ESTRENO EN EL TEMPORADA ALTA

Un robot reflexiona sobre su relación con los humanos en 'Uncanny Valley'

Stefan Kaegi, del colectivo Rimini Protokoll, desafía a los espectadores con un montaje defendido por un clon del autor alemán Thomas Melle

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Marta Cervera

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En la mayoría de las películas y obras de teatro los robots humanoides han sido interpretados por gente de carne y hueso. El director y autor Stefan Kaegi, miembro del premiado colectivo alemán Rimini Protokoll, abre una nueva era en las artes escénicas este viernes en la Sala La Planeta (Girona) con un montaje unipersonal protagonizado por una máquina: ‘Uncanny Valley’. La propuesta, estrenada hace poco en Alemania, es uno de los atractivos de un fin de semana con hasta 87 programadores, muchos internacionales, en el festival Temporada Alta.

El robot de 'Uncanny Valley' -una sofisticada máquina con 32 motores recubierta por una piel hecha a base de silicona- ha sido creado a imagen y semejanza del autor de la pieza, el escritor alemán Thomas Melle. Este no solo le ha prestado su aspecto físico sino también su voz para crear este clon que ya ha llegado a Girona. Construido por Chriscreatures, sus creadores han calcado exteriormente los rasgos físicos del autor con una impresora 3D. Una exhaustiva atención a los detalles finales como los ojos y los pelos de la barba ha logrado dotar de un aspecto humano muy real a la máquina. Pero debajo de esa superficie se esconde una amalgama de cables y conexiones que permiten articular todo tipo de movimientos, desde aquellos pequeños gestos que permiten mover las facciones de la cara a otros de mayor recorrido en manos y brazos. En la obra el clon diserta sobre la apasionante relación entre hombres y máquinas.

“La obra se pregunta sobre qué supone la dependencia de la inteligencia artificial. Abarca tanto la presencia cada vez mayor de los algoritmos en nuestras vidas como nuestra dependencia de todo tipo de prótesis”, dice Kaegi, director suizo interesado en explorar los límites del teatro. Todo empezó a raíz de un libro autobiográfico de Melle donde explica su transtorno bipolar. "A él le encantaba la idea de contar su historia sin tener que asistir a lugares públicos y contar con un robot que le sustituyera", dice el director. El autor alemán reflexiona en la obra acerca de las copias, de esas extensiones mecánicas de uno mismo.

"Más allá de explicar al público su propia decisión de ser representado por un robot, Melle habla de lo que nos espera y ofrece una perspectiva de un futuro en el que los robots puedan aprender por su cuenta”. Hoy en día hay algoritmos que ayudan a aparcar el coche y a conducirlo, GPS que permiten llegar a todas partes. “En Japón los robots ya están cuidando de jubilados”, recuerda Kaegi, un entusiasta de la revolución tecnológica. 

Lo que más le fascina del clon de Melle es su capacidad para crear empatía. “Tanto en los ensayos como durante la representación sentimos que sus movimientos son humanos y eso ayuda a que nos identifiquemos con él. La catarsis se produce”, afirma el director. Los ensayos han supuesto todo un desafío. "Acostumbrado a trabajar con actores y darles libertad, esta vez me he tenido que ocupar de todo: desde programar cuándo debía mover las cejas a cuántos segundo debía durar el movimiento de sus dedos y en qué dirección moverlos". Aunque está muy capacitado, confiesa que su robot también tiene ciertas limitaciones. Por ahora, afirma, los clones distan mucho de ser perfectos. Los replicantes de la icónica película futurista 'Blade Runner' son todavía ciencia ficción.

Otros estrenos

Coincidiendo con la <strong>semana de presencia de programadores el festival </strong>acoge otros estrenos como el de <strong>‘Here’, </strong>fruto de la colaboración entre los bailarines<strong> Lali Ayguadé y Guilhelm Chatir</strong> y la soprano Astrid Stockman, y la presentación en Catalunya de <strong>‘Génesis 6, 6-7’</strong>, espectáculo híbrido de Angélica Liddell. A parte del estreno en España de <strong>'Uncanny Valley'</strong>,  Temporada Alta acoge también el de <strong>‘The generosity of Dorcas’,</strong> un solo interpretado por <strong>Matteo Sedda</strong> del polémico <strong>Jan Fabre</strong>, aclamado director belga acusado de acoso laboral por una veintena de integrantes de su compañía. También estarán presentes aplaudidos espectáculos ya vistos en Barcelona como el poético <strong>'Là’</strong> de <strong>Baró d’Evel</strong>, el contundente manifiesto contra los feminicidios <strong>‘Rebota, rebota y en tu cara explota’</strong>, de <strong>Agnès Mateus y Quim Tarrida</strong>, estrenado en el festival TNT hace dos años, y la instalación de teratro-documento ‘<strong>Macho-man’, de Àlex Rigola</strong> que también versa sobre este tema desde otro ángulo. La música del <strong>anárquico cantaor El Niño de Elche</strong>, la presentación <strong>del filme de Emilio Belmonte ‘Impulso’ </strong>sobre el arte de la inquieta bailaora Rocío Molina y el estreno de <strong>'Liov'</strong>, una pieza breve de entre danza urbana y contemporánea de <strong>Diego Sinniger y Kiko López,</strong> completan los platos fuertes de este fin de semana dedicado a la creación contemporanea más rompedora.