Barbet Schroeder, compromiso y aventura en la Filmoteca de Catalunya

Solo hay otro cineasta igual a Barbet Schroeder, y ese es Werner Herzog. Ambos entienden el cine como un viaje permanente y una exploración de culturas. Schroeder presenta en Barcelona la retrospectiva que le dedica la Filmoteca de Catalunya coincidiendo con la representación teatral que su compañera, <strong>Bulle Ogier</strong>, realiza en el <strong>Teatre Lliure</strong> barcelonés de la obra 'Amor imposible'. Schroder y Ogier forman parte de lo mejor del cine francés y europeo de las últimas décadas, aunque él ha vivido y rodado en Eivissa, India, Francia, Uganda, Colombia, Estados Unidos, Japón y Birmania.

Lo último de Schroeder es 'Le vénérable W.', escalofriante documental en el que muestra sin juzgar, como reza el título de la retrospectiva, al monje budista birmano Ashin Wirathu (el filme se proyecta mañana sábado a las 19.15). “Ahora mismo no puedo volver a Birmania”, comenta Schroeder. “Un amigo me mandó un mensaje diciéndome que la policía militar tenía fotos nuestras hablando con musulmanes. Unos días después de eso, me fui rápidamente”. El filme habla de un grupo de monjes antiislamistas que han sido parte activa de un genocidio en Birmania. El filme fue presentado en Cannes en mayo del 2017 y aquel mismo agosto empezó el genocidio. “La película no ha podido hacerse eco de cómo han utilizado internet, sobre todo Facebook, para propugnar el odio racial”, añade. Las redes sociales también las carga el diablo.

El director de 'Mujer blanca soltera busca…' y 'Maîtresse' trabaja en este momento en la adaptación de 'El arte de perder', novela de Alice Zeniter (más de medio millón de ejemplares vendidos en Francia y Premio Goncourt en 2017). “Me permitirá hablar tanto de la guerra de Argelia como de la situación actual de la inmigración. Cada página me ha sugerido una escena increíble”. Schroeder, nacido en Teherán en 1941, es de aquellos cineastas que se ilusiona como pocos con sus filmes. Tiene 77 años y este viernes, al hablar de este proyecto, parecía un chaval con zapatos nuevos.

No lo ha tenido fácil para levantarlos. En 1987 realizó 'El borracho', según texto de Charles Bukowski. El director explica que “había leído toda su obra y le contacté. Bukowski me dijo que odiaba el cine de Hollywood. Le convencí de que podíamos dar una perspectiva distinta. Quedamos una noche en su casa, empezamos a hablar y a beber. A las cinco de la mañana me dijo que saliéramos a la calle, a buscar bronca. Nos hicimos muy amigos”. Tardó siete años en materializar el filme, protagonizado por Mickey Rourke.

Tampoco lo tuvo fácil con 'La virgen de los sicarios', según la novela del colombiano Fernando Vallejo. “Fue lo mismo que con Bukowski”, recuera Schroeder. “Leí todas sus novelas, entramos en contacto y me sugirió la adaptación de esta. Negociamos todo lo relacionado a la cantidad de muertes que hay en el libro. Fue una de las aventuras más extraordinarias de mi carrera, otra de mis películas rodadas clandestinamente”.

Como la que hizo con el dictador ugandés Idi Amin Dada o como 'More', su primer largometraje, rodado en Eivissa. “Llegué a los 11 años y empecé a pasar todos los veranos allí. Cuando rodé 'More' en 1968, con gente desnuda, drogas, fiestas, fue una filmación clandestina, sino el franquismo nos hubiera mandado a la cárcel”. Era fan de Pink Floyd. “Les mostré un montaje sin apenas sonido de la película”, explica Schroeder. “Ellos habían pasado el verano del 68 en Formentera. En 15 días hicieron la banda sonora de More. Es paradójico, pero ese disco fue un éxito mucho mayor que sus anteriores, pensados y registrados durante un año”.