QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

El Museo de la Erótica ofrece objetos insólitos, curiosidades históricas y otros elementos para disfrutar del sexo

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Eduardo de Vicente

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Los turistas y barceloneses que pasean por las Ramblas se ven sorprendidos en muchas ocasiones por una Marilyn Monroe ataviada como en La tentación vive arriba que les saluda desde un balcón. Muchos le hacen fotos pero no todos saben que se trata de una original promoción para atraer a la gente a un insólito espacio compuesto por unos 800 objetos a cual más sorprendente y que, casi siempre, esconden historias muy curiosas, el Museu de l'Eròtica de Barcelona (MEB), que lleva ya más de 20 años en funcionamiento.

Para llegar hasta él hay que subir unas estrechas escaleras mientras, en ambas paredes, leemos frases relacionadas con el sexo pronunciadas por personajes tan dispares como Woody Allen o Milan Kundera. En su interior hallaremos 13 salas pero una de las ventajas de este centro es que la mitad son exposiciones temporales por lo que cada medio año, aproximadamente, se proponen nuevos alicientes. En el presente reportaje abordaremos lo que puede verse estos meses pero algunos elementos cambiarán dentro de un tiempo.

El sexo en tiempos de guerra

La primera habitación está dedicada estos días a una exposición temporal sobre la prostitución en tiempos de guerra centrada en Corea y Japón que obligaron por ley a que las viudas prestaran servicios sexuales a los soldados. Con los años se ve aquella decisión como una vergüenza nacional y tres animaciones se ocupan de pedir disculpas por lo sucedido. En el mismo espacio también se muestran postales eróticas de la Primera Guerra Mundial (tienen 3.500 pero las van cambiando) en blanco y negro y también coloreadas que se utilizaban como si fueran monedas entre soldados enemigos. Y también unas ilustraciones que las mujeres enviaban a sus maridos en el frente y en las que se las veía en plena acción con los sirvientes, ya que era una costumbre habitual que los utilizaran para saciar sus ansias en ausencia de los esposos. Igualmente podemos ver dos vestidos de can-can de 1890 procedentes del Liceo.

El rey pornógrafo y la reina ninfómana

A su izquierda hay una salita pequeña, pero es de las más visitadas. Está dedicada a los famosos videos pornográficos que Alfonso XIII ordenó que le filmaran. El museo proyecta sin parar tres de ellos. Pero aún hay más, una serie de dibujos sobre Isabel II, la tatarabuela de Juan Carlos I, cuyo marido y primo, según se rumoreaba en la época, era homosexual y ella se ganó el apodo de “la reina ninfómana”. Poetas y pintores de aquellos años crearon el libro Los Borbones en pelota, donde se muestran sin ningún tipo de censura las aventuras amorosas de una monarca que quedaba preñada continuamente (tuvo 12 embarazos aunque no todos acabaron bien), incluso siendo viuda. El último rincón de este espacio se destina a la Barcelona canalla con imágenes del Paral.lel, la Bella Dorita, las monedas que se utilizaban en los prostíbulos o un preservativo de los años 50.

El vibrador de Cleopatra

Entramos en el apartado dedicado a Europa con grabados de Rusia, Francia, Austria, Francia y Alemania todos ellos con su certificado de autenticidad y a las civilizaciones antiguas como la asiática, con esculturas de geishas que datan del siglo VII, porcelanas chinas o un legendario rollo de papel sobre las proezas sexuales del emperador que se consideraba que era más inmortal en función de las mujeres con las que hubiera yacido. Egipto fue otra cultura muy avanzada en este sentido. Por ejemplo fueron los primeros en elaborar un calendario de la menstruación  y construyeron el primer vibrador. Era una funda de seda en la que se introducían unas abejas y luego se cerraba. Su dueña era, por supuesto, Cleopatra.

Grecia, Roma y la India

En Grecia se consideraba la homosexualidad como una forma de placer como cualquier otra, en busca de nuevas experiencias sin ningún tipo de connotación negativa y esas imágenes aparecen frecuentemente en vasos o platos. Viajamos ahora a Roma y Pompeya y podemos ver las monedas que utilizaban para pagar a las prostitutas y la preside una imagen de Calígula que autorizó la prostitución durante su imperio e incluso establecía las tarifas de precios. La parte dedicada a la India se dedica al Kamasutra, la Biblia de las posturas con múltiples ilustraciones en papel de seda o de arroz en las que no se excluye, como en Grecia, las relaciones entre hombres.

Christian Grey se detendría un ratito en la habitación roja donde hay cinturones de castidad y artilugios de todo tipo, ilustraciones del marqués de Sade, una amplia colección de látigos y las primeras fotos de sadomasoquismo y cómics antiguos sobre la materia. Una de las novedades que tienen más éxito es el apartado que denominan “las máquinas de follar”. Desde un balancín a una bicicleta, una pelota o una silla, todas ellas con… sorpresa. Los visitantes pueden sentarse (vestidos, eso sí) y experimentar algo parecido. Es la estrella de las despedidas de soltero.

También hay un rincón sobre el pene con ejemplos insólitos como el festival que le dedican en Japón en abril con un enorme falo de yeso que los visitantes deben tocar para tener hijos o una vida sexual sana. También hay dildos de silicona actuales o ejemplos de la antigüedad de África o Sudamérica y podemos descubrir la historia del miembro incorrupto de Napoléon que fue adquirido por una fuerte cantidad de dinero en una subasta. Dalí, con su obsesión por la masturbación y Picasso, por las prostitutas, tienen su reservado en el que hay grabados y litografías auténticas de ambos artistas.

Lennon y Marilyn

Cantantes y actrices están presentes por medio de John Lennon del que se exhiben algunos dibujos así como la sesión fotográfica de la polémica portada del disco Two virgins y que, en breve, tendrá más contenidos. Marilyn Monroe, con los ejemplares de Playboy en los que salió, o el mítico calendario de 1955. Y también, Mae West, la reina de las réplicas ingeniosas (“¿llevas una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?”). La siguiente estancia se dedica a los récords sexuales, como si fuera el Guinness, el pene más largo (34 cm.), los pechos naturales más grandes (177 cm.), etcétera. Reservada a gente sin complejos.

El tramo final incluye una muñeca erótica de última generación, información sobre escándalos sexuales (Marilyn / Kennedy o Clinton / Lewinsky), una muestra de corsés de los años 20 a los 40 o una selección de vibradores desde el primero (1899) y la evolución sorprendente de este objeto. Igualmente disponen de un jardín donde se proyectan cortos eróticos, pueden verse esculturas de Betty Boop y Jessica Rabbit y celebran eventos regularmente. También presumen de contar con un sex-shop que, aseguran, es el más barato de la ciudad (tiene entrada independiente al museo). Una original recopilación de objetos e imágenes que nos pueden servir para descubrir curiosidades, conocer algo más de historia y ¡cómo no! aprender a disfrutar del sexo de una forma divertida y sana.