ENTREVISTA

Sidonie: "Actitud y patilla han sido esenciales en nuestra carrera"

El trío barcelonés conmemora 20 años de trayectoria con la antología 'Lo más maravilloso'

Sidonie, fotografiados esta semana en la Casa Vicens de Barcelona

Sidonie, fotografiados esta semana en la Casa Vicens de Barcelona / periodico

Jordi Bianciotto

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Sidonie culmina las celebraciones de su 20º aniversario con una recopilación, ‘Lo más maravilloso’, que reúne canciones de todas sus épocas y dos nuevas grabaciones: la revisión de ‘Fascinado’, retitulada ‘Fascinados’, con aportaciones de una veintena de voces invitadas (de Serrat a La Bien Querida pasando por Albert Pla o Jeanette), y la inédita ‘Maravilloso’. Hablamos con Marc Ros, Jesús Senra y Axel Pi, que este viernes ofrecerán un concierto especial en la plaza de Catalunya, dentro del 20º aniversario de ‘El Triangle’, y que en el 2019 limitarán su actividad a Latinoamérica.

En este tiempo han practicado diversos giros sonoros. ¿Qué caracteriza a Sidonie por encima de los géneros?

(Axel Pi) Somos mitómanos y románticos. No escondemos nuestros amores y pasiones, ni nuestras influencias. Puedes decir “esto lo habéis robado de Beck, o de Kula Shaker”, pero no podemos dejar de ser eso: fans de la música.

Comenzaron en 1997, en la Barcelona ‘indie’.

(Marc Ros) Recuerdo muy bien haber compartido escenario con Astrud, y que nos invitasen a festivals con grupos neopsicodélicos que a su vez eran hijos del movimiento neomod. Una generación de grupos como Apple Starking, Something, Flashback5..., con los que compartimos los primeros BAM.   

Fichar por Bip Bip Records, sello de Albert Gil (Brighton 64), les colocó en la casilla mod.

(Marc) Más de lo que éramos realmente. Nosotros no sabíamos qué éramos. Lo aprendimos más tarde. Lo que queríamos era nuestra independencia. Nos gustaban The Who y The Small Faces, y el soul de la Motown, ¡pero también Queen! Eso era motivo de conflicto con Albert, porque él tenía claro cuál debía ser nuestra estética. Y no íbamos por ahí.

"La visceralidad y el corazón han marcado nuestra carrera. Lo nuestro se supera con ensayos, experiencia y tablas, aunque a veces te sientes acomplejado"

Axel Pi

Queen está ahora más que nunca en boca de todos. ¿Han visto la película, ‘Bohemian rhapsody’?

(Marc) Sí, yo la he encontrado muy blanda, para todos los públicos. Demasiado Disney. Y respecto al rigor histórico, han hecho lo que han querido. Es normal para que la cuestión dramática funcione, pero se han pasado. El vestuario es chulo, las canciones son la hostia..., pero es un truño de película. ¿Lo bueno? Ver a niños con camisetas de Freddie, y que sepan que hay más música que el reggaeton y el trap.

(Axel) Hace años, en el festival mod Purple Weekend, de León, antes de empezar colgamos la bandera de Queen como declaración de intenciones. Quisimos hacer saber que nos gustaba Queen. Y Beck, y The Beta Band... El grupo se definió así.

Han tenido debilidad por los actores secundarios: George Harrison o Syd Barrett.

(Marc) Igual que en el disco ‘Sierra y Canadá’ nos fijamos en el país norteamericano que no es tan importante. Siempre hemos arrastrado el complejo del tipo que se sienta en la última fila de la clase,  la pasión por el personaje a la sombra.

En su primera época apuntaban hacia la psicodelia y salían a escena con un sitar.

(Jesús Senra) Entró de manera natural en el grupo, por influencia de los Beatles, Harrison y ‘Revolver’, que para nosotros era la Biblia. Se lo compré al bajista de Los Sírex, y aprendí a tocarlo yo solo en casa mirando vídeos VHS de Ravi Shankar. Durante un tiempo fuimos “el grupo del sitar”. Una vez, un maestro del instrumento me dijo: “se nota que no sabes tocarlo, pero es fantástico cómo lo integras en la música del grupo”.

(Marc) El academicismo no es lo nuestro.

