ESTRENO TEATRAL

Hakim Djaziri: "De niño feliz pasé a yihadista en potencia"

El actor inaugura el Festival Oui! en el Instituto Francés con 'Désaxé', un impactante texto autobiográfico sobre su transformación en islamista radical

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Marta Cervera

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Las tablas salvaron a Hakim Djaziri, actor magrebí que experimentó en primera persona cómo funcionan los mecanismos de radicalización entre los musulmanes. "A mí estuvieron a punto de captarme. Pase dos años casi sin salir de la mezquita", explica este treintañero crecido en Aulnay-sous-Bois, conflictivo suburbio a 10 kilómetros de París. Este martes explicará su peripecia vital con el estreno de ‘Désaxé’, que significa descentrado. Así es como él se sintió mucho tiempo. Su impactante testimonio inaugura en Festival Oui! 

No todo es 100% real pero casi. Aclara que nunca fue a la cárcel por haber abrazado la yihad. "Estuve entre rejas pero por otro asunto del que no me siento nada orgulloso", confiesa. La obra arranca precisamente en una celda donde el protagonista, interpretado por él mismo, intenta entender qué le ha llevado hasta allí. "El espectáculo es una reflexión sobre las elecciones que hacemos", declara el director, Quentin Defalt. Las escenas vistas en un ensayo no dejan indiferente. Dan mucho que pensar.

Claves de la transformación

'Désaxé', que se estrena en Barcelona, muestra diferentes momentos de su vida. Abarca desde los 5 a los 37 años. Retrata a toda la gente que influyó en su camino, interpretados por Florinan Chauvet y Leïla Gyérémy. En una escena queda clara la influencia de un imán que tergiversa la realidad y propaga el odio. En otra, la sorpresa de la familia ante un cambio tan radical. "Mis padres no eran practicantes y se marcharon de Argelia porque no les gustaba el clima de radicalización. Para ellos fue muy duro, no entendían cómo me había podido transformar en alguien tan distinto". 

Pasado y presente se van mezclando en un texto que recorre desde su infancia en Argelia, a su exilio a Francia, el descubrimiento de la violencia, su adscripción a determinada identidad y al islamismo más radical. "El espectador verá en directo una historia que cuenta una verdad, la mía, la que yo he vivido. Verá cómo un niño que era feliz puede convertirse en yihadista y ser un terrorista en potencia".

"Primero hay una imbricación  con una identidad. Muchos no saben a qué sociedad pertenecen, de dónde viene y a dónde van", afirma el autor

Es una obra muy autobiográfica donde explica los mecanismos de seducción del odio. "A Dios gracias todo me va bien hoy. Tengo un trabajo, una familia, pero tras los atentados en Francia y en Europa sentí la necesidad de dar a conocer mi historia. En especial porque hay mucha gente opinando sobre el tema pero faltan elementos para poder entender". En su opinión, sobran los discursos y falta un análisis del perfil del terrorista potencial. "En Francia todos salen de territorios de la República olvidados, donde hay impunidad, donde las fuerzas del orden ni entran. Son zonas deprimidas donde abundan el paro, la pobreza y la toxicomanía. Hay mucha frustración, rabia, odio. De allí surge gente que puede acabar siendo muy peligrosa o, al revés, gente capaz de destacar socialmente. No se puede generalizar".

Él estaría en el segundo caso. ‘Désaxé’ es un intento de luchar contra estereotipos. "Esta historia es mi verdad, lo que yo he visto y vivido". Espera aportar algo de luz. "La obra refleja toda la complejidad de un tema que primero pasa por la imbricación en una identidad y en eso influyen muchos factores. Mucha gente no sabe a qué sociedad pertenece, de donde vienen ni a dónde van". Y recuerda que, por suerte, su implicación con la mezquita "que era enorme porque pasaba el día allí", no podía haber exisitido sin una ruptura previa con su entorno.

"El único mal que hice fue incitar a otros a implicarse más en la mezquita, a seguir su doctrina. Formaba parte de un grupo muy activo en este sentido pero nunca fui a más. Hice daño a los próximos incitándoles a unirse a nuestra ideología, que es algo que debían hacer todos los practicantes".

Salvado por el teatro

Ha necesitado un tiempo largo de desconexión para poder hablar del tema. Hakim Djaziri lleva 12 años trabajando con su propia compañía de teatro, utilizando el arte y la cultura para transformar la sociedad. "Actúo en muchos lugares pero intento siempre llevar el teatro a las 'banlieue', a lugares donde no hay tanto, en barrios marginados".

"En el teatro soplaba un aire de libertad, todo lo contrario de lo que respiraba en la mezquita"

Con este texto ha querido mostrar los mecanismos que utilizan los radicales para captar adeptos. La mayoría de quienes como él vivieron en ambientes radicales "logran volver a la realidad gracias a familia, amigos o a un hecho concreto". Para él fue lo último, su encuentro con el teatro de manera "totalmente casual" cuando salió con el único  amigo con quien permaneció en contacto fuera de su círculo de la mezquita. Pasaron por delante del teatro Jacques Prévert de Aulnay-sous-Bois. "Vimos a cantidad de gente de nuestra edad imitando animales, gritando, riendo, llorando en un espectáculo que nos fascinó. Soplaba un aire de libertad, todo lo contrario de lo que respiraba en la mezquita. Decidimos apuntarnos a las actividades que ofrecían. Era increíble, algo que desconocíamos porque vivíamos inmersos en la violencia. Teníamos un corazón pero no sabíamos utilizarlo, teníamos emociones pero no sabíamos hablar  de ellas. ¡Estábamos discapacitados emocionalmente!".

La mezquita empezó a ocupar menos tiempo. Pasó un año alternando ensayos y pregarias. Al final, cuando subió a escena en su primer espectáculo tuvo una revelación: "Supe que sería actor y abandoné todo lo demás. Me vinieron a buscar pero yo había huido a París". Rompió todo contacto con sus anteriores colegas radicales, con el odio.

Tras Barcelona, donde se estrena la obra, 'Désaxé' se verá el día 12 precisamente en ese teatro donde su vida cambió. Y en verano, en el Festival de Aviñón. 

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