CRÓNICA MUSICAL

Relevante viaje a los años 90 con el MIRA Festival

Seefeel y Christoph De Babalon, nombres emblemáticos de la década, brillan en una jornada también marcada por el ruido de Yves Tumor

Icult  Concierto de Seefeel

Icult Concierto de Seefeel / periodico

Juan Manuel Freire

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Para quienes crecimos con la música de los 90 y reivindicamos esa época cada día, poder ver en directo a Seefeel, leyenda de la primera generación del posrock británico, tenía algo de acontecimiento. Y su recuperación del clásico 'Quique' en la jornada del sábado del MIRA llegó a superar las expectativas. Porque no se tenía la sensación de estar escuchando realmente música de otra época, sino algo fresco, moderno, relevante. Su electrónica planeadora con líneas de bajo dub y melodías dreampop sigue vigente en el 2018, quizá porque incontables grupos actuales se han nutrido de ella.

Desde el flanco izquierdo, agazapado tras su portátil, Mark Clifford dirigía la escena y pareció echar una reprimenda al batería Justin Fletcher cuando entró demasiado pronto en 'Climactic phase no. 3'. Ese corte demostró que, con lo mínimo, Seefeel pueden ser lo máximo. Infundieron respeto e hipnotizaron al público de Fabra i Coats con poco más que percusión esquelética, una línea de bajo intermitente y el susurro ululante de Sarah Peacock.

El asombro continuó con el dub fragoroso de 'Polyfusion', una urgente 'Industrious' en la que bajista y batería (ese platillo clave) se afanaban en recrear bucles en directo, o una 'Plainsong' con sombras melódicas de Stereolab. Pero la cumbre absoluta debió ser la cinematográfica 'Charlotte's mouth' (inspirada por la boca de Charlotte Gainsbourg), una catedral construida a base de línea de bajo sensual y obsesiva, brotes de guitarra líquida, susurros lejanos… Este grupo es cualquier cosa salvo un fósil.   

También Christoph De Babalon, productor consagrado a finales de los 90 con el álbum 'If you’re into it, I’m out of it', suena muy actual en el 2018, quizá porque sus dos sonidos predilectos (dark ambient y drum'n'bass aún más oscuro) están en plena expansión. También porque el tipo está en forma: uno de sus mejores momentos fue 'How long from now?', corte del 2017, no 1997, con subgraves sísmicos y patrones rítmicos imposibles de seguir sin partirse el cuello.

El emblema del sello Digital Hardcore acabó lanzándose a un breakcore realmente opresivo. Easy listening comparado con la oferta de Yves Tumor, que evitó el elemento pop de su reciente disco para el sello Warp y abrazó el ruido sin concesiones, cruzando texturas industriales extremas con mensajes crípticos más vociferados que cantados. Al choque inicial siguió un tedio monolítico. Después de aquello, Rival Consoles fue un bálsamo: emo-techno con alto factor melódico y dinámicas propias de la más vertiginosa montaña rusa del mundo.