FESTIVAL DE CINE

La Berlinale sale en falso con un filme feminista, buenista y poco más

Los méritos artísticos por los que 'The kindness of strangers', de Lone Scherfig, ha tenido el privilegio de inaugurar el festival son un misterio

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Nando Salvà

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Los motivos que explican por qué el privilegio de ser la película inaugural de la BerlinaleBerlinale ha ido a parar este año a 'The kindness of strangers' son varios. El primero es su vocación feminista: en ella aparecen mujeres que son víctimas de varias formas de sexismo, del más paternalista al más brutal, y se sobreponen a ellas. El segundo es su mensaje buenista: si nos ayudamos los unos a los otros, el mundo será mejor. Y el tercero es que su directora es la danesa Lone Scherfig, que por alguna razón que se nos escapa se cuenta entre los cineastas favoritos de este festival: esta es la sexta vez que participa en él. Nótese que ninguno de esos criterios tiene en cuenta los méritos artísticos.

Para explicar la historia que la película nos cuenta no haría falta más que traducir su título. 'The kindness of strangers', 'La amabilidad de los extraños'. Lo que Scherfig nos ofrece es el retrato de un grupo de personas que son miserables por diferentes causas -hay una joven madre maltratada por su marido, un expresidiario incapaz de sentir empatía, una enfermera tan ocupada en los demás que se descuida a sí misma, un tipo al que nadie respeta, otro que no liga- y que, tras contactar por obra del destino los unos con los otros y poner en común sus penas, notan cómo las heridas respectivas sanan justo a tiempo para un final que no solo es final feliz sino también blandísimo. "Para compensar toda la oscuridad que nos envuelve en el mundo real, decidí que quería contar una historia que permitiera al espectador salir del cine lleno de luz y de fe en su comunidad", aseguraba este jueves Scherfig ante la prensa.

Resumida así, y salvo por el final feliz, suena al tipo de drama coral que Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga convirtieron en marca registrada hace 15 años, pero Scherfig insiste en que es una película sobre el aquí y el ahora. De hecho, la define como "una obra urgente". El problema es que la única manera de justificarla es entendiéndola como un cuento infantil y no como una reflexión de urgencia sobre nuestro tiempo; solo de ese modo son aceptables tanto el empeño con el que Scherfig recurre a las casualidades, las improbabilidades y la serendipia como la tosquedad con la que manipula a los personajes para que, en lugar de comportarse en base a lo que dicta el sentido común, lo hagan de acuerdo a lo que el andamiaje narrativo necesita para mantenerse en pie y ofrecer soluciones fáciles a problemas difíciles en el proceso. Sus buenas intenciones, eso sí, están fuera de toda duda pero, ¿es este el nivel que debemos esperar del festival en los próximos días?

Bajo el mando de Binoche

"Nuestra labor será descubrir cuáles de las películas competidoras son más necesarias para el presente y el futuro", aseguraba Juliette Binoche este jueves durante la presentación del jurado que este año repartirá los premios en la Berlinale, del que ella es presidenta -también lo integran el director chileno Sebastián Lelio, la actriz alemana Sandra Hüller y el crítico estadounidense Justing Chang, entre otros-. "Nuestro mundo es demasiado egoísta, y debemos hacer algo para las nuevas generaciones". Tras opinar sobre la alta presencia de mujeres directoras en la competición -"es una buena señal: estamos abriendo mentes y corazones"- y sobre Netflix -"ha hecho que para mucha gente el cine pierda valor"-, la actriz asimismo ha tenido unas palabras para Harvey Weinstein. "Era un gran productor, y no deberíamos olvidarlo. Espero que encuentre la paz interior, y que la justicia haga lo que tenga que hacer".