NOVEDAD EDITORIAL

Golnaz Hashemzadeh Bonde, el legado de una iraní en Suecia

La escritora de origen persa narra en 'Lo que fuimos' la experiencia de su familia emigrante

La escritora sueca de origen iraní Golnaz Hashemzadeh Bonde, en Barcelona.

La escritora sueca de origen iraní Golnaz Hashemzadeh Bonde, en Barcelona. / periodico

Elena Hevia

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No a todos los que precipitaron la caída del sha de Persia les movía la intención de implantar la teocracia que más tarde lideraría Jomeini. En esa revolución también hubo idealistas que lucharon a favor de la democracia, pero el poder de los ayatolás les dejó aparcados en la cuneta de la historia. Los padres de Golnaz Hashemzadeh Bonde marcharon de Irán durante la guerra frente a Irak y alcanzaron Suecia, que por entonces era el paraíso en la tierra de aquellos que se vieron obligados a emigrar por razones políticas. La pequeña Golnaz llegó con 3 años y ahora tiene 35, por el camino se ha convertido en una popular escritora en lengua sueca trasladando de una cultura a otra –es imposible pensar en dos mentalidades más distintas- las experiencias familiares y también en una activista en contra de la marginación social, una lacra que hasta hace unos pocos años parecía no existir en el idioma de Ingmar Bergman y que hoy es gasolina para el ascenso de la extrema derecha.

Hashemzadeh, que debutó en la novela en el 2012, ha pasado por Barcelona para presentar ‘Lo que fuimos’ / ‘Vam ser nosaltres’ (Duomo / Les Hores) reconstruye la historia de sus padres y en especial la de su madre siguiendo el hilo de los recuerdos mientras se enfrenta a una enfermedad terminal. “En el lapso de diez meses durante el 2014 nació mi hija y perdí primero a mi abuela en verano y en otoño a mi madre. Mi padre había muerto un año antes y eso me hizo pensar en cómo se trasmiten las cosas importantes de padres a hijos. En mi caso esas cosas iban teñidas de plenitud pero también de dolor”. Es ese dolor el que la autora ha transformado en literatura a partir de una pregunta esencial. ¿Consiguieron sus padres escapar a lo que dejaron atrás en Irán o bien se llevaron esos sentimientos traumáticos con ellos y les acompañaron toda la vida?

Las canciones de la infancia

‘Lo que fuimos’ habla de cuatro generaciones de mujeres y de paso de ese legado que a veces circula por canales invisibles. Hashemzadeh tiene una hija que no conoce el farsi porque el padre de la pequeña es sueco, la lengua que se habla en casa. Pero sí hay una excepción, las canciones  de los años 50 y 60 que la autora recuerda de cuando se las cantaban a ella. “Mi hija empieza a repetirlas y cuando lo hace, a sus cinco años, me pregunta: ¿echas de menos a tu madre? Y es fascinante que me haga esta pregunta porque está detectando una serie de cosas y no sé cómo lo hace. Eso me hace pensar en que las experiencias de mis padres van a tener repercusión en ella”.

No tiene muchas expectativas respecto al país de sus padres “uno de los más totalitarios del mundo” que no ha vuelto a visitar aunque a menudo sueñe con las calles de Teherán, recuerda el espejismo que supuso la llamada revolución verde del 2009 que se disolvió rápidamente. El padre de la escritora, antes de que todo quedara en nada, siguió aquellos hechos con esperanza. “Me decía, han tenido que pasar 30 años pero los cambios ya se han producido, ya están aquí, Y no fue así”.

Pero tampoco es optimista con su país de adopción, antaño la meca del estado del bienestar, que en los últimos años ha sufrido un claro deterioro en sus derechos sociales. “Cuando nosotros llegamos a Suecia en los 80 enseguida tuvimos empleo y una buena vida. El salario mínimo era muy alto y el máximo, relativamente bajo, por lo que las diferencias sociales no eran tan grandes. Hoy las distancias entre unos y otros han crecido mucho y los emigrantes que llegaron como nosotros se encuentra en el limbo”. 

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