RECITAL DEL AUTOR DE 'YOLANDA'

Pablo Milanés rescata sus joyas ocultas en el Palau

El cantautor cubano regresa al Palau con 'Esencia', un recital intimista en el que recorre su carrera y en el que se fija particularmente en canciones que aprecia y que no han disfrutado de una gran difusión

Pablo Milanés, en una imagen promocional

Pablo Milanés, en una imagen promocional

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya sea a título personal o en tándem con otros artistas, Pablo Milanés sigue grabando discos al tiempo que rehace sus repertorios en conciertos de formatos cambiantes. El que este sábado ofrecerá en el Palau, dentro del 20º Festival del Mil·lenni, responde por ‘Esencia’ y brinda nuevos tratamientos a canciones de toda su trayectoria. “Sin música yo no viviría”, asegura el veterano de la Nueva Trova Cubana, de 75 años, en una entrevista por vía telefónica en la que expresa su irrenunciable inquietud artística. “Queda mucho por hacer”.

En la gira ‘Esencia’ se permite un lujo: recuperar canciones poco difundidas de su amplia discografía. “Tengo 50 discos de los que se conocen apenas unas canciones”, considera el cantautor. “Ahora quiero que el público conozca otras, independientemente de que cante también las más conocidas”. ¿Como cuáles? “Por ejemplo, ‘Todos los ojos te miran’, ‘Sueños’, ‘Matinal’, ‘Plegaria’…” Las interpretará acompañado de Ivonne Téllez (piano) y Caridad R. Varona (violoncello).

Colectivo pionero

Entre ellas no figura ‘Mis veintidós años’, pieza considerada como momento fundacional de la Nueva Trova, allá por 1964. “Apenas la he interpretado; ya lo hicieron cantantes como Omara Portuondo o Elena Burke”, alega matizando ese carácter pionero de la pieza. “Así la consideran los musicólogos y críticos en Cuba, aunque éramos muchos los que hacíamos cosas parecidas al mismo tiempo. Jóvenes de 18, 19 años que tratábamos de cambiar la música en el sentido tanto poético como armónico”.

Tal y como refleja en su frondoso último disco en solitario, ‘Renacimiento’ (2013), Milanés siempre bebió de la rica tradición de géneros y ritmos cubanos. En su juventud llegó a conocer a mitos como María Teresa Vera, Benny Moré… “Y otros tan importantes aunque fueran entonces menos conocidos, como Miguelito Cuní, Cotán El Albino o Compay Segundo”, recuerda. Con Compay trabajaría años después. “Hice tres discos con él antes de que llegaran los grandes poderosos”, apunta aludiendo al ‘Buena Vista Social Club’.

Política, no, gracias

La conversación con Milanés topa con un par de líneas rojas. Una, su relación con Silvio Rodríguez, que, se diría, ha ido de mal en peor a raíz de sus opiniones políticas cruzadas en la prensa. “Este tema nunca lo toco. Está olvidado. Pasemos a otra pregunta si no te molesta”, indica el cantautor. Y la otra, la política en sí. En general. O en particular: hace un año expresó a la agencia Efe su sensación de haberse convertido en “el vocero de los que no se atreven” (a criticar la situación política de Cuba). Ahora, sus representantes piden de antemano a los entrevistadores que se abstengan de entrar en este terreno.

¿Qué ha ocurrido? “No hablo de política ya. Sí que me gusta hablar de lo revolucionario, al respecto de gente como Mandela o Mujica, y de las cuestiones sociales, relativas al mundo, a tu barrio… Pero la política propiamente no me interesa ya”, zanja el trovador.

Hay más disposición a hablar de sus proyectos discográficos. Tras compartir trabajos con Miguel Núñez (2016) y con su hija Haydée Milanés (2017), acaba de publicar ‘Flor oculta de la vieja trova’, un nuevo mano a mano con José María Vitier, pianista que ha establecido alianzas con Martirio y Maria del Mar Bonet. Y dos grabaciones ya consumadas esperan en la recámara. “Un disco de salsa y otro de estándares norteamericanos en inglés”, anuncia. Que no decaiga, pues. “Hago muchos discos, sí. No paro. Vida y música están mezcladas”.