CRÍTICA DE CINE

'Animales sin collar': Ibsen en Andalucía

El filme dibuja un paisaje reconocible y apegado a la realidad pero el resultado parecer suspendido en el espacio y el tiempo

Beatriz Martínez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Jota Linares debuta en la dirección trasladando Casa de muñecas , de Ibsen, a un cortijo andaluz para hablar de mujeres oprimidas, hipocresía moral y corrupción política. Animales sin collar dibuja un paisaje reconocible y apegado a la realidad, pero el resultado parece suspendido en el espacio y en el tiempo, como si el elemento etéreo ganara la partida a la tensión y la garra. Por eso, la película eleva su vuelo cuando la pulcritud formal y el pudor dan paso a las turbulencias internas, cuando el arrebato se impone a la corrección y los personajes dejan de ser solo figuritas de juguete para pasar a convertirse en seres de carne y hueso.