LA GRAN CITA DEL CINE FANTÁSTICO DE CATALUNYA

Ángel Sala: "El cine de género debe acabar con el puritanismo"

El director del Festival de Sitges charla con los cronistas de EL PERIÓDICO para hacer balance de la recién terminada 51ª edición y hablar sobre la salud del cine fantástico y los desafíos cara al futuro

De izquierda a derecha, Julián García, Ángel Sala y Juan Manuel Freire, en su charla de balance del Festival de Sitges

De izquierda a derecha, Julián García, Ángel Sala y Juan Manuel Freire, en su charla de balance del Festival de Sitges / periodico

Julián García - Juan Manuel Freire

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Un año más, EL PERIÓDICO cierra su cobertura del festival de Sitges charlando con el jefe de todo esto, Ángel Sala, para hacer balance de la edición, empezar a imaginar las siguientes y, de paso, tratar de sacar algunas conclusiones sobre el estado del cine fantástico en la actualidad. Más que un género, el 'fantastique' es una forma abierta, libre y desprejuiciada de entender el cine; esa es la tesis apoyada por Sitges, que, por otro lado, no ha dejado de apelar a los bajos instintos del fanático 'hardcore'.

Julián García: El palmarés de este año parece reunir todo el universo del cine, un espectro que va del cielo de 'Lazzaro feliz' al infierno de  cielo de 'Lazzaro feliz'infierno de 'Climax'

Ángel Sala: Esa es una de las intenciones del festival: reunir un poco las diferentes maneras de entender el fantástico, que son muchas hoy en día. Es un género tan grande, tan importante, que abarca tanto público… Un festival como el nuestro tiene la responsabilidad de mostrar la variedad de visiones. La decisión del jurado me parece muy acertada; ha hecho una recopilación muy buena de lo que ha sido la selección.

Juan Manuel Freire: Películas excelentes como 'Fuga' o 'Burning' son más drama de autor que fantástico. El eclecticismo de Sitges es cada vez mayor. ¿Qué sería lo que no cabe en este festival?

Á. S.: Lo que no cabe en Sitges es una película excesivamente convencional. Podemos tener un drama si está tratado de forma innovadora. La inclusión en el programa de algo como 'Fuga' ha sido muy polémica, incluso en el mismo seno del comité de selección. Pero yo la he defendido a capa y espada.

J. M. F.: Desde luego, es de lo mejor que se ha proyectado.

Á. S.: Me gusta mucho esta directora polaca, Agnieszka Smoczynska. Me parece uno de los grandes talentos del futuro. Ya me gustó mucho 'The lure', que era muy diferente, pero estaba muy bien. Que 'Fuga' esté en el palmarés es importante. Quizá, bueno, como Méliès de Plata es un poco excesivo, pero hay interpretaciones del fantástico que van en esta línea. Volviendo a la pregunta, lo que no cabe en Sitges es un cine convencional, primario, que desgraciadamente se ve mucho en salas y en otros festivales.

J. G.: ¿No tiene la impresión de que, a nivel de calidad de las películas, ha sido una de las mejores ediciones, si no la mejor, de los últimos tiempos?

Á. S.: Yo siempre he sentido que era una edición muy buena. La calidad de las propuestas era muy alta. Pero eso no lo ves claro hasta que lo refrendas con el público, con la crítica. A veces, películas muy alabadas en Sundance o Cannes llegan aquí y no causan la misma impresión. O al revés, películas vapuleadas en estos grandes festivales aquí sí que tienen un protagonismo. Ha pasado con 'Under the Silver Lake', que aquí ha entrado muy bien. O con 'La casa de Jack', de Lars von Trier, quizás mejor recibida aquí que en Cannes. Probablemente haya sido una de nuestras mejores ediciones, sobre todo en la sección oficial.

J. G.: A mí me ha emocionado especialmente que el jurado Carnet Jove haya premiado una película alejada de los estándares del género como 'Lazzaro felice'.

Á. S.: Es una estupenda película. Puede que sus referencias sean de un cine italiano muy clásico, que igual no suena mucho a la gente joven… Pero esta gente está estudiando cine o periodismo, en muchos casos, y se preocupa por la historia del cine y este tipo de propuestas. A mí me enamoró en Cannes y tenía muy claro que iba a funcionar. El premio Carnet Jove puede ser una sorpresa, teniendo en cuenta que había propuestas descaradamente jóvenes y juveniles, pero no deja de ser una buena noticia, que la gente elija 'Lazzaro feliz'.

