ENTREVISTA

Manolo García: "La SGAE tiene que montar barricadas para defender a todos los autores"

El cantante barcelonés actúa por primera vez en el Palau Sant Jordi en el clímax de la gira 'Geometría del rayo'

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Jordi Bianciotto

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Después de cerca de cuatro décadas de trayectoria, desde Los Rápidos, Los Burros y El Último de la Fila hasta su actual carrera en solitario, Manolo García se dispone a actuar por primera vez en el Palau Sant Jordi. Será este sábado (21.00 horas; entradas agotadas), en la recta final de la gira ‘Geometría del rayo’, que pondrá su punto y final el 10 de noviembre en el Bilbao Arena.  

Por fin en el Sant Jordi, ese local en el que, en otros tiempos, dijo que nunca actuaría. ¿Cómo lo afronta?

Pues poniendo una marcha más corta, que ronque un poco el motor. Se trata de ponerte un poco más histriónico, de meter balas más gruesas en el cañón. Aunque en espacios tan grandes nunca sonarás tan bien como en un Palau de la Música, eso está claro. Se crea lo que nosotros llamamos una bola de sonido, y lo que hay que hacer es salir a quemar las naves: venga, ¡rock’n’roll!

A diferencia de la gira de verano, trae dos bandas, la habitual y la estadounidense, con el guitarrista Gerry Leonard, que ha trabajado con Bowie y Rufus Wainwright. ¿Cómo se estructura el concierto?

Es como cambiar la plantilla: empiezo con los músicos de aquí y después a media actuación cambio de banda, hago una docena de canciones del último disco con ella y luego vuelvo a los músicos de aquí. Gerry es un músico que no tiene mácula, creativo y muy luminoso, y le gustan igual que a mí los ambientes, los disparates sonoros, dejar que los elementos opinen y hagan un poco de magia sonora. El resto de la banda son Meghan Toohey, Sarah Tomek y Jessica Hume, tres mujeres muy buenas, eso es lo principal, no es cuestión de quedarnos en la anécdota de la paridad. Tienen otra sutileza a la hora de interpretar.

En Cap Roig sacó a Toti Soler, que participó en ‘Geometría del rayo’. ¿Puede volver a ocurrir en el Sant Jordi?

Me encantaría, porque soy un gran admirador suyo, pero aquí eso es más difícil, porque he cambiado el repertorio, el espacio es más grande y he de ir al grano. Toti estuvo en Cap Roig y cuando vuelva a hacer un Palau de la Música, algo a lo que estoy dando vueltas, lo invitaré de nuevo y estaré encantado si acepta. Cuando vino a Cap Roig yo estaba nervioso: “Toti Soler va a estar tocando conmigo”.

¿Será un concierto más de éxitos, por tanto?

Además del disco nuevo interpretaré canciones que la gente pueda cantar: ‘Nunca el tiempo es perdido’, ‘Pájaros de barro’, ‘Todo es levedad’, ‘A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando’… Yo, contentísimo de conseguir que la gente cante, y yo, abrir el pecho, sacar pulmón y venga. Mi plan es comenzar a plantearme algún experimento completamente diferente.

¿Para más adelante?

Para más adelante, pero ya, sin dejar pasar demasiado tiempo. ¡Me estoy componiendo encima! Estoy trabajando en canciones nuevas, y con Montse Clausells queremos hacer un colectivo plástico. Quiero cambiar el formato y hacer algo que no haya hecho nunca. Le estoy dando vueltas.

¿Y volver al Palau de la Música, como insinuaba antes?

No lo sé, también me han ofrecido hacer el Liceu e igualmente me apetece mucho porque son sitios diseñados para la música. Pero los gitanos dicen que es gafe contar las cosas antes de tiempo, y como todavía no está ni acabado ni perfilado, me hace más ilusión contarlo cuando lo tenga bien claro.

En sus conciertos suele caer alguna canción de los tiempos de El Último de la Fila, como ‘Insurrección’, un material que provoca una combustión espontánea en el público.

