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Las curiosas anécdotas del rodaje de la comedia política 'El vicio del poder'

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Eduardo de Vicente

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El estreno más destacado de esta semana es El vicio del poder, una despiadada y también muy divertida biografía del republicano Dick Cheney, vicepresidente de Bush hijo. Adam McKay (El reportero, La gran apuesta) dirige a Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell (Donald Rumsfeld) y Sam Rockwell (Bush hijo) en esta irónica película que repasa la vida del político desde su juventud, en la que era un chico alcohólico e irresponsable, hasta que fue ascendiendo en el partido republicano y acabó siendo la mano derecha del presidente.

El filme utiliza recursos cómicos e inesperados para mantener la atención y provocó que los técnicos utilizaran todo tipo de métodos para conseguir que los actores recordarán a los personajes originales. Como era de suponer, el filme está repleto de divertidas curiosidades.

-Shakespeare como inspiración. Para documentarse, el director se centró en la biografía The power broker, escrita por Robert Moses, pero asegura que empezó a devorar libros sobre el poder llegando, incluso, a los clásicos de Shakespeare.

-La segunda apuesta. La película reúne a varios actores del reparto del filme anterior de McKay, La gran apuesta, como Bale o Steve Carell y el mismo productor, Brad Pitt. Ambas ironizan sobre la economía y la política y utilizan recursos originales.

-El título de rodaje. Durante la filmación, la película tenía el título provisional de Backseat (El asiento de atrás).

-La primera vez. Nunca antes una película norteamericana se había centrado en un vicepresidente salvo que, más tarde, llegara a la presidencia.

-Dos títulos en uno. Su título original Vice, tiene un doble sentido. Quiere decir "vicio" en inglés, pero también es la abreviatura de vicepresidente.

-Bale podía haber sido Bush. El actor debía interpretar a George Bush en W, el filme sobre el presidente que rodó Oliver Stone, pero abandonó y fue sustituido por Josh Brolin. Resulta curioso que ahora interprete a su vicepresidente.

-El camaleón humano. Para convertirse en Cheney, el actor tuvo que afeitarse el pelo, aclararse las cejas e hizo unos ejercicios para que su cuello pareciera más grande. Igualmente tuvo que ganar más de 20 kilos y afirma haberlo conseguido a base de comer tartas. Recordemos que hace años hizo lo contrario, adelgazarse 28 kilos para dar vida al esquelético protagonista de El maquinista, el drama fantástico que rodó en Barcelona.

-Más preparación que nunca. Bale explica que al director le encanta rodar escenas improvisadas y que esta circunstancia provocó que tuviera que preparar el personaje más que nunca ya que no solo debía intentar imitar sus gestos y manera de hablar sino también las expresiones que utilizaba frecuentemente en cada momento de su vida.

-Un maquillaje muy trabajado. Los responsables de este apartado no conseguían dar con el aspecto ideal para que Bale se pareciera a Cheney y, finalmente, lo lograron, pero les costó seis meses de trabajo.

-La coincidencia: Dick Cheney y Christian Bale nacieron el mismo día, el 30 de enero. El político lo hizo en 1941, mientras que el actor es de 1974.

-Metida en el personaje. Amy Adams se introdujo tanto en el personaje de Lynne Cheney que hablaba todo el día imitando su voz. Incluso mantenía debates políticos con el director sin abandonar el mismo acento.

-Hablar como Bush. Sam Rockwell, que interpreta a George Bush, necesitó una prótesis en la nariz para asemejarse a su personaje, pero también pidió que le hicieran otra en la boca para poder imitar su peculiar manera de hablar. 

-El narrador. La historia está narrada por un desconocido, un hombre corriente del que no descubriremos la identidad hasta el final y que aporta ironía a la biografía. Con este recurso pretendía que el espectador se sintiera tan engañado como él.

-El ataque real. El director sufrió durante la posproducción un pequeño ataque al corazón, como Cheney. Las imágenes de su intervención médica las introdujo en blanco y negro en el filme y las calificó como su cameo.

-Hablando a cámara. En una de las últimas escenas, Cheney se dirige al espectador. Esta secuencia no estaba prevista y fue una sugerencia de Bale que escribió con el director en un solo día sin tener la garantía de que se incluiría. Finalmente, McKay quedó impresionado por cómo había capturado la esencia del personaje, la añadió al filme y le agradeció la idea.

-¡Un musical! El filme incluía, inicialmente, un número musical en el que participaba gran parte del elenco y llegó a rodarse, pero McKay decidió cortarlo en el último momento para darle un tono más serio a la escena. Ojalá se incluya en las escenas eliminadas cuando aparezca en DVD y Blu Ray…

-Pullman desaparecido. El actor Bill Pullman fue contratado para hacer el papel de Nelson Rockefeller, pero también su personaje desapareció en la mesa de montaje.

-Un Globo demoníaco. Al recoger Christian Bale el Globo de Oro al mejor actor le dio las gracias a Satán para haberle servido de inspiración para su personaje. A los Cheney no les debe haber hecho gracia la broma.

-La sorpresa final. Es conveniente no irse del cine antes de tiempo ya que, tras los primeros créditos iniciales, hay una escena adicional muy divertida.