Miguel Falomir: "La mujer no ha tenido el tratamiento que merecía, hemos hecho propósito de enmienda"

Miguel Falomir (Valencia, 1966) aterrizó en el Museo del Prado en 1997. Es director del centro desde marzo del 2017, antes fue adjunto y antes de antes jefe del departamento del departamento de Pintura italiana y francesa.

¿En qué condiciones llega el Museo del Prado al bicentenario?

En un buen momento en términos de número de visitantes y en la apreciación que estos demuestran. Y con el problema crónico de cierta falta de financiación. Se necesitan más fondos. Nos autofinanciamos en un 70%, lo cual es mucho, la misma cantidad que el Metropolitan de Nueva York pero con una realidad social y legal muy distinta. 

¿Qué objetivos persigue la celebración?

La idea principal es recordar que el museo es el mayor regalo que se ha dado a la nación española; y recordar que es un museo nacional, aunque tenga una ubicación física en Madrid. Y no lo es por nombre sino por vocación: hay más de 3.000 obras depositadas en toda España.

¿Cree que desde fuera de Madrid se ve el Prado como un museo madrileño?

Creo que la sensación es que es un museo de todos. Aunque también es verdad que el Prado no ha hecho la pedagogía que debería haber hecho  con los depósitos que tiene. 

¿Cómo los que hay en Catalunya? ¿Peligran? 

Hay más 250 obras en Catalunya con depósitos excepcionales como el de Vilanova i la Geltrú, probablemente el mejor cualitativamente. Es también de los más antiguos, desde 1880 están esos cuadros allí. No, no vamos a retirar ningún cuadro, pero sí pedimos que, en la medida que sea posible, los que están en despachos o edificios oficiales se trasladen a museos para que tengan las condiciones de conservación adecuadas y puedan ser vistos por el público.

¿Por qué se ha decidido empezar el bicentenario con una exposición sobre la historia del museo? 

Sorprendentemente es una historia que no se conoce bien. Se plantea en dos grandes líneas: cuáles han sido los hitos del museo que coinciden con los hitos culturales de la nación, y como probablemente es el museo internacional que ha tenido un papel más decisivo en la evolución de la pintura contemporánea. Quien visite la exposición junto a los artistas que cabe esperar en el prado encontrará obras de Manet, Renoir, Pollock, Picasso, Motherwell... 

¿Es un paso hacia el arte contemporáneo?

No nos vamos a convertir nunca en un museo de arte contemporá neo, pero lo que tampoco podemos ni vamos a  hacer es renunciar a nuestra historia. 

¿Y renunciar al 'Guernica'?

No lo pediré mientras sea director pero sí he predicho que dentro de 150 años lo lógico es que vuelva al Prado. Si el Reina Sofía sigue siendo un museo de arte contemporáneo será un anacronismo, lo equivalente a lo que ahora son los fusilamientos de Goya.     

¿Va a reparar el agravio histórico del museo con las mujeres artistas?

Todos sabemos que la mujer no ha tenido el tratamiento que merecía, hemos hecho examen de conciencia y propósito de enmienda. Empezamos con una exposición de Clara Peeters, en el 2016, y ahora tendremos exposiciones dedicadas a Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. También estamos comprando obra pero hay que pensar que en los siglos en los que se mueve el Prado no había muchas mujeres artistas.