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Muere Albert Finney, el antihéroe de la clase obrera

El actor británico, que fue nominado a cinco Oscar y no obtuvo ninguno, ha fallecido a los 82 años

El actor británico Albert Finney ha fallecido a los 82 años tras una corta enfermedad.

El actor británico Albert Finney ha fallecido a los 82 años tras una corta enfermedad. / periodico

Elena Hevia

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Albert Finney, viejo zorro del cine británico, actor camaleónico capaz de sobrevivir a las generaciones y las modas, ha fallecido en su domicilio londinense a los 82 años. La causa de la muerte no ha trascendido aunque él mismo anunció en el 2011 que padecía cáncer de riñón. Actor de raza, capaz de levantar una película con su sola presencia, Finney (Salford, 1936) saltó al cine después de haberse consolidado en la escena teatral (en la Royal Shakespeare, entre otros) y lo hizo por la puerta grande en sintonía con el cine de los jóvenes airados de los 60. En su primera película, en la que Tony Richardson adaptaba la carismática novela de Allan Sillitoe 'Sábado noche, domingo por la mañana' -todo un 'Trainspotting' avant la lettre- ya se fraguó su papel de antihéroe de la clase obrera, con el que se identificaron los jóvenes del momento descontentos con una sociedad que los abocaba a un trabajo alienante y al alcohol.  

Instalado en el estrellato, protagonizó 'Tom Jones', que le hizo rico y famoso, película en la que cultivó una actitud desafiante y un tanto chulesca -su tarjeta de visita- que poco tenía que ver con la elegancia de Peter O’Toole o Terence Stamp, compañeros de generación. Si hubiera que compararlo a alguien, ese sería Michael Caine, otro intérprete cuyos orígenes humildes no le permitieron el barniz de la universidad y que al igual que él supo cómo pasar de ser una estrella atractiva y sexi a un magnífico actor de carácter sin despeinarse.  

Tras participar en ‘If’ de Lindsay Anderson, otro filme rabioso y contestatario, protagonizó a las órdenes de Stanley Donen, ‘Dos en la carretera’, brillante disección de las miserias matrimoniales en el que su carácter rudo y directo se medía con la inteligencia y el singular encanto de Audrey Hepburn. Al parecer hubo romance entre ellos.

En los años 70, quizá motivado por el poco éxito de su única incursión en la dirección, la estimable 'Charlie Bubbles', abandonó sus papeles de ‘galán’ para meterse en la piel de personajes que no le correspondían por edad como el avaro dickensiano de ‘Muchas gracias, Mrs. Scrooge’ (musical en el que demostró que no se le daba mal cantar) o Poirot en ‘Asesinato en el Orient Express’.

Problemas con el alcohol

Una década después, la adaptación de 'Bajo el volcán', un proyecto que John Huston persiguió durante años, le permitió utilizar como base para construir el caos vital de su protagonista, el cónsul Firmin, sus propias experiencias alcohólicas de los 70, que hicieron que perdiera algunas posibilidades laborales.

El ‘thriller’ 'Muerte entre las flores' de los hermanos Coen le devolvió ya como actor de reparto a la primera línea de la actualidad, con composiciones cargadas de rabia y fuerza, como la del aburrido abogado que le da la réplica a Julia Roberts en ‘Erin Broncovich’ de Soderbergh –su quinta nominación y la última oportunidad para ganar un Oscar que se le resistió-, como padre de los atracadores del ‘thriller’ de Sidney Lumet ‘Antes de que el diablo sepa que has muerto’, o como feroz contrincante de Jason Bourne. Sin olvidar la mágica 'Big Fish' de Tim Burton en la que interpreta a un viejo pícaro soñador que rememora su juventud. Que ese papel con muchos años menos esté interpretado por Ewan McGregor y a los espectadores nos parezca que son la misma personaje debería querer decir algo.