ENTREVISTA

John McPhail ('Ana y el Apocalipsis'): "Solo aguanté 10 minutos de 'High school musical'"

Juan Manuel Freire

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¿Cómo hacer una película de zombis y que sepa a carne fresca? Pues, por ejemplo, haciendo que sea un musical. "Pero ya existe 'La felicidad de los Katakuri', de Takashi Miike", dirán algunos. A lo que puede replicarse: "Pero es que 'Ana y el Apocalipsis' pasa encima en Navidad". Detrás de este cóctel imposible, recién llegado a los cines, encontramos al joven director de origen escocés John McPhail.  

¿Cómo salta de una pequeña comedia romántica ('Where do we go from here?') a un musical zombi navideño?

Cuando leí el guion, lo que me llamó la atención no fue el aspecto espectacular. No me atrapó la idea de hacer 'set pieces' musicales, ni hacer explotar cabezas. Me gustaban los personajes. Era una historia con mucho corazón. Los diálogos rebosaban sinceridad emocional, algo que ya cultivé en mi primera película. Para mí lo importante del proyecto eran los personajes, no tanto las canciones, ni tampoco el terror. Quería que la gente los adorase, los animase y los quisiera ver triunfar sobre la adversidad.

Heredó el proyecto de Ryan McHenry, quien falleció con 27 años a causa de un cáncer. ¿Durante el rodaje solía pararse y preguntarse qué habría hecho Ryan?".

Durante un tiempo, la idea de hacer la película me entristecía, en cierto modo. Pero hubo un momento en que tuve que empezar a dejar esa sensación atrás y empezar a entender 'Ana y el Apocalipsis' como mi propia obra. Dos directores no harían el mismo filme a partir del mismo guion; son narradores diferentes. Sea como sea, creo que si Ryan viera la película, se sentiría orgulloso de ella.

En los últimos tiempos no hemos ido escasos de películas y series de zombis. ¿Le paralizó eso también un poco al principio?

Sí, la verdad es que sí. Hace cuatro años se me pasó por la cabeza hacer una película a medio camino de 'La noche de los muertos vivientes' y 'La niebla', en la que la gente se convertía en zombi por culpa de una niebla. ¡Me parecía muy guay! Pero el mercado estaba saturado con pelis del subgénero. Sin embargo, al final he visto que había espacio para otra. Lo importante en las películas son los personajes, creo. Si en la mía cambiásemos a los zombis por, digamos, la masa de 'La masa devoradora', tampoco pasaría nada, no importaría. Podría ser una peli de monstruos.

'Zombies party' nos enseñó que una comedia romántica de zombis podía ser la mejor idea. Hay bastante de este clásico de Edgar Wright en su película. ¿Incluso algún homenaje directo? Como cuando Ana sale de casa cantando y no se da ni cuenta del caos zombi a su alrededor, igual que Shaun (Simon Pegg) en cierta secuencia icónica

En mi época universitaria daban por la tele 'Spaced' [la mítica telecomedia dirigida por Wright y escrita por Pegg con Jessica Hynes, plagada de referencias a la cultura pop]. Era tan brillante, tan divertida… Desde entonces he seguido la carrera de Wright. Me encanta 'Zombies party' y fue una fuente de inspiración en muchas partes. Pero había otros referentes. Crecí viendo las pelis de Sam Raimi. O de John Carpenter; por eso suenan tantos sintetizadores a lo largo de la película. ¡Hay muchos guiños y referencias por todas partes!

Como ese póster de 'La felicidad de los Katakuri', un musical zombi anterior al suyo.

¡Así es! Es una locura. Cuando empezamos a preparar nuestra película, en el equipo todo el mundo se refería a ella como "el primer musical zombi". A lo que yo tuve que contestar un día: "No, no es el nuestro. Ese honor es más de Takashi Miike, tíos". Y aunque insistía, nadie quería verla. Solo la vio un tipo, mi diseñador gráfico, Liam [Bryant], porque tenía que hacer el póster que se ve al fondo [risas].

Parece usted un fanático del terror, pero ¿qué hay de los musicales? ¿También estaba muy metido en ellos?

Si le soy sincero, no, en absoluto. Era verdaderamente inculto al respecto. Mi musical favorito cuando empecé esta película era 'South Park: Más grande, más largo y sin cortes'.

¡Ese es bueno!

También me encantaba 'The book of Mormon'. Era fan de 'Cannibal! The musical'. Es decir, todo mi conocimiento de musicales se reducía a la escuela de Trey Parker y Matt Stone [creadores de 'South Park']. Cuando me encargaron este trabajo, me puse las pilas y vi un montón de musicales teatrales, desde 'Wicked' hasta 'Una rubia muy legal'. Nunca había visto 'West side story' y aluciné muchísimo con esa película: el ritmo, el montaje, el color… Me enamoré de ella. En cambio, de 'High school musical' aguanté solo 10 minutos. Ya capté enseguida en qué consistía todo.

Además de ser una película de zombis y un musical, 'Ana y el Apocalipsis' pertenece al subgénero navideño. Ha dicho que le gustaría que fuera "el 'Gremlins' de esta generación".

O la nueva 'Los fantasmas atacan al jefe'. Otras películas de Navidad que me encantan son 'La jungla de cristal', 'Krampus' o, claro, '¡Qué bello es vivir!', que veo cada año. Como 'Solo en casa'… Ah, bueno, a mi madre le encanta 'Elf' y también suelo sentarme a verla con ella.