LOS PREMIOS DEL CINE ESPAÑOL

Premios Goya: cuando sacar adelante tu ópera prima es una hazaña

Los candidatos al Goya a mejor dirección novel conciden en que levantar sus proyectos ha sido un "acto de resistencia"

César Esteban Alenda, Celia Rico, José Esteban Alenda, Arantxa Echevarría y Andrea Jaurrieta, en la Academia del Cine Español

César Esteban Alenda, Celia Rico, José Esteban Alenda, Arantxa Echevarría y Andrea Jaurrieta, en la Academia del Cine Español / periodico

Beatriz Martínez

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Levantar una película sigue siendo un proceso lento y complicado, pero todavía lo es mucho más si se trata de un debut tras la cámara. Por eso la mayoría de los nuevos directores han tenido que atravesar larguísimos e interminables procesos para sacar adelante sus óperas primas y conseguir que confiaran en ellos dentro de una industria a la que todavía le cuesta mucho trabajo apostar por las nuevas miradas.

Como dice Celia Rico, “hacer una película es un acto de resistencia”. Ella es una de los cinco candidatas al Goya a la mejor dirección novel de este año gracias a la estupenda ‘Viaje al cuarto de una madre’‘Viaje al cuarto de una madre’. Junto a ella, Arantxa Echevarría con ‘Carmen y Lola’Andrea Jaurrieta con ‘Ana de día’ César y José Esteban Alenda, los únicos integrantes masculinos de este quinteto, con ‘Sin fin’. Cuatro títulos que muestran la diversidad del cine español en cuanto a temática y estilo, que nos llevan del drama intimista materno-filial a la ciencia ficción romántica pasando por la reivindicación social o la búsqueda de la identidad femenina. Y cuatro títulos arriesgados cada uno dentro de su estilo, que demuestran la importancia de las voces auténticas que todavía no han sido contaminadas por la industria, que se salen de los esquemas preconcebidos y que se encuentran atravesadas por la personalidad de sus autores.

La mayoría de estos jóvenes talentos (aunque en realidad sus edades basculen entre los 33 años de Jaurrieta y los 51 de Echevarría) llevan años formándose y perteneciendo al ámbito del cortometraje. Son hijos de la 'generación low cost'. Cuando empezaron, la crisis económica ya se había asentado y tuvieron que aceptar desde el principio las nuevas reglas del juego. Aquellas óperas primas de los años noventa con las que se criaron, las de Julio Medem, Juanma Bajo Ulloa o Agustín Díaz Yanes, en las que se apostaba por el riesgo a través de una producción potente, pertenecen al pasado. Ahora el lema tiene más que ver con esa frase que aparece en ‘La llamada’ de Los Javis: “Lo hacemos, y ya vemos”. Por eso, la mayor parte de los autores mencionados han tenido que terminar autoproduciendo sus trabajos después de pasar por una larga lista de penurias que los han llevado al límite de las circunstancias.

Celia Rico, la más afortunada, tardó cuatro años en dar forma a ‘Viaje al cuarto de una madre’ y consiguió que la productora Arcadia se hiciera cargo del proyecto. La más sufridora, Andrea Jaurrieta, desafió todos los obstáculos que se le fueron poniendo por el camino para que su ‘Ana de día’ se convirtiera en una realidad‘Ana de día’. Pasó de tener productor a no encontrar financiación y así hasta que ella misma tuvo que hipotecarse para pedir un crédito y recurrir al 'crowfunding'. “Entrar en el circuito es complicadísimo”, cuenta Jaurrieta a EL PERIÓDICO. “Por eso es normal que mucha gente abandone por el camino o se quede rezagada. Vas cumpliendo años y ves que sigues dándote golpes contra la misma pared y no consigues tus objetivos, eso es muy frustrante”.

Andrea ha tenido que trabajar de profesora, de chófer, de monitora de esquí, de camarera y de cualquier otra cosa que le permitiera mantenerse económicamente al mismo tiempo que le podía dedicar un espacio a la película. “La pasión te lleva a hacer lo que sea para seguir adelante. Renuncias a muchas cosas, y no siempre vas a encontrar comprensión a tu alrededor”.

Los hermanos Alenda han estado nominados al Goya al mejor cortometraje varias veces, por ‘El orden de las cosas’ (2010) y ‘Matar a un niño’ (2012) y no por eso han encontrado el camino más allanado. “Lo que hemos aprendido la gente de nuestra generación, es que no sirve de nada que llames a la puerta de los productores tradicionales, porque no se van a leer tu proyecto. En general, hay una aversión al riesgo, y es difícil encontrar a alguien que se atreva a hacer algo diferente, que se salga de las convenciones”, cuenta José Esteban Alenda en un encuentro organizado por la Academia de Cine.

“Hay que ser un poco estrategas”, continúa Celia Rico. “No nos engañemos, el mundo de la cultura siempre ha pertenecido a la clase burguesa. Hacer cine es un hobby muy caro, así que si no tienes dinero y quieres hacer una película tienes que tener un plan A y un plan B”. En su caso comenzó haciendo Excels como coordinadora de producción para más tarde convertirse en la ayudante de Claudia Llosa en la película ‘No llores, vuela’ (2014).

Arantxa Echevarría piensa que, gracias a la democratización de la imagen, todo el mundo puede coger una cámara y hacer cosas. “El cine es un lenguaje, y como tal, hay que practicar mucho para aprender todos sus recursos y posibilidades”. Pero al final, como dice Jaurrieta, puedes lanzarte a la aventura, pero ¿a costa de qué? “¿Quién es el primero que va a apostar por ti?, porque entrar en el circuito es complicadísimo. Las ayudas, tal como están planteadas, van en contra del cine pequeño. Si todo lo que te rodea es adverso, al final solo te queda apostar por ti mismo”.

Para los cinco nominados haber llegado hasta aquí, ya es un triunfo, aunque saben que la próxima batalla puede ser igual de cruenta. Como dice Arantxa Echevarría, son “vencedores del tedio”.