Acostumbro a poner una o dos como máximo. Cuando llevo ya no sé cuántas horas de concierto y me piden ‘Insurrección’, pienso “queréis acabar conmigo” (ríe), pero es una canción fetiche y la hago. Anoche (por este miércoles) la canté con Ana Belén para el programa de Navidad de TVE. Un honor. Pero yo ya no soy El Último de la Fila, lo fui y me dio muchas alegrías, pero aquello ya está. Sería absurdo llamarse Manolo García y seguir tocando canciones de El Último. Sería una farsa, un timo.

No hace mucho hizo unas declaraciones muy críticas con la SGAE, y ahora se ha formado una plataforma, con artistas como Kiko Veneno, Jorge Martínez (Ilegales), Jota (Los Planetas), Sole Giménez y otros muchos, que amenaza con retirar su repertorio. ¿Está de acuerdo con sus posiciones?

Sí, me mandaron un mail y les he respondido que estoy con ellos, absolutamente. Lo más claro y honesto es que, como ellos plantean, haya un voto electrónico para que la presidencia de la SGAE se elija de una manera limpia y honrada. Yo no tengo nada que esconder, aunque quizá algunos dejen de ser amigos míos, pero lo que esta plataforma pide me parece razonable. Ya les dije que cuenten conmigo para cualquier reunión que tengan, o si hace falta un arbitraje con fines de clarificar, de hacer una sociedad de gestión honesta al 100%.

¿Hay dudas de que no lo sea? ¿Qué habría que clarificar?

Hombre, tengamos en cuenta la presunción de inocencia, claro, pero en el momento en que hay una acumulación de denuncias es que algo no funciona bien. Es importante que aclaren todo esto, y que la cúpula de la sociedad piense en todos los autores, no solo en unos pocos. En todos los ámbitos: seguros médicos, jubilaciones… La SGAE debe cubrir las espaldas a todos los autores. Y la madre de todos los temas, que son las redes: YouTube, Google… Los autores estamos sometidos al robo del ‘copyright’. No solo aquí, pero los alemanes o los ingleses salen a la calle y van a los tribunales. Lo que pasa aquí es pernicioso para todos los autores. Se nos está tomando el pelo y quien tiene que equilibrar esa lucha, montar barricadas y defender a capa y espada los derechos de todos es la Sociedad de Autores. Hay que ir a por todas, caiga quien caiga. Aquí parece que YouTube es Dios. Para mí son unos chorizos, ¡directamente! Más claro no puedo hablar. Ya ve que estoy haciendo amigos (ríe). Estoy hablando de temas muy prosaicos y se supone que soy un poeta… Pero la justicia es importante y los autores no son solo los 150 mayestáticos con su corona; no, no, somos cerca de 130.000, la mayoría de los cuales lo están pasando mal.

Es un poeta pero también un ciudadano con posiciones públicas sobre las cosas. Hace poco más de un año se mojó en la cuestión catalana pidiendo “escuchar la opinión del pueblo catalán”. ¿Cree que han mejorado las cosas desde entonces?

Creo que el señor Sánchez está haciendo una política exterior parece que magnífica, no para de viajar, pero me extraña que no se siente, no una hora, ni dos, sino durante tres meses con el señor Torra para arreglar el tema políticamente. Cuando alguien está en prisión hay que intentar minimizar el daño. Somos humanos, no podemos atacar al personal, hay que arreglarlo de manera urgente, y no parece que tengan mucha prisa. La población sigue sufriendo: la sanidad, las escuelas, el dinero que tiene que venir y no viene, los problemas energéticos… Ese trabajo hay que hacerlo urgentemente. La población es la que tiene prioridad. Lo político y lo social van juntos. Hay miles, millones de personas que están en el umbral de la pobreza.

En un tema tan delicado y polarizado como este, ¿es complicado para usted, un artista popular en toda España, tener una posición que pueda ser compartida o comprendida a la vez por el grueso de su público catalán y por el grueso de su público del resto del Estado?

No, yo no he tenido ningún problema, siempre digo lo mismo aquí y en Sevilla: que hay que escuchar a todo el mundo, que esto es una democracia y que la obligación del político es escuchar. No sirve de nada decir “tranquilos, que si no os daremos cuatro hostias que fliparéis”. Eso no sirve de nada. Si hay bastonazos le vamos quitando el sentido a la democracia. Habrá gente que dirá que no, que se lo merecen. Pues ya entramos en conflicto. Miremos a Gandhi, ¿no?