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Última noche para disfrutar del mejor homenaje a Leonard Bernstein

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Eduardo de Vicente

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El centenario del nacimiento del compositor y director de orquesta Leonard Bernstein ha sido la excusa perfecta para que, desde muchos frentes, se recordara este año su figura. La mayoría de ellos se han centrado en su obra cumbre, West Side Story, bien fuera con proyecciones especiales o incluso con la OBC interpretándola en directo, pero la guinda llega ahora. Sí, porque faltaba un espectáculo que nos mostrara la enorme variedad y complejidad de su obra (y de su vida) y lo podemos disfrutar… solo esta noche.

Se trata de I hate music! Cançons, cartes i records de Leonard Bernstein, que hoy ofrece la última función (solo han sido tres días) en el Club del Onyric-Teatre Condal, un montaje de pequeño formato pero completísimo que, en poco más de una hora repasa con concisión, delicadeza y virtuosismo las mejores canciones del autor (no solo las más conocidas) y diversos pasajes de su vida por medio de las cartas que compartió con otros artistas o su propia esposa que nos desvelarán algunos de sus aspectos más íntimos.

Joana Estebanell, una artista de las grandes

El escenario está únicamente ocupado por el piano de Mauro Arbusti, siempre sobrio, atento y transmitiendo su amor por las partituras a las que se enfrenta. Al mismo tiempo se proyectan imágenes referentes a cada tema que se va tratando mientras unos actores, en off, dan vida a las respectivas misivas. La iluminación también está a juego con las ilustraciones. Y aparece la cantante, la soprano catalana Joana Estebanell. Cualquier adjetivo se le queda corto. Es sencillamente perfecta, enlaza la sucesión de notas más compleja con una facilidad que da miedo. Cambia de registro con sutileza pero también es capaz de mostrar su lado más gamberro… Te das cuenta de que tienes enfrente a una artista que siente auténtica pasión por lo que hace y es una de las grandes.

En la primera parte se nos recuerda su juventud cuando descubre la magia del piano y la canción inicial ya es toda una sorpresa, My name is Barbra (1965), el tema que sirvió para uno de los discos con los que empezó a despuntar Barbra Streisand y que también fue el de su especial televisivo. Muchos fans de la directora de Yentl descubrirán ahora que lo había escrito ni más ni menos que Bernstein. En este tramo se incluyen temas juguetones como el que da título al espectáculo, I hate music… but i love to sing (Odio la música… pero me encanta cantar) o una divertida historia de indios (A big indian and the little indian), auténticas rarezas que van perfilando el talento del genio. Pero si algo nos llama la atención son los temas de Peter Pan, un musical de 1950 muy olvidado con canciones que son una delicia y que, quizás, alguien debería recuperar. Muy consecuentemente, Estabanell va vestida con un peto y una camiseta, como si fuera una niña.

Aprender cocina con Bernstein

En el segundo tramo, su vestuario es muy distinto, un lujoso vestido blanco con un collar de perlas nos transporta a épocas pasadas. Esto ya va en serio. El pianista nos da una pista con algunos fragmentos de Candide, su opereta cómica, y la cantante interpreta Glitter and be gay  mostrando su versatilidad y explotando al máximo todos sus recursos dramáticos y vocales. Glitter and be gay  Espectacular. Pelos de punta. El público acaba de recibir un impacto emocional inesperado, queda en estado de shock, y la gran ovación está (nunca mejor dicho) cantada. La diversión continúa con La bonne cuisine (La buena cocina), que consiste en, simplemente, poner música a unas cuantas recetas para hacer un pudding de ciruela o un conejo. Es uno de esos momentos en los que más echas en falta unos subtítulos que te permitan descubrir su ironía (el único inconveniente de la función).

La cantante se despoja de sus joyas y sigue con uno de los grandes éxitos de Bernstein, On the town, musical que fue llevado al cine en 1944 por Gene Kelly y Frank Sinatra como dos de los soldados de permiso. No suena el clásico New York New York, a wonderful town... (la voz de Estebanell no es para hacer de marinero), pero sí el melancólico Lonely town, más adecuado para sus cualidades. Y, antes de enfrentarse al repertorio que ya esperamos (...un poco de intriga...) nos descubre dos pequeñas joyas, The story of my life y A little bit in love, del musical Wonderful town (sí, vamos de ciudad en ciudad), nueva versión para televisión de la comedia Mi hermana Eileen.

Las canciones más esperadas

Y sí, ya llegó el momento de West Side Story. Estabanell se siente hermosa y nos transmite su felicidad y confianza con I feel preety y lo culmina con otras dos piezas magistrales I have a love y la inevitable Somewhere, ya con un vestido negro de gala y haciendo que el auditorio se mantenga levitando dos palmos por encima del suelo. Si respondemos con un aplauso sin fin (sin duda, será así) quizás nos ofrezca un último tema para acabar de dejarnos boquiabiertos.

I hate music! es un pequeño gran espectáculo que podría eternizarse en la cartelera en cuanto corriera la voz por su excelente calidad y su capacidad de repasar la obra de Bernstein tan fielmente y con tanto talento. Desgraciadamente, Estabanell está afincada en Italia y su regreso es puntual. Háganse un regalo y no se la pierdan. En tan solo una hora disfrutaremos de sus mejores temas y descubriremos el Bernstein desconocido. Imprescindible.