CRÍTICA DE CINE

'Bohemian rhapsody': todos los caminos conducen a Freddie

Una sucesión de Grandes Éxitos empaquetados para que sigan creciendo en el imaginario colectivo sin otra reflexión detrás más allá de que el show debe continuar

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Bohemian Rhapsody'  (2018)

Estrenos de la semana. Tráiler de 'Bohemian Rhapsody' (2018) / periodico

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pocas películas en los últimos tiempos se han visto inundadas por la polémica desde tan diversos frentes. Y, quizás, todos ellos, desde la marcha de Sacha Baron Cohen hasta la de Bryan Singer pasando por el camuflaje de la enfermedad que terminó con la vida de Freddie Mercury se puedan resumir en una cuestión: cuando el márketing prevalece y la imagen de producto se impone, la creatividad artística desaparece. Y eso es, entre otras muchas cosas, lo que le ocurre a Bohemian rhapsody, una película dominada por el férreo control y el punto de vista de una banda que ha querido convertir su historia en producto mainstream para todos los públicos sin importar que para ello en el fondo hayan perdido por el camino su propia identidad.

En la película se percibe indefinición desde los primeros acordes. ¿Es un biopic de Queen o uno de Freddie Mercury? Probablemente ni los responsables lo tengan todavía claro, pero lo cierto es que, a pesar de los intentos por simplificar la ambigüedad del cantante, todos los caminos siguen llevando a Freddie, como si fuera un imán que magnetiza todo lo que tiene a su alrededor. Y eso es posible gracias a la fantástica interpretación de Rami Malek, que consigue evitar la imitación a golpe de mirada esquiva y salva al personaje incluso cuando la propia película intenta sabotearlo.

Y por supuesto están las canciones. Cuando la narración más lo necesita, siempre hay un hit a la vuelta de la esquina preparado para levantar el ánimo a través de inevitables dosis de pegadiza nostalgia. La música parece rellenar así los huecos más superficiales por los que atraviesa de puntillas la historia y quizás por esa razón se le da tanta importancia al proceso de elaboración de cada uno de los temas. Así, Bohemian rhapsody se convierte en una sucesión de Grandes Éxitos empaquetados para que sigan creciendo en el imaginario colectivo sin otra reflexión detrás más allá de que el show debe continuar.