El concierto de Año Nuevo da inicio a los clásicos musicales navideños

Durante muchos años, las familias se arremolinaban frente a la televisión el primer día del año para disfrutar del Concierto de Año Nuevo que solía emitirse desde Viena. Tras una noche (y una madrugada) de abusos gastronómicos y etílicos proporcionaba el reposo y la tranquilidad necesaria para sobrellevar el atracón y la resaca. Pero desde hace un tiempo todo ha cambiado, no porque las cadenas dejen de emitirlo sino porque tenemos la oportunidad de vivirlo en primera persona en nuestra ciudad. Y este año, una vez más, el Palau de la Música acogerá este clásico navideño a cargo de la Strauss Festival Orchestra y el Strauss Festival Ballet Ensemble que no solo se programa el 1 de enero, sino que también puede verse antes y después de esta fecha.

El repertorio está básicamente integrado por valses de Richard Strauss como Sangre vienesa, Voces de primavera, Vals del Emperador, Champagne o los inevitables fragmentos de la opereta El Murciélago. Pero si algo que nunca puede faltar es el número uno entre los éxitos de Strauss hijo, El Danubio azul, ni la despedida con la Marcha Radetzky en la que, como manda el ritual, debe ser acompañada por el público haciendo las palmas.

Conciertos divertidos, pero rigurosos

La orquesta encargada, la Strauss Festival tiene una larga trayectoria internacional y ha actuado en las principales ciudades europeas con la intención de acercar al compositor a un público cada vez más amplio convirtiendo sus conciertos en rigurosos y, al mismo tiempo, divertidos. Al espectáculo contribuye decisivamente la participación del Strauss Ballet Festival Ensemble que ofrece estilizadas coreografías con elegantes vestuarios que destacan a las parejas de baile o a personajes determinados en, por ejemplo, las escenas de la caza o del brindis, que tiene elementos paródicos.

La música de la Viena del siglo XIX ha conseguido convertirse en un clásico navideño por la vitalidad contagiosa que desprenden sus valses, polcas y marchas y que nos hacen evocar la historia de Francisco José I e Isabel de Baviera, más conocida popularmente como Sissí y cuyo rostro quedó unido para siempre con el de Romy Schneider, la actriz francesa pero nacida en Viena que la interpretó en varias ocasiones en la pantalla grande.

Bandas sonoras de cine y un ballet navideño

Y hablando de cine, quienes deseen seguir pasando unas Navidades clásicas pueden optar también por apuntarse al concierto de Grandes Éxitos de la Música del Cine a cargo de la Hollywood Symphony Orchestra. Tendrá lugar el miércoles 2, también en el Palau, a las 21.30 horas, y allí sonarán las partituras de películas inolvidables como El señor de los anillos, de Howard Shore, Harry Potter y Star Wars, ambas de John Williams, o la mítica Lawrence de Arabia de Maurice Jarre, entre otras.

Una tercera opción, ahora en el Teatre Victoria, consiste en el ballet del Cascanueces del que se encargará el Moscow State Ballet. Se trata de una deliciosa pieza musical sobre unos muñecos que cobran vida en la noche de Navidad y arrastran a una niña a vivir aventuras con ellos. Esta producción dividida en dos actos está interpretada por 40 bailarines sumergidos en una decoración espectacular y con un vestuario deslumbrante. Podrá verse mañana lunes 31, a las 17.30 y 21.30 horas y el martes 1, a las 20 horas.

Tres opciones muy distintas pero complementarias para sentir el sabor navideño de la mano de los clásicos, bien sean musicales, cinematográficos o del mundo de la danza. Unas Navidades a ritmo de grandes creaciones que mantienen su frescura a lo largo de los años… o de los siglos.