(Axel) La visceralidad y el corazón han marcado nuestra carrera. Lo nuestro se supera con ensayos, experiencia y tablas, aunque a veces te sientes acomplejado. Pero la actitud y la patilla han sido esenciales para explicar nuestra carrera, para liberarnos de los complejos.

¿Pensaron en dejarlo?

(Marc) En una carrera en solitario, seguramente lo habríamos dejado. Estar juntos es lo que nos ha hecho seguir.

Después de los años del sitar, se decidieron por ser un grupo pop más abierto.

(Marc) Dejamos atrás el sitar y el inglés. El idioma era un impedimento. Y comenzamos a investigar otro tipo de canción, trabajando la estructura pop clásica, de estrofa y estribillo.

¿El momento “queremos triunfar”?

(Marc) Sí, no hay nada malo en querer triunfar, querer ser famosos... Me gusta cuando Serge Gainsbourg, después de hacer unos discos de jazz y de percusión africana, dijo “ahora quiero vender discos”. Ese período suyo, a finales de los 60, es el más interesante, cuando intenta hacer pop a su manera y le sale algo raro y muy chulo, buscando el estribillo. A veces los músicos tenemos complejos con la fama. Es honesto y noble querer llegar a la gente y vivir bien de lo que haces.

(Axel) Y valiente. Para Gainsbourg, igual lo más cobarde habría sido seguir en su mundo experimental, cómodo. ¿Y por qué no evolucionar y hacer discos con otra pretensión? A nosotros, cuando hicimos ‘El incendio’ (2009), nos fue fácil renunciar a los arreglos psicodélicos, que formaban parte de nuestra identidad.

Siempre parece que Sidonie arrastre una carga, una herida antigua.

(Marc) Es verdad. Venimos de donde venimos, de la escena de Barcelona, en la que éramos cuatro gatos, y al haber conseguido salir de ahí se nos ha criticado. Nosotros queremos gustar al mod más radical, al ‘indie’ y al gran público, y eso se critica, y nos ha hecho daño.

¿Diría que no han hecho concesiones artísticas?

(Marc) Concesiones las hace todo el mundo. El artista que te diga “yo hago música para mí”, está siendo falso: la música es compartir.  

El problema de acceder de repente a un público más grande es que se pueden generar adhesiones pasajeras, y que cuando te des cuenta ya no te siguen ni los fans iniciales ni los del ‘mainstream’.

(Marc) Con ‘El incendio’ ganamos público: gente joven, chicas muy jóvenes, gente que ni sabía quiénes eran los Kinks. Y luego, con ‘El fluido García’ (2011), fue lo contrario. ¡Aquellas chicas habían desaparecido! Nuestro error fue ser tan inocentes para pensar que les podía gustar aquel disco tan extraño, y que esas canciones podían sonar en ‘Los 40’, donde luego nos dijeron que programaban la música pensando en las cajeras de Zara. También por esperar que podíamos tocar en el Primavera Sound o en el FIB.

(Axel) Aunque en el Primavera habíamos tocado al principio, en el 2001, Poble Espanyol.

Con ‘El peor grupo del mundo’ (2016) regresaron al carril pop más directo. ¿Dio sus frutos?

(Axel) Podemos decir que estamos viviendo nuestro momento de mayor popularidad.

(Marc) Nos lo tomamos con humor. Y últimamente las canciones han salido, como ‘Maravilloso’. Y notamos un cariño, un respeto.

Y en ‘Fascinados’, nueva versión de ‘Fascinado’, han involucrado a artistas aparentemente alejados de su mundo, como Serrat o Albert Pla.

(Marc) Son muy pop también, ¿eh? El otro día escuchaba ‘Serrat 4’ y es un disco claramente pop. A su manera, como cantautor y poeta, pero pop. Y respecto a Pla, lo conocimos un día que nos sirvió espaguetis.

(Axel) En un festival, cenando juntos. Y cuando le propusimos esta colaboración su reacción fue flipante: “desde luego, encantado de ayudaros en este proyecto tan majo”. Era como un niño entusiasmado, entregado a lo que hace.

¿Por qué, a la hora de elegir un éxito suya para revisar, han elegido ‘Fascinado'?

(Marc) Porque, de nuestro primer disco en castellano, fue la canción que nos abrió las puertas. Valía la pena: es la canción que nos salvó la vida.