CRÍTICA DE MÚSICA

La aplaudida 'Novena' de BCN Clàssics

La joven programadora privada mezcla con acierto a Toldrà con Beethoven

El director de orquesta Antoni Wit

El director de orquesta Antoni Wit

Pablo Meléndez-Haddad

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El ciclo BCN Clàssics  se inauguró el jueves en el Palau de la Música Catalana de la mano de una obra tan universal como popular: la Novena sinfonía de Beethoven. Pero como ya es usual en esta programadora privada, se aprovechó la ocasión para interpretar una pieza editada por Tritó, empresa de uno de los creadores de BCN Clàssics que tanto viene haciendo por la recuperación del patrimonio musical catalán. Esta vez se apostó por la poco divulgada Suite en mi de Eduard Toldrà, la primera obra para orquesta del autor, estrenada en 1919 en este mismo escenario.

De media hora de duración y dividida en cuatro movimientos, la obra muestra una faceta diferente de este gran compositor pianístico y de canciones presentándose como una especie de ballet pastoril, con gran acento rítmico y sentido cantabile que, si se hace honor al nombre, se muestra como una serie de danzas subyacente en el interior del compositor. Le faltaron ensayos a la Orquestra de Cadaqués y al director invitado, el fogueado Antoni Wit, tal y como se comprobó en el abrupto final del Allegro vivace e giocoso, algo descarrilado; brilló la flauta solista en el Allegretto non troppo mosso de bellos momentos; el Andante poco mosso pareció elegante y dramático aún con esa acción de conjunto dubitativa que también caracterizó el Allegro con brío final, con sonido muy de cobla.

Bastante más empaque hubo en la interpretación de la Novena, ahora con el maestro polaco sin partitura y despeinándose un poco más consiguiendo un sonido redondo y uniforme. Buen trabajo el de los coros Lieder Càmera Anton Bruckner, más convincente que el cuarteto de solistas, la soprano Christiane Libor, la mezzo Olesya Petrova, el tenor Timothy Richards –al borde del desplome– y el barítono Stephan Klemm, todos, en todo caso, muy aplaudidos.