CONFERENCIA EN SANT PAU

Richard Sennett celebra la complejidad social de las ciudades

El sociólogo norteamericano ofreció una de las charlas más esperadas de la Biennal del Pensament

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Marta Cervera

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Romper las rondas para acercarse al Llobregat y el Besós, potenciar las conexiones en el área metropolitana, conectar a los ciudadanos con los expertos en urbanismo y arquitectura para que sus diseños sean realmente útiles... estas fueron algunas de las ideas aportadas en la mesa redonda Barcelona, Ciutat Oberta: DeBat a Bat. Los particpantes -Francesc Muñoz, especialista en urbanismo, las arquitectas Maria Rubert de Ventós y Maria Sisternas, y el periodista Llàtzer Moix, en sustitución de la anunciada arquitecta Itziar González, y con Josep Bohigas, también aquitecto, como moderador- sirvieron de teloneros de una de las estrellas de la Biennal del Pensament: el sociólogo Richard Sennett (Chicago, 1943). La sala Pau Gil del Recinte Modernista Sant Pau donde ayer se celebraron los encuentros debido a la lluvia se quedó pequeña para acoger la charla del arquitecto Carles Muro con el autor de 'La cultura del nuevo capitalismo' (Anagrama, 2006) y 'El artesano' (Anagrama, 2009), primera parte de una trilogía cuyo último volumen, ya publicado en inglés, pronto se editará en España, 'Construir y habitar'.

Lo curioso fue que tanto los primeros invitados como el último coincidieron en la necesidad de conectar mejor las metrópolis, de crear espacios de interconexión. Si la ciudad es lugar de encuentro e intercambio hoy en día es imprescindible dotarla de espacios que faciliten ese cruce entre personas de diferentes culturas y capacidad económica. En este punto Sennett, que vive a caballo entre Nueva York y Londres, donde da clases en la London School of Economics, considera vital no preocuparse por la llegada de migrantes y hacerlo más por quienes se ven expulsados de la ciudad, como los jóvenes. “Muchos ya no tienen ni contratos y no pueden aspirar a lo mismo que tuvieron sus padres”, lamentó.  

Espacio para todos

El sociólogo habló de conceptos como la “justicia espacial” para poner el acento en la necesidad de ciudades donde no existan guetos. “La gente tiene derecho a experimentar la ciudad con sus contradicciones y su complejidad”. Y puso como ejemplo un mercado en Dehli, donde conviven hindús, musulmanes e intocables sin violencia. “La gente allí ha tenido que aprender a estar físicamente con otros”, explicó. Muy diferente, sin duda, de lo que ocurre de manera común en EEUU. “Allí la gente prefiere atrincherarse tras la puerta de su casa y evitar tener que experimentar cualquier complejidad social”. Tampoco dejó en buen lugar a Inglaterra, donde “las mezclas de clases en el colegio ya no existe porque las clases medias o trabajadoras no quieren mezclarse con los pobres. El dinero es la primera causa de la gentrificación, también de que existan dos sistemas de enseñanza: uno para ricos y otro para pobres”. Para él más que la inmigración el problema real es “el dinero”. Y uno de los desafíos será lograr espacios donde todos puedan convivir, ricos y pobres. En este sentido explicó que en Nueva York a la hora de colocar un mercado en la parte hispana del Bronx se optó por ponerlo en el límite con el Upper East Side, el barrio más pudiente de Manhattan, para que la gente se relacionara.         

Sennett recomendó a los arquitectos ser “más modestos”. Les animó a valorar la posibilidad de hacer espacios más ambiguos, menos específicos y rígidos para que puedan adaptarse a diferentes usos, personas y, en definitiva, a un mundo cambiante. 

Esa transformación de la que habló Sennett la hemos experimentado en Barcelona. La herencia de los Juegos Olímpicos de 1992 es otro modelo de ciudad que hoy, 25 años después, debe ser revisado, según quedó claro en la mesa redonda que hubo antes de Sennett. Las rondas, entonces consideradas un éxito, son ahora criticadas por muchos. Este fin de semana 600 estudiantes de Arquitectura de diferentes centros las recorrerán en busca de soluciones.