obituario

Muere William Goldman, el guionista predilecto de Robert Redford

A títulos clave del nuevo Hollywood como 'Dos hombres y un destino' y 'Marathon man' sumó en 1987 'La princesa prometida', película de culto reciente

Un fotograma de la película Dos hombres y un destino.

Un fotograma de la película Dos hombres y un destino. / periodico

Quim Casas

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Fallecido la noche del pasado jueves en su casa de Manhattan, a los 87 años, William Goldman ha sido recordado en los últimos años por ser el guionista de 'La princesa prometida' (1987), una curiosa mezcla de romance, aventura medieval, fantasía, capa y espada y brujería, realizada por Rob Reiner y protagonizada por Robin Wright, que con el tiempo se ha convertido en película de culto.

Pero no deberíamos olvidar que Goldman, quien comenzó su carrera en Hollywood en 1965, ocho años después de sus inicios como novelista, es también el responsable de los guiones de 'Harper, investigador privado' (1966), título esencial en el tránsito del cine negro clásico al policíaco moderno; 'Dos hombres y un destino' (1969), el western melancólico sobre los pistoleros Butch Cassady y Sundance Kid, y 'Todos los hombres del presidente' (1976), reconstrucción de las investigaciones de Bob Woodward y Carl Bernstein que sacaron a la luz los entresijos del 'caso Watergate' y obligaron a la posterior dimisión de Richard Nixon como presidente. Goldman obtuvo por los guiones de estos dos últimos filmes sendos premios Oscar.

El protagonista de 'Harper' es Paul Newman, en el papel de un detective desencantado que utiliza los posos del café de la noche anterior para hacerse uno nuevo por la mañana. Newman y Robert Redford interpretaron 'Dos hombres y un destino'. Redford encarnó a Bob Woodward en 'Todos los hombres del presidente'. Además, estuvo al frente del reparto de otros dos vistosos guiones de Goldman, el thriller 'Un diamante al rojo vivo' (1972) y el drama de aviación 'El carnaval de las águilas' (1975). Goldman se entendió muy bien con Redford y Newman, representantes de la misma ala liberal de Hollywood en la que el escritor se incluyó.

Otro hito en su filmografía es 'Marathon man' (1976), brillante adaptación de su propia novela, publicada en 1974, en la que Dustin Hoffman, un estudiante adicto a las maratones, se enfrenta con un criminal nazi (Laurence Olivier) especializado en inflingir dolor a sus víctimas como improvisado dentista. Este era un relato de conspiración, como 'Todos los hombres del presidente', modalidad en la que Godman destacó especialmente.

También practicó a su manera el cine fantástico y de terror adaptando al Stephen King de 'Misery' (1990) o llevando a un terreno novedoso uno de los personajes clásicos del género en 'Memorias de un hombre invisible' (1992), realizada por John Carpenter. Se atrevió con el biopic cinematográfico con 'Chaplin' (1992) y brindó a Clint Eastwood uno de sus mejores thrillers, 'Poder absoluto' (1997), en el que el villano es ni más ni menos que el presidente de los Estados Unidos.

Vertió sus experiencias con productores, cineastas y estrellas en un libro fundamental, 'Las aventuras de un guionista en Hollywood' (1983), del que publicó un segundo volumen casi 20 años después y complementó con la compilación de artículos 'The big picture. Who killed Hollywood?' (2001). Tan contundente y ameno como en sus guiones fue cuando analizó su propio oficio y los entresijos de la industria del cine. Como teórico del guion resultó igualmente impagable: "La clave de todo desenlace es darle al público lo que desea, pero no de la forma en la que lo espera".