LOS PREMIOS DEL CINE ESPAÑOL

Eduard Grau: "Tengo predilección por los directores sonados, por los genios"

El director de fotografía barcelonés, asentado profesionalmente en Los Ángeles, opta por segunda vez al Goya por su trabajo en 'Quién te cantará', de Carlos Vermut

El director de fotografía Eduard Grau, nominado a un Goya por su trabajo en 'Quién te cantará'

El director de fotografía Eduard Grau, nominado a un Goya por su trabajo en 'Quién te cantará' / periodico

Julián García

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Hace diez años, la vida de Eduard Grau (Barcelona, 1981) dio un vuelco. Sin haber llegado a la treintena y con una carrera todavía incipiente, el diseñador Tom Ford le eligió para que fuera el director de fotografía de su ópera prima, ‘Un hombre soltero’ (2009). Una década después, Grau reside en Los Ángeles y es un profesional consolidado en Estados Unidos, con numerosos trabajos para el cine, el videoclip y la publicidad. Este sábado, el operador barcelonés optará por segunda vez al Goya por la fotografía de la subyugante ‘Quién te cantará’, de Carlos Vermut.

Ya estuvo nominado al Goya por ‘Buried (Enterrado)’, de Rodrigo Cortés (2010). ¿Cree que esta vez será la buena?

(Silencio) No creo que gane. Es muy difícil. Un premio nunca es justo, ni siquiera la nominación. Es muy difícil valorar y juzgar el trabajo de los demás, siempre hay un punto subjetivo y emocional en la gente que vota. Así que, bueno, si me dan el Goya encantado, mis tías estarán supercontentas (ríe), pero si no… no pasa nada. No puedo, ni debo, juzgar mi trabajo por los premios.

¿Qué balance hace de su trabajo en ‘Quién te cantará’?

Me ha flipado trabajar con un tío como Carlos Vermut. Es una mente privilegiada en un panorama general de mediocridad. Hará mejores o peores películas, porque hacer una película es muy difícil y hacer una obra maestra todavía más. Él todavía no la ha hecho, la obra maestra, pero acabará haciendo una porque el talento que tiene no se puede controlar.

¿Vermut fue muy intervencionista o le dejó mucha libertad en su trabajo?

Hemos trabajado en equipo. Una colaboración en el buen sentido de la palabra. Él me he dejado trabajar con mucha libertad en la luz y su tratamiento. Pero en los planos se metía más: tenía la película muy clara, con todo dibujado como en un cómic. El propósito era que las imágenes sedujeran, con colores suaves, tenues, con una estética simple, muy de líneas, casi vacía. En cualquier caso, ha sido un reto mayúsculo y una experiencia extraordinaria. He tomado decisiones arriesgadas, me la he jugado, y eso es lo que me motiva por encima de todo. Soy feliz cuando arriesgo. Si pierdo pelo, y aquí lo he perdido, es cuando puedo estar orgulloso de lo que he hecho.

"Soy feliz cuando arriesgo. Si pierdo pelo trabajando es cuando puedo estar orgulloso de lo que he hecho"

Usted ha reconocido más de una vez que trabajar en ‘Un hombre soltero’ le cambió la vida.

Me la cambió del derecho y del revés. De repente, con 27 años, trabajando en Hollywood con Julianne Moore y Colin Firth, con Tom Ford, y encima en una película que estaba bien. Le tengo mucho cariño. A veces la vuelvo a ver y redescubro cosas, ideas, decisiones que ahora, vistas con el tiempo, flipo que tomara.

Su debut en el largometraje fue de la mano de Albert Serra, en ‘Honor de cavalleria’ (2006). ¿Qué recuerda de aquel trabajo?

(Silencio muy prolongado) Todas las grandes oportunidades me han llegado de forma muy rocambolesca. Había leído que Albert [Serra] había dirigido una película, ‘Crespià, the film not the village’, que era buenísima. Me moría de ganas de verla, pero solo la daban en un cine de Girona. El caso es que animé a coger el coche en Barcelona ir a verla, pero ese día llovía mucho y al final decidí no ir. Un tío mío, sin embargo, dio un gran giro a la historia. Es de Banyoles [como Serra] y me dijo que conocía a un tío al que tenía que conocer.

Y le conoció.

Fue algo muy grande. Yo acababa de salir de la ESCAC y le dije: ‘Albert, yo tengo que trabajar  en tu peli sea donde sea’. Y hablando y hablando, descubrió que yo sabía algo de cámaras y me dijo: “Pues sí quieres puedes hacer tú la fotografía. Tengo otro director de fotografía [Christophe Farnarier], pero bueno... lo apañamos". Acabamos siendo dos. Aprendí más con Albert que en cuatro años en la escuela de cine”. El póster de ‘Honor de cavalleria’ es el único que tengo colgado en mi casa.

