malentendido

La librería Maldà recupera algunos libros del 'pillaje del Planeta'

Asistentes a la gala del Premio Planeta ya han pasado este jueves por el establecimiento para devolver los ejemplares que se llevaron pensando que eran un regalo

Gemma Xifré, propietaria de la librería Maldà

Gemma Xifré, propietaria de la librería Maldà / FERRAN NADEU

Luis Benavides

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Sin preguntas y sin reproches. Quienes se llevaron bastantes de los libros que decoraban las mesas de la última gala del Premio Planeta pueden devolver los ejemplares en la librería Maldà, situada en el número 24 de la calle de Aribau, sin necesidad de dar ninguna explicación. La entrega no conlleva ningún tipo de penalización o sermón. Tampoco una mala cara por parte de la dependienta. "Si lo prefieren, también pueden enviar los libros por correo o mensajero", explica su propietaria, Gemma Xifré.

Algunos asistentes a la cena literaria celebrada el pasado lunes por la noche ya han pasado por la tienda con alguno de los 500 ejemplares que la Fundación Fupar alquiló a la librería Maldà para embellecer las mesas. “No diré cuántos han venido ni cuántos han dejado. Ante todo, máxima privacidad. ¿Disculparse? No, no hace falta. Nadie tiene la culpa. Todo ha sido un malentendido", asegura en un tono conciliador la discreta librera, apenada por el revuelo que suscitaron unos tuits en los que la fundación instaba a los asistentes a devolver los libros.

Homenaje a la literatura

La Fundación Fupar, dedicada a la formación e inclusión sociolaboral de personas adultas con diversidad funcional, lleva siete años trabajando con Planeta. "Sería una pena que tuvieran algún problema por esta anécdota", añade Xifré, quien ya ha recibido muchas cajas, llenas de libros, de la fundación. "Han llegado en perfecto estado, sin una sola portada arrugada. Volvería a trabajar con Fupar una y mil veces. Todo esto me sabe muy mal por ellos, porque montamos estos centros con mucho cariño, como un homenaje a la literatura", cuenta la librera.

La librera no quiere hablar del número de libros que faltan, y mucho menos del precio pactado por el alquiler de los libros. "He leído cosas que no son verdad. Como que eran incunables y obras maestras. Aquí tenemos libros muy variados, con precios que van de los tres a los 1.000 euros. Y los que enviamos eran anteriores a la década de 1940, con alguna cosa de finales del siglo XIX. Hay mucho desconocimiento sobre el libro antiguo. Esta categoría incluye desde un libro de escuela a un libro erótico, pasando por recetarios", puntualiza la librera.

No quiero darle más bola al tema -remacha Xifré-, aunque entiendo que pueda tener su morbo. Solo pido a la gente que pueda tener uno de esos libros que piense en el trabajo que hace esta fundación”. ¿Si no aparecen los libros, la fundación debería pagarlos? Xifré evita responder. La pelota está en el tejado de los asistentes a la gala que confundieron la decoración de la mesa con unos regalos. 

Alquiler de libros

El alquiler de libros es un servicio habitual. “Para obras de teatro, para películas, para anuncios… Siempre es mejor alquilar libros que comprarlos y luego no saber qué hacer con ellos”, cuenta la propietaria de Maldà, con una larga experiencia en el mundo del libro antiguo y curioso.

Maldà, una librería que acoge recitales de poesía y conciertos íntimos, recitales de poesía y conciertos íntimos antes era conocida como Llibreria Guivernau. “Cogí la librería hace tres años y le puse el nombre de mi pueblo, Maldà. Es el proyecto de mi vida”, cuenta ilusionada esta amante de las letras. “Bajé a Barcelona con 18 años para estudiar Humanidades y a los 22 años ya trabajaba en ferias de libros antiguos. El oficio, como la tasación de los libros que nos traen, se aprende cada día, leyendo mucho, investigando y, sobre todo, escuchando a los más veteranos”, añade la también miembro del Gremi de Llibreters de Vell de Catalunya.