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Una exposición recuerda al creador de la revista 'En Patufet', Aureli Capmany

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Eduardo de Vicente

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Aureli Capmany fue un hombre polifacético: actor, músico, cantante y maestro autodidacta, entre otras profesiones, pero sobre todo un defensor y preservador de la cultura popular catalana en sus múltiples manifestaciones. Aficionado también al teatro y a la ópera y creador de la revista En Patufet, se propuso divulgar y conservar canciones y tradiciones cuando nadie se preocupaba por ello. Llegó al mundo en 1868, por lo que estamos en plena conmemoración de los 150 años de su nacimiento y diversas entidades le están rindiendo homenaje. Las Festes de Sant Roc estuvieron dedicadas a él y, ahora, el Palau Robert inaugura una exposición Patufet on ets?: Aureli Capmany (1868-1954) para descubrir su figura a las futuras generaciones.

Una enorme foto de Capmany explicando unas rondallas a unos niños nos da la bienvenida en la entrada de la pequeña sala Cotxeres. La muestra está integrada por diez apartados repartidos por las paredes. Cada uno de ellos tiene un título, añade una fecha importante del calendario, destaca varias portadas de sus trabajos, permite consultar un libro e incorpora algún objeto referente al asunto que trata.  

El nacimiento de 'En Patufet'

El primero se dedica a su figura (Aureli Capmany) y explica sus inicios en el negocio familiar de los cestos en el barrio del Born con fotos de niño y de adulto y destaca sus inquietudes culturales. El siguiente bloque está dedicado a la revista En Patufety que tuvo un gran éxito manteniéndose hasta 1938. Desapareció con la dictadura y fue recuperada en 1968 publicándose durante los siguientes siete años. Se trataba de un semanario que se anunciaba como “En Patufet farà una entremeliadura cada setmana”. Eran ocho páginas ilustradas en rojo y negro donde se explicaban historietas, rondallas, adivinanzas y otras actividades. Más de uno se emocionará al recordarlas…

Pasamos ahora a los apartados dedicados a diferentes aspectos de la cultura popular. Canciones y gritos explica cómo empezó con cantos gregorianos y acabó escribiendo el Cançoner popular, más de cien canciones editadas en hojas sueltas que se vendían a diez céntimos. Rondallas, cuentos, romances y leyendas se centra en su experiencia como cuentacuentos para niños con Blancaneu, Les dues noies o L’ós i la guineu y dando charlas sobre el tema. Bailes y danzas destaca sus libros sobre el tema (Cóm es balla la sardana, La dansa a Catalunya) y sus desvelos por difundir los bailes populares. Fiestas y costumbres repasa los artículos que escribió sobre eventos como la fiesta de Santa Lucía, los Xiquets de Valls o las tradiciones.

La importancia de los juegos para los niños

También fue un renovador de la educación y un firme defensor de los juegos. En su calidad de maestro de niños huérfanos en la Casa de la Maternitat, en sus clases o escuelas de verano los consideraba un elemento indispensable en la formación de los pequeños. Barcelona, su ciudad, fue otra de sus debilidades. Estudió su historia y, en sus textos, habló de monumentos, calles o ferias. Puede verse la portada de uno de sus libros (Dónde bailaban los barceloneses en el siglo XIX), así como una imagen de la fachada de uno de los locales culturales que más frecuentaba: el teatro Principal. Los oficios y los gremios fueron también objeto de su atención como los zapateros o los bastaixos (quienes ignoren de qué estamos hablando deben recuperar La catedral del mar).

La última mesa está dedicada al teatro, ya que promovió representaciones de piezas infantiles e incluso llegó a escribir sobre los espectáculos de títeres y a dirigir la sala Reig durante una temporada dedicada a las marionetas. El espacio central de la habitación está ocupado por cuatro vitrinas dedicadas a entidades con las que colaboró: el Orfeó Català, el Esbart Català de Dansaires, el Centre Excursionista de Catalunya y el Ateneu Barcelonés. Su contenido son cartas manuscritas, programas, fotos antiguas o su carnet de socio.

El auca de Aureli Capmany

Finalmente, en el anexo puede verse un curioso cortometraje de unos cinco minutos de duración que ha sido creado expresamente para esta muestra y en el que se resume la vida de Capmany en unas 20 imágenes en viñetas con frases y rimas en forma de auca. Una oportunidad para descubrir a un hombre infatigable gracias al cual no se perdieron muchas de nuestras señas de identidad culturales. Aunque solo por eso, es importante (re)conocer su trabajo. Y, sí, si el apellido nos suena también es porque su hija fue Maria Aurèlia Capmany, la recordada escritora barcelonesa que siguió a su manera la obra de su padre.