QUÉ HACER HOY EN BARCELONA

El increíble caso del policía negro que engañó a todo el Ku Klux Klan

infiltrado en el kkklan 48336

infiltrado en el kkklan 48336 / periodico

Eduardo de Vicente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los mejores filmes de los que se puede disfrutar en la cartelera actual es Infiltrado en el KKKlan, la última película de Spike Lee (Haz lo que debas, Malcolm X), que nos cuenta una de esas historias que, si no supiéramos que están inspiradas en la realidad, no nos las creeríamos. Su estreno coincide con la publicación del libro homónimo escrito por el auténtico protagonista, Ron Stallworth, y permite comparar las diferencias entre ambos.

La acción transcurre en los años 70, cuando un joven afroamericano consigue entrar en la policía de Colorado donde intenta hacer algo importante. Pero es relegado a tareas secundarias en la oficina de registros. Su oportunidad llega cuando descubre en la prensa un anuncio para unirse al Ku Klux Klan y llama para que le recluten. Para su sorpresa, le aceptarán y mantendrá frecuentes conversaciones telefónicas con sus miembros mientras que un compañero blanco se hará pasar por él en las reuniones. Menos mal que los del KKK se consideraban una raza superior y pensaban que los negros no eran tan inteligentes como ellos…

Un negro... y un judío

Por si la complicación no fuera suficiente, resulta que el agente blanco que se hace pasar por su colega es judío (otra etnia perseguida por los racistas), pero nunca ha reflexionado sobre ello. Al tratar con los miembros del KKK, que también van contra ellos, empieza a plantearse su propia condición semita. Los dos agentes son interpretados por John David Washington (el hijo de Denzel y coprotagonista junto a Dwayne Johnson –The Rock- de la serie Ballers) y Adam Driver (Kylo Ren en la saga galáctica, Patterson), mientras que el líder racista es Topher Grace (In good company).

El filme te atrapa desde el inicio con un fragmento de Lo que el viento se llevó y con la grabación de un anuncio por parte de un político (Alec Baldwin) que alerta sobre el peligro que suponen los negros. El momento cinematográfico más contundente es el montaje en paralelo de una ceremonia de iniciación al Klan al mismo tiempo que un anciano (Harry Belafonte) ofrece una charla a unos estudiantes sobre los abusos sufridos por los afroamericanos. Ambas acciones son enlazadas por una proyección de El nacimiento de una nación, considerada una obra maestra por su original montaje pero descaradamente racista.

Dedicada a Donald Trump

El director ha utilizado esta historia para arremeter continuamente contra Donald Trump. En una de las primeras escenas, el protagonista descubre que el líder del KKK quiere dedicarse a la política y comenta a un compañero que no podría llegar a presidente un tipo racista, que ataca a los emigrantes, etcétera. El otro agente le contesta que es muy ingenuo. Poco más tarde descubriremos que algunos de los eslóganes que utiliza el líder son “América primero” o “Haremos América grande de nuevo”. Por si aún no había quedado suficientemente claro, el epílogo incluye imágenes de los enfrentamientos en Charlottesville entre neonazis y antifascistas donde uno de los supremacistas atropelló voluntariamente a una chica.

El desenlace resulta muy inquietante y la última media hora es muy tensa y te mantiene aferrado a la butaca, pero lejos de lo que pueda parecer, la mayor parte de la película mantiene un tono irónico, casi de comedia, algo que hereda directamente del libro que también se mueve en ese registro. Para desacreditar a los racistas, nada mejor que ridiculizarlos y ponerles frente a su propia ignorancia.

El libro explica los verdaderos hechos

El propio Stallworth en el prólogo del libro ya lo deja muy claro y muestra su optimismo: “Si un hombre negro, ayudado por un grupo de blancos y judíos decentes, comprometidos, abiertos y liberales puede conseguir imponerse sobre un grupo de racistas blancos, haciéndoles parecer como los necios ignorantes que son, imaginen lo que podría conseguir una nación de individuos con ideas afines”. Su novela está escrita con humor y un lenguaje sencillo y directo que consigue fácilmente que el lector se ponga en su piel, sufra y se ría a su lado.

Spike Lee, en aras de la ficción cinematográfica, no se ha ceñido tan solo al original y ha inventado escenas y personajes, así como una historia de amor. No los detallaremos más para evitar spoilers, pero hay bastantes diferencias. Todas estas modificaciones no restan sino suman para conseguir que el filme sea más entretenido y accesible aunque explique algunos extremos que no sean ciertos. Por ello resulta muy recomendable la lectura de la novela de Stallworth, que puede compararse para comprobar cómo en una película pueden alterarse los detalles sin que llegue a perderse la esencia.

Dos grandes opciones sobre un mismo tema

Dos excelentes trabajos, cinematográfico y literario que vale la pena descubrir juntos o por separado y que también coinciden en su divertido cartel, un policía con su placa, con el rostro camuflado tras el cucurucho blanco del KKK y el puño en alto, pero al que le delata un peine de largas púas para arreglar la permanente, habitual en los afroamericanos de la época. Una comedia concienciada y comprometida en estos tiempos en los que parece que la humanidad está empezando a repetir los errores del pasado.