Alejandro Fadel: "El cine latino se ahogó en las pequeñas historias"

Tras pasar por Noves Visions en el 2012 con 'Los salvajes', el director argentino compite este año en sección oficial con 'Muere monstruo, muere', una película a la vez de ideas y de monstruo.

¿Cómo empezó a tomar forma el proyecto?

Mi forma de trabajar no parte, generalmente, del proceso convencional de buscar una historia y ponerla en imágenes. En mi caso, la historia termina siendo la excusa para ir a filmar lo que tengo ganas de filmar. Aquí quería trabajar con ciertos modos de habla de la Provincia de Mendoza. Filmar ciertos paisajes y cierto tipo de personajes.

¿En qué momento aparece el monstruo?

En mi primera visión casi documental del filme ya aparecía un elemento fantástico: un personaje que iba transmutando, algo bastante conceptual. También tenía la idea de una historia de amor, y poco a poco, la ficción fue tomando más peso. Había dos hombres que amaban a la misma mujer. Esa mujer desaparecía. Y entonces aparecía un vacío y ese elemento sobrenatural.

¿Facilita la financiación contar con un elemento fantástico?

No es el tipo de película que uno pueda vender como directamente de género. Es más una mezcla de cine de autor y cine de género. Estoy agradecido al festival por haber traído una película tan difícil de realizar. Argentina tiene una situación muy inestable, lo que está haciendo difícil cerrar la economía de la película. Ni siquiera tenemos distribución todavía. Allí la exhibición se basa en contar con actores conocidos por trabajos previos.

De sus tres actores principales, solo Esteban Bigliardi tiene una larga carrera en pantalla. Víctor López y Tania Casciani son rostros nuevos y únicos.

Para mí el proceso de casting es como el de escritura: largo y azaroso. Puedo contar con actores, no actores, profesionales, no profesionales… En general la idea de profesionalismo me asusta un poco. Yo intento trabajar con otro material y otro tipo de acercamiento a la construcción de un personaje; es como una mezcla del personaje que yo imaginé con la persona que lo interpreta. Ellos tres son actores, pero para Víctor y Tania fue casi la primera experiencia delante de una cámara.

Los personajes de Bigliardi y López parecen representar los dos modos entre los que bascula la película, uno más filosófico y otro más físico, respectivamente.

Los dos personajes intentan trabajar ese equilibrio. Compensan dos búsquedas de la película: transmitir ciertas ideas y ser, a la vez, una experiencia sensorial, algo que te pase un poco por el cuerpo.

"Puedo contar con actores, no actores, profesionales, no profesionales... En general la idea de profesionalismo me asusta un poco"

Es curioso que, en el espacio de dos años, hayan llegado de Latinoamérica dos películas de monstruos tentaculares con importante contexto social: 'La región salvaje' de Amat Escalante y la suya. ¿Cómo lo explica?

Se explica en que los dos vimos 'Posesión' de Zulawski (risas)… Y se nota un poco. El cine latinoamericano se ahogó en cierto minimalismo, cierto realismo de las pequeñas historias, el retrato humanista… Por suerte están saliendo películas que intentan abrir un poco el juego de lo que es el cine latinoamericano. Por eso a veces desconciertan un poco.

Ha trabajado mucho como guionista, en particular para películas de Pablo Trapero. Pero al parecer quiere dejarlo. ¿Le frustra no tener el control final de lo que escribe?

No, no me sucede. En ese caso no tengo apego por lo que escribo. Siempre supe que era director. Si trabajé muchos años como guionista, fue para ganarme la vida y también para aprender a hacer cine. Pero la película es del director. No descarto volver a hacerlo, si se trata de un autor al que admiro y del que sienta que puedo aprender.