EXPOSICIÓN EN MOSCÚ

Olga Jojlova, la primera esposa de Picasso, vuelve a Rusia

Una exposición en el museo Pushkin de Moscu muestra 200 cuadros, cartas y objetos personales del pintor malagueño con la bailarina que conoció en 1917

Obra 'Retrato de mujer (Olga)', de Picasso, en la exposición del Museo Pushkin de Moscú.

Obra 'Retrato de mujer (Olga)', de Picasso, en la exposición del Museo Pushkin de Moscú. / periodico

Marc Marginedas

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Fue un consejo de su amigo, el poeta, guionista y director de cine Jean Cocteau, lo que empujó en 1918 a un Pablo Picasso que por aquel entoces ya era un artista muy cotizado, a casarse la bailarina rusa Olga Jojlova. "Cocteau le dijo que única manera de tener a las mujeres rusas era el matrimonio", rememora el historiador del arte Joaquim Pissarro.

La impresión que causó Jojlova en el pintor malagueño fue de calado. Renunció al ambiente bohemio que le había rodeado hasta entonces en París, al amor libre, y aceptó casarse en la catedral ortodoxa Aleksándr Nevski de la capital francesa en una ceremonia que se prolongó durante tres horas.

Se instaló en un apartamento de la prestigiosa Rue de Boétie, muy cerca de los Campos Elíseos, y se dejaba ver elegantemente vestido en cócteles y fiestas de la alta sociedad con Olga, ésta ataviada de Chanel. En verano, pasaba largas temporadas en la Costa Azul acompañado de su hijo Paul, nacido en 1921. Su esposa rusa, que aborrecía el cubismo y las vanguardias en general, se convirtió en la modelo principal del periodo neoclásico en su obra, que se desarrolló durante estos años de tranquilidad familiar y se prolongaría hasta bien entrada la década de los 20. El cubismo fue olvidado casi por completo y hasta el propio Cocteau llegó a escribir a su madre lo siguiente: "Picasso está enamorado". 

Un siglo después del primer casamiento del pintor, dos centenares de cuadrospostalescartas y muebles de esta época se expondrán hasta el próximo 3 de febrero en la sala Blanca del museo Pushkin. Pisarro, que además de historiador del arte es bisnieto del pintor impresionista francés Camille Pissarro y uno de los comisarios de la muestra, considera que la relación con Olga ha sido fundamental en la vida del malagueño, incluso después de su separación, en 1935. "Tenía una presencia espectral; ella se había quedado en su espíritu", puntualiza.

Un artista que "transforma su arte"

"Gracias a esta exposición podemos percibir cómo un artista tan genial como Picasso, gracias a su matrimonio y a su hijo, transforma,su arte, lo hace evolucionar, le confiere una nueva dirección", ha asegurado Bernard Ruiz-Picasso, nieto del artista malagueño y de Jojlova y cofundador del museo Picasso de Málaga, en el acto de presentación. "La exposición es el resultado de un largo trabajo de estudio de los archivos de mi abuela por linea paterna, me dejó", ha continuado.

Entre los objetos que se exhibirán durante las próximas semanas en el principal museo moscovita de arte europeo se encuentran un buen número de retratos de Olga, desde los primeros en los que ésta aparece como una musa de gran belleza que inspira al creador, hasta las pinturas realizada a finales de la década de los 20, cuando Picasso ya había perdido todo el interés por la familia y representa a su esposa de una forma devastadora, casi como una "castradora", como llegó a decir en alguna ocasión a su entorno. En el intermedio, el artista malagueño muestra a su mujer rusa como una madre tierna, rodeando a su hijo con sus brazos, aunque con el semblante triste.

Cuadros como 'Retrato de Olga en un sillon' o 'Olga con mantilla', realizados a finales de la décadas de los 10, cuando la relación se hallaba en sus inicios y era fresca y vital, 'Familia al borde del mar', pintado en 1921, coincidiendo con el nacimiento del primer vástago de la pareja, o 'Desnuda en un sillon rojo', el retrato grotesco de una mujer con una poderosa dentadura y los senos colgando, reflejan la cambiante relación que mantuvo el pintor malagueño con su primera esposa, de la que se separó en 1935.

La revolución rusarevolución rusa tuvo un impacto devastador en la vida de la primera mujer del malagueño, y ello se refleja en el aspecto melancólico y pensativo en el que aparece en los retratos. Dejó su país en 1912 como bailarina de la compañía 'Ballets rusos', que agrupaba a la flor y nata de  del Ballet Imperial de San Petersburgo, y solo regresó brevemente en 1915. Dos años más tarde, se desencadenó la revolución bolchevique y la posterior guerra civil. Perdió el contacto con su familia y solo tiempo después supo que su padre y su hermano, que se habían alineado con el bando contrarrevolucionario, murieron durante la contienda. "Olga ha regresado por fin a Rusia", se comentaba este lunes en los pasillos del museo Pushkin.