Me llama la atención que usted también haya sido el director de fotografía de ‘Finesterrae’, de Sergio Caballero (2010), otro director de talento marciano, inaprensible, como Serra. ¿Le atraen este tipo de cineastas sin ataduras?

Yo creo que en la locura está la maravilla y Sergio, como Albert [Serra] y Carlos [Vermut], son mentes únicas, como de otro mundo. ¡Mira lo que ha hecho Sergio en el Sónar! [es responsable de la imagen del festival]. Cuando los humanos normales pensamos en la opción A o la opción B, ellos están más allá de la F y de la G. Esta gente que  gira la normalidad del revés me atrae mucho. Quizá es porque mi abuela es de Banyoles y está también un poco sonada en el buen sentido, pero tengo predilección por los directores sonados, por los genios, los que nos descubren cosas de la vida que no conocíamos. Por eso, cuando vengo a España a trabajar es para jugármela, para arriesgar, para hacer algo especial. Las películas normales ya las encuentro en Estados Unidos

Hablando de Hollywood, ¿está en algo actualmente?

En abril se estrenará en España 'Memoria borrada', de Joel Edgerton, con Nicole Kidman y Lucas Hedges, y que rodé justo después que 'Quién te cantará'. Y he terminado ahora mismo ‘Torrance’, con Gavin O’Connor de director y Ben Affleck de protagonista. Hace de alcohólico, algo más o menos autobiográfico. Es una película de 25 millones de dólares, de Warner, grande, que puede llevar mi carrera hacia otro lado que todavía desconozco. Y eso me emociona, me motiva. Estoy en el camino, intentándolo. Me siento afortunado de hacer lo que hago. Me apasiona hacer películas y me gusta ser feliz haciéndolas.

"Cuando vengo a España a trabajar es para jugármela, para arriesgar. Las películas normales ya las encuentro en Estados Unidos"

¿Nunca le ha tentado ser director?

A ver, he hecho cortos y publicidad, y no se me da mal, pero tampoco alcanzo la excelencia. No sé cómo decirlo: lo que me gusta es hacer películas maravillosas de las que estar orgulloso. Y seguro que es será más fácil de conseguir si soy el director de fotografía y me junto con gente excelente que si intento hacerlas yo. No sé qué será de mi vida de aquí a 10 años, quizá esté cansado o frustrado, pero ahora mismo creo que ser director de fotografía es la mejor profesión del mundo.

¿Cuando entró a estudiar en la ESCAC tenía claro  que iba a ser director de fotografía?

No, no. Entré en la escuela porque quería dedicarme a las películas. Siempre sueñas con ser director, pero recuerdo mi primer año, cuando todavía llevaba los cafés, y conocer a unos alumnos de cuarto que hacían fotografía. Vi que disfrutaban tanto y que lo que hacían era tan guay, que pensé que quizá lo que se me daría bien era ser como ellos. Uno de ellos era Arnau Valls, que hoy es uno de los grandes. En verdad ,me gustan todas las cosas del cine, todas: el montaje, el sonido… Quizá soy más reactivo e intuitivo que profundo, y puede que por esa se me dé mejor la fotografía que la dirección.

Uno de sus trabajos de fin de carrera fue el cortometraje ‘Larutanatural’, de Alex Pastor (2004)… Aquel corto fue un bombazo, el inicio de algo grande.

Justo ayer recibí el mensaje de un director que me decía: “He visto ‘Larutanatural’ otra vez y estoy flipando. Es el mejor corto que he visto en mi vida. Es una obra maestra” [silencio otra vez muy prolongado]. Estaba pensando que quizá es la única obra maestra que he hecho en mi vida, y es un corto [silencio de nuevo]. Es una idea brillante, perfectamente dirigida, una auténtica maravilla. Ojalá hubiese conseguido en las películas que he hecho hasta ahora estar tan satisfecho y orgulloso que con ‘Larutanatural’, pero las películas, por una cuestión de volumen, son diez veces más difíciles de hacer que los cortos. Es tan fácil que un error te pueda hundir una película, hay tantos factores, tanta gente que...

Querría que fuera usted mismo quien definiera su estilo como director de fotografía.

Los directores que me conocen, los amigos, detectan cosas mías. Suelo estar sujeto a cambios, a adaptarme. Cada proyecto, cada director, es un mundo. Pero si algo es muy propio de mí es que intento explicar la historia de la mejor manera posible, sin ponerme delante ni querer ser más importante que la propia película. Me gusta embellecer la realidad, verla de una forma poética o bonita.

Cinco directores de fotografía de referencia para Eduard Grau

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">1. "Uno indiscutible es Harry Savides, director de ‘American Gangster’, de ‘Zodiac’, de ‘Reencarnación' (foto), de varias películas de Gus van Sant. Además de ser muy buena persona, ha sido un visionario, un esteta, un amante de la oscuridad”.</span>