J. M. F.: Últimamente parece que se juzga a las películas menos por sus valores artísticos que por sus valores morales. Parece difícil crear algo sin que se ofenda alguien. ¿Sentís que eso está afectando al cine de género y a la clase de imágenes que se presentan?

Á. S.: Yo espero que no. Debe ser el cine de género el que acabe con esta inquisición puritana que estamos viviendo. Ya no solo a nivel de contenido, también a nivel de forma: todo lo que se sale de un canon establecido es criticable, vapuleable por todo el mundo… El fantástico ha sido siempre un género progresista, abierto a las innovaciones, abierto a todo tipo de argumentos. Lo demostró en los 20, los 50 y los 70, los 80. Espero que no se vuelva conservador ni puritano. Sería un grave error. Muchas películas que han dejado huella en los últimos tiempos destacaban por esa valentía, por aproximarse de forma radical a contenidos, conceptos e ideas visuales. Es el ejemplo de 'madre!', de Aronofsky, que no ha sido un éxito de taquilla, pero está en la mente de la gente y se sigue hablando de ella un año después de su estreno. O 'La cura del bienestar', de Verbinski. O películas que no se han llegado ni a estrenar comercialmente, como 'Under the skin', tremendamente radical e innovadora. O algunas que pasan por plataformas como 'Aniquilación', de Alex Garland, que ha sido uno de los títulos más comentados este año en redes sociales y muchos foros.

"Las películas de Netflix están ahí y también es cine. Posiblemente las formas convencionales de distribución y exhibición han acabado"

J. M. F.: Netflix está cada vez más presente en el festival. El público, además, aplaude el logo. ¿Será posible una armonía entre la exhibición tradicional y el 'streaming'?

Á. S.: Debe de ser así. Yo soy muy partidario de la aparición de Netflix y otras plataformas similares, de contenidos innovadores para 'home video'. Es la herencia mejorada del 'home video' clásico. Muchos seguimos coleccionando DVDs y Blu-rays, pero es un posicionamiento que ha permitido a mucha gente ponerse más en contacto con el cine. Y además están llevando una política de producción y programación muy valiente y muy arriesgada. No se están moviendo por criteros convencionales. Veo en Netflix, HBO, Movistar y Filmin, series y películas radicales e innovadoras.

J. M. F.: 'El apóstol', sin ir más lejos, es una brutalidad, y que esté al alcance de todo el mundo...

Á. S.. Sí, sí... Y no es una película de terror convencional.  Además es algo bueno porque... ¿quién habría producido o distribuido en cines 'El apóstol'? Muchas películas se han quedado en el camino. Hemos hablado de 'Under the skin'. Nadie la estrenó, nadie la compró para ser distribuida en España. Si no tuviéramos Netflix, no tendríamos la posibilidad de ver esas películas en unas buenas condiciones, en versiones originales subituladas, en un nivel de alta definición contundente. Y esto se tiene de equilibrar con la distribución convencional. Estamos en un mundo nuevo. Gente como Guillermo del Toro te dice que todo esto es una buena noticia, y no creo que haya nadie que ame más el cine que Del Toro. O Scorsese, que ha hecho su última película para Netflix.

J. M. F.: O Cuarón...

Á. S.: O Cuarón, en efecto, que también es un amante del cine tradicional, clásico, en salas, y cuya última película, 'Roma', ha sido producida por Netflix. Hay que reflexionar mucho sobre el tema, y no tirar de tuits u opiniones irreflexivas. Esas producciones están ahí y también son cine, distribuido y producido de otra manera. Posiblemente, las formas convencionales de distribución y exhibición han acabado.

J. M. F.: ¿Cómo ha sido la experiencia del Serial Sitges? Poder ver en pantalla grande el primer capítulo de una serie como 'Las escalofriantes aventuras de Sabrina'

Á. S.: Yo estoy muy contento por la presencia de estas series en Sitges, en pantalla grande. Pero creo que deberían poder verse de otra manera. He hablado con Netflix sobre la necesidad de pensar formas nuevas de presentar  las series en festivales. Es una asignatura pendiente. Quizá se podrían presentar a concurso en una sección oficial. Yo estoy viendo series magníficas, episodios que superan cualquier ficción cinematográfica. No volveré al famoso capítulo ocho de 'Twin Peaks', pero el 'finale' de la tercera temporada de 'The leftovers' o algún episodio de transición de la segunda temporada de 'Westworld' han sido extraordinarios a nivel de narrativa y dirección.

