ENTREVISTA

Joan Pera: "Debería haber rodado más películas"

El destacado actor cómico y doblador recogerá el Gaudí d'Honor por sus 50 años delante y detrás de la cámara

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joan pera / periodico

Marta Cervera

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Joan Pera (Mataró, 1948), gran actor cómico con una dilatada carrera teatral a cuestas, es el único con premio asegurado en los Gaudí d'Honor-Miquel Porter 2019 que este domingo otorga la Acadèmia del Cinema Català en el Palau de Congressos de Catalunya. El premio honorífico es el reconocimiento a medio siglo de vida profesional de alguien que ha hecho pocas películas ante las cámaras, pero cuya voz ha dado personalidad a muchos personajes. Entre ellos, el estadounidense Woody Allen y el británico Rowan Atkinson.

-Sus últimos papeles importantes fueron en ‘Yucatán’, de Daniel Monzón, y el de Pau Casals en 'La fuerza de un silencio', la película para televisión de Manuel Huerga. 

-Me hizo mucha ilusión que él, que ha sido una gran 'patum' del audiovisual, me viniera a buscar. Yo he sido siempre un actor popular, simpático. Nadie me había dado papeles con la profundidad de un Pau Casals. Disfruté mucho con ese trabajo.

-Con ese papel ganó el premio a Mejor Intérprete Masculino en un festival internacional celebrado en Corea del Sur. ¿Se abre una nueva etapa?

-Desde luego, aunque no creo que sea muy larga, pero espero que sí muy fecunda. Los actores cómicos tenemos una gracia especial para traspasar sentimientos al público. Sabemos más cómo tocar la fibra.     

-Rodó su primer filme en 1982, ‘La rebelión de los pájaros’, de Lluís Josep Comerón, y pasaron 26 años hasta que no reapareció en la pantalla grande con ‘Forasters’ (2008). ¿Le pesa haber hecho tan poco cine?

-Me cuesta admitirlo pero es así. Pertenezco a una generación que creció con el cine. Pero yo siempre sentí el teatro más cerca, más próximo a mí. Al poder hacer televisión sentía que estaba un poco en el cine. Hice muchos ‘Estudio 1’ y series como ‘Doctor Caparrós, medicina general’, ‘Amor méu’, ‘Quart segona’, ‘Prêt-à-porter’... 

-Su principal aportación al cine ha sido como doblador.

-¡Creo que he doblado a casi todos los actores con excepción de Sofia Loren! Doblar era una manera de estar en el cine. He doblado a muchos chavales, los niños que salían en ‘Juegos de guerra’ era yo, ‘Harry y su hijo’, también. ‘Vestida para matar’, ‘La decisión de Sophie’. Primero en castellano y después, con la llegada de TV3, en catalán hice doblaje por un tubo.

-Pero una cosa es poner la voz y otra interpretar un papel ante la cámara.

-Pero cuando doblas, de alguna forma, también sientes que el filme es tuyo. Es como estar dentro del cine, aunque no es lo mismo, claro. Debería haber rodado más películas.

-¿Qué pasó?

-Ahora tengo una entidad física para ciertos papeles, pero de joven no. Era 'bufonet', el guapito, pero no llegaba a tener ese porte de un galán de las películas de Bellmunt, por ejemplo. Yo doblaba todos sus filmes ¡y hacía los galanes! Siempre le pedí que me diera un papel. Pero él insistía: "Pero si ya los haces muy bien con el doblaje, si ya estás en el cine". Y te lo acababas creyendo un poco.

-O sea que ahora, a sus 70 años, ha llegado su oportunidad en el séptimo arte.

-Eso es. Si alguien busca un viejecito más o menos guapito que aún se aguanta y que tiene una cierta práctica o experiencia, tendrán que venir a por mí.

-¿Tiene el discurso de la gala preparado?

-Sí. Se lo dejé leer a alguien en quien confío y me recomendó recortarlo a la mitad.  Estoy en ello, aunque hay ciertas cosas en las que sí quiero incidir, pero siempre con humor, como la gente espera de mí.

-Elija un momento de su carrera profesional.

-¡Uf! ¡Son tantos! Los seis años de la comedia teatral ‘La extraña pareja’, junto a Paco Morán, o la época con Joan Capri.  Pero quizá me quedo con Woody Allen y el día que llamó para darme el visto bueno como su doblador. Había escuchado a muchos y no le gustaba nadie. Como yo era un cómico muy marcado por otros trabajos no me dieron a probar porque buscaban algo nuevo. Al final me llamaron un poco a la desesperada. Cuando doblé la prueba hasta me sorprendí a mí mismo de lo bien que quedó.  

-¿Rowan Atkinson fue tan puntilloso?

-Él, en los primeros capítulos de ‘L’Escursó Negre’, hacía un sonido característico que el personaje hacía y quizá yo estiré demasiado, sobre todo cuando la serie llegó a la Edad Media y la era moderna. Eso no le gustó. Pero cuando ha hecho un filme ha venido a buscarme. Menos el primero, el resto los he doblado todos.

-¿Hay algún personaje que no haya querido doblar?

-Tengo un defecto: quiero hacerlo todo. Pero he de admitir que ‘Bola de drac’, que se convirtió en una popular serie en nuestro país, no iba conmigo y lo dejé. Pensé que no duraría ni dos días y el que me sustituyó ha vivido 20 años gracias a la serie japonesa. ¡Me faltó visión!