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¿Por que triunfa la Biennal de Pensament?

Con una afluencia de más de 12.000 personas hasta el jueves, la cita ciudadana demuestra la importancia de la filosofía en tiempos de incertidumbre

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Anna Abella / Elena Hevia

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Algo se está moviendo en el terreno de las ideas. En un momento como este en el que tenemos tan pocas certezas y percibimos que la fecha de caducidad de los viejos modelos económicos y políticos está ya más que pasada, la gente anda necesitada de nuevos planteamientos, de hacerse las viejas preguntas con otros enunciados. Pero no sobre el ego y sus circunstancias, el del pensador solitario en su torre de marfil, sino en todo aquello que nos afecta en plural. La consigna es que ya no es el 'yo' sino el 'nosotros'. Y en esa sopa que podríamos llamar filosofía, si no nos diera tanto miedo la palabra, se cuece lo cercano y lo cotidiano de la política, la educación, el feminismo y el género, las tecnologías, el arte, la ciudad y el urbanismo, la música (el lenguaje en el que nos entendemos todos) y también del arte. Eso es lo que ha hecho evidente la Biennal de Pensament. Ciutat Oberta, la ambiciosa propuesta cultural del Ayuntamiento de Barcelona para este otoño que ha sacado las reflexiones a la calle, para hacerlas más cercanas y darles, incluso, el aspecto de un concierto de rock. Y es que las ideas brillantes se han aplaudido con tanto fervor como el virtuosismo de un solo de guitarra.

La imagen del éxito de la propuesta, cuya semana más intensa se clausurará el próximo domingo, la dieron las 2.500 personas congregadas en la plaza de Joan Corominas, entre el CCCB y el Macba, para oír a la norteamericana Judith Butler, posiblemente la feminista de referencia a la hora de desdibujar las fronteras de los géneros. Y no era reggaeton eran ideas. Lo más sorprendente es que tampoco se trataba de la primera vez que la Butler venía a hablar a Barcelona pero quizá no en un formato tan abierto y poco intimidante para el público, en el que una chica en bicicleta que pasaba por ahí podía quedarse a escuchar o el chico que salía del Mercat de Sant Antoni se olvidaba de la cena atrapado en el debate. "Es bueno que los actos se hayan planteado como diálogos, como conversaciones y que incluso con una afluencia masiva se esté dando la palabra al público", explica la filósofa Marta Segarra, que moderó el debate multitudinario de Butler junto la también pensadora Fina Birulés. Hasta este jueves más de 12.000 personas, con un perfil marcadamente transversal en cuanto a edades, han pasado por la bienal que ha desplegado sus acciones en 88 espacios de la ciudad.   

Buenos tiempos para pensar

"La bienal funciona porque este es un momento existencial muy complicado. Como decía Madeleine Albright nos encontramos ante retos del siglo XXI con ideas del siglo XXY nos preguntamos qué pasará, cómo seremos dentro de un tiempo, si se mantendrá la democracia o mandarán los fondos de inversión", contextualiza el comisionado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Subirats. 

"El interés por la filosofía viene porque este es un momento en que todo se tambalea"

Josep Ramoneda

— Filósofo y periodista

"El interés por la filosofía viene porque este es un momento en que todo se tambalea -diagnostica el filósofo y periodista Josep Ramoneda­-. Por razones locales pero también globales, porque hay demasiadas cosas que nos desconciertan. Y porque vivimos ante el sistema de multiplicación de palabras de las redes, donde no sabes hasta qué punto algo es verdad solo porque se repite millones de veces. La gente busca respuestas porque vivimos en un mundo caracterizado por que si antes los proyecto progresistas prometían una gran emancipación, hoy los mismos proyectos intentan prometer que evitarán la catástrofe ecológica o el hundimiento de la democracia, pero no hay un proyecto claro. La gente quiere respuestas a las grandes mutaciones y necesita saber cómo gestionarlas".