J. G.: La experiencia, en cambio, de los 'youtubers' parece que no ha sido demasiado estimulante, sobre todo después de la controvertida proyección de 'Bocadillo' de Wismichu

Á. S.: El balance para mí es positivo. La presencia de El Rubius con 'Virtual hero' fue muy positiva, funcionó muy bien, nos abrió a un público que no teníamos. Y lo de Wismichu ha provocado una reacción que nosotros no entraremos a valorar. Ya he dicho por activa y por pasiva que me disculpo por si alguien se ha sentido molesto o perjudicado; el problema ha sido, en una especie de 'loop', de metalenguaje, la reacción absolutamente descontrolada de ciertas personas que utilizan las redes sociales como arma arrojadiza y que destruyen el valor positivo que mucha gente proporciona a las redes; gente que lo hace muy bien y opina de forma serie sobre eventos, películas, festivales. Pero luego están todos esos personajes que secuestran la libertad de expresión para atacar lo que, precisamente, le da valor: el debate, el respeto a los demás. El problema con Wismichu no fue la presentación en sí, que puede ser criticable o no, que te puede gustar o no. El problema fue la reacción de ciertas personas en redes, en una actitud absolutamente deleznable.

"El cine de terror arrasa en taquilla y mucho talento joven quiere hacer género, por eso no se entiende que en España y Catalunya se apueste por él con cuentagotas"

Ángel Sala

J. G.: Este año no había a concurso ninguna película catalana y española. ¿No había nada? ¿Tan difícil es la situación de la industria local?

Á. S.: Si hubiese habido alguna película catalana la habríamos puesto en un punto muy imporante de la programación. Yo creo que se debería apostar más por el género. En un momento en el que hay una apuesta internacional por el fantástico, que el cine de terror arrasa en taquilla y que mucho talento joven quiere hacer género, no se entiende que en España y Catalunya se apueste por él con cuentagotas. Quizá se está apostando por cosas que funcionan de forma muy rápida y olvidable. Porque... ¿quién se acuerda de muchas películas españolas de gran éxito del útimo año? Y no diré títulos para no enfadar a nadie. El 'thriller', en cambio, vive un buen momento. Se le está apoyando muy bien. Aquí hemos visto '70 binladens' y 'La sombra de la ley', y fuera se ha visto 'El reino', que se puede considerar un 'thriller'. Pero, ciertamente, el panorama del fantástico es complicado. Habría que volver a calibrar lo que se está transmitiendo a la gente que estudia cine. 

J. M. F.: Otras cinematografías como la de Hong Kong o Francia también parecen ir a la baja. ¿Cuáles son, en su opinión, las potencias de cine de género a tener en cuenta ahora mismo?

Á. S.: El cine iberoamericano es el nuevo escalon para el genero. Asia está en un momento de estabilidad; creo que se ha dormido un poco en los laureles. El cine coreano sigue haciendo películas extraordinarias, muy bien hechas, pero falta que salga ese nuevo genio como en su día salieron los Park Chan-wook o los Bong Joon-ho. Sí que es muy interesante, en cambio, el panorama iberoamericano, donde realmente hay mucha valentía. Hemos visto en Sitges películas estupendas, no solo 'Muere, monstruo muere', sino también 'El ángel', en el territorio del 'thriller', o 'Aterrados', en el territorio del género, muy independiente, muy divertido.

J. G.; El festival lleva cinco años creciendo sin descanso. ¿Cómo puede crecer físicamente? Porque parece difícil mantenerlo todo igual creciendo un 4% cada año...

Á. S.: En efecto, sigue creciendo. He mantenido conversaciones para buscar medios que canalicen ese crecimiento. No podemos parar, pero lo debemos canalizar porque es tan peligroso no crecer o descender que crecer demasiado. Hay que intentar que, si los ríos amenazan con desbordarse, se cuiden los cauces para que agua fluya. Es bueno que haya agua, pero que no se desoborde.

J. G.: Pero con lo que hay ahora... es difícil crecer.

Á. S.: Sï, es difícil crecer. Estamos buscando soluciones. No sé si cuándo se podrán activar, ni tampoco si se podrán hacer. Pero la voluntad de crecer existe, y existe a niveles muy altos.