crónica

Lirismo en el Auditori

La Orquestra Da Camera entusiasma en la inauguración de la temporada camerística

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Manel Cereijo

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La temporada de cámara del Auditori se inauguró el miércoles con un programa comprometedor y de inmejorable nivel. No era para menos, puesto que se contó con la Orquestra Da Camera, integrada por primeras espadas de grupos como los cuartetos Quiroga (Premio Nacional de Música 2018), Casal, Dalia, Elias o Cosmos y el Trío VibrArt, sin olvidar a miembros de la Mahler Chamber Orchestra o la Deutsche Symphonie. El conjunto, fundado en el 2013, ya posee un feliz recorrido y un amplio reconocimiento por su labor, aspectos al que en esta ocasión se sumaba la violinista Antje Weithaas al frente del conjunto, atenta y demandante durante todo el concierto.

Emergieron primero las inconfundibles armonías de Richard Strauss y su 'Metamorphosen', obra tardía del genio alemán que nació durante el desasosiego final de la II Guerra Mundial y el brutal bombardeo del Teatro de la Ópera de Múnich que sumió al compositor en una profunda depresión; en ella se cristalizó toda la paleta straussiana, repleta de melancolía y desesperación, aquí con la dificultad añadida que significó optar por la reducción de Rudolf Leopold adaptada para septeto de cuerda, que deja más a la intemperie el complicado engranaje melódico y en la que se evidenció algún desajuste en la afinación.

Interesantísima la versión que se interpretó de las 'Variaciones sobre un tema de Frank Bridge', de Britten, ahora con toda la plantilla al servicio de las múltiples atmósferas que brinda la obra y del personal universo britteniano; dedicada por el autor británico a quien fuera su maestro, la pieza conjuga diversos estados de ánimo, desde el trepidante al humorístico, pasando por el encantador o el ingenioso, todos expuestos por la Orquestra Da Camera cargados de dinámicas y matices, con un sonido cohesionado y descriptivo -de la cuerda grave a la aguda-, manteniendo al público pendiente durante todo el desarrollo.

Finalizó el concierto la popular 'Serenata para orquesta de cuerda en Do mayor' de Chaikovsky, obra de referencia para conjuntos de cuerda y de dificilísima ejecución; es sin duda una de las páginas más bellas escritas por el compositor ruso, evocadora, profundamente romántica, coral, señorial y ardiente a la vez, a la que la Orquesta Da Camera impregnó de fuertes dosis de lirismo. Se pudo escuchar un sonido densísimo y punzante en el primer movimiento -muy marcado con sus dobles cuerdas- y una sinuosa elegancia en el vals del segundo. Una ejecución redonda que sedujo al entregado público que llenó la sala.