere dar una noticia a su compañera (Àngels López, en un papel más estrambótico que levanta las mayores carcajadas). Es lesbiana y ha dejado a su pareja porque se ha enamorado.

La incógnita que flota en el ambiente es quién es su amante y cómo se conocieron. El descubrimiento trastornará completamente la vida de su amiga y la hará replantearse todas sus ideas. Es un juego de roles sexuales en el que nos explican un cuento al revés de como suele suceder habitualmente, lo que provoca la hilaridad.

Una historia de amor juvenil

Un millón de veces más se ocupa de la relación entre dos jóvenes. Ella es pícara, provocadora, atrevida; él es más tranquilo, más reservado y está en silla de ruedas. Su diálogo parece salir de todo aquello que no se dijeron cuando podían, el arrepentimiento por lo que no llegaron a hacer. Intentar vivir lo que no aprovecharon de esos momentos mágicos.

Juegan con los tonos y fabulan con un baile de graduación hasta crear una canción con un pequeño ukelele. Es tierna, dulce y nostálgica y contrasta la serenidad del personaje de Javier Príncep con la vitalidad de Paula Salmerón que cierra la obra con una mirada perdida en el infinito que provoca el silencio más respetuoso entre el público y conmueve.

Cuatro estupendas opciones para descubrir o volver a disfrutar de este espacio único en Barcelona donde también se pueden ver sesiones de cortos, participar en escape-rooms (para adultos o escape-roomspara niños, tapas y originales bocadillos. El Micro es grande.