"Los posmilenials llevan ya incorporados los criterios de crítica feminista o 'queer' y en esto hay una gran diferencia con los milenials"

Eloy Fernández Porta

— Profesor en la Pompeu Fabra

Otro de los encuentros multitudinarios, 1.200 personas, que circuló también por el cauce de las políticas de género -uno de los temas más transversales de toda la Biennal- fue el que reunió a Paul B. Preciado con Eloy Fernández Porta bajo el paraguas de las distintas identidades sexuales que ya no se pueden ventilar con un sencillo y simple binomio de hombres y mujeres. "Vivimos un cambio sociológico, el auge del feminismo de cuarta generación -explica Fernández Porta, profesor de la cultura y el arte contemporáneos en la Pompeu Fabra- y desde el punto de vista generacional toda una promoción de posmilenials, que se encontraban mayoritaria aunque no exclusivamente, entre el público, llevan ya incorporados los criterios de crítica feminista o 'queer' y en esto hay una gran diferencia con la generación anterior, la de los milenials".

¿Se lee más filosofía?

¿Puede detectarse ese renovado interés por la ideas relacionándolo con la importante ampliación de público que hoy tienen los ensayos de reflexión? Porque admirables son las ventas de un autor tan entregado a la filosofía pura como Josep Maria Esquirol. O de los ensayos de pensadores posmodernos y pop como Slavo Sizek o, el último descubrimiento, el anticapitalista coreano Byung-Chul Han. Fernández Porta, que en estos momentos está preparando un ensayo breve para Cuadernos Anagrama, una colección que ha tenido una gran recepción,  gracias a los trabajos de Marina Garcés o Jordi Gracia muy pegados a la actualidad, matiza: "No creo que se produzcan más ensayos pero sí hay una mayor necesidad de criterios y análisis por parte del lector". Para él que las novelas de ficción hayan ampliado sus límites en los últimos tiempos incluyendo en ellas elementos ensayísticos es un indicio de este cambio de perspectiva.

"El pensamiento libre, lento y profundo puede ayudarnos a tomar partido consciente y posicionado en nuestra vida"

Remedios Zafra

— Filósofa

¿Y la escuela? ¿Se olvidó de hacernos pensar? La filósofa Remedios Zafra, que participó en la bienal en La Escocesa, una vieja fábrica textil de Poblenou reconvertida hoy en centro de creación artística de aires bohemios y berlineses, dispara contra el ámbito educativo, que hasta ahora ha ninguneado la filosofía, considerada una práctica y un saber inútiles frente al saber productivo. Para ella la reciente aprobación por parte del Congreso de que la filosofía vuelva a ser obligatoria y troncal en el bachillerato es una señal de que existe una rebelión frente a la infravaloración del pensamiento, pese a que la filosofía tal y cómo se ha impartido tradicionalmente es, para ella, tan solo una "historia acotada del pensamiento de los demás" que el alumno debe memoriar y no presupone la menor garantía de un enseñar "a pensar", que es lo que debería ser.

Lentitud y política

"Creo que la sociedad más crítica ya no se cree ese engaño de que la filosofía no vale para los tiempos que corren. La filosofía es necesaria. El pensamiento libre, lento y profundo puede ayudarnos a tomar partido consciente y posicionado en nuestra vida, especialmente en un mundo saturado de información, en el que contradictoriamente no estamos más ni mejor informados", señala Zafra. Ramoneda abunda: "La aceleración en que vivimos está muy por encima de nuestra potencia antropológica. Pero no todo debe ser inmediato, la gente necesita pausas".

"Tenemos tendencia a pensar que las cosas que hacen los políticos no van con nosotros, que tú como individuo no puedes hacer nada frente a las élites que mandan. Para eso están las alianzas"

Marta Segarra

— Filósofa

¿Se habla también de política en la bienal? Por supuesto. "Lo privado es político", ha sido una de las consignas más escuchadas, lo saben bien las mujeres que han visto su experiencia privada en el centro del discurso, pero también, como asegura Marta Segarra, es una forma de responsabilizarnos del nosotros. "Tenemos una tendencia a pensar que las cosas que hacen los políticos no van con nosotros, que tú como individuo no puedes hacer nada frente a las élites que mandan. Y quizá una persona no pueda hacer nada, pero mediante las alianzas sí se puede llegar a reflejarse en acciones políticas y tener un impacto transformador importante". Y todo ello gracias a la filosofía.