NUEVA NOVELA

Crepuscular Kureishi

El escritor inglés publica 'Nada de nada', reflejo del agotamiento de los ideales de los 60

Hanif Kureishi, en el patio del CCCB, este miércoles.

Hanif Kureishi, en el patio del CCCB, este miércoles. / periodico

Elena Hevia

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No hay misericordia en la última novela de Hanif Kureishi, ‘Nada de nada’ / ‘Res de res’ (Anagrama). Eso no es una novedad, un Kureishi amable sería como un café descafeinado y aguado. No hay nada que temer: esta ficción grotesca y tremenda tiene algo de vodevil monstruoso. Va de un ególatra e impotente director de cine al que los años han relegado a una silla de ruedas mientras es testigo, de nuevo impotente, de cómo su joven mujer le da el salto con uno de sus amigos en la habitación de al lado de su mansión londinense. Espíritus sensibles abstenerse.

Y sin embargo, algo ha cambiado. La trayectoria literaria de este británico hijo de pakistaní e inglesa podría muy bien relatarse a partir de su tratamiento del sexo, casi un monotema en sus novelas. Así, fue rebelde y desprejuiciado en las primeras (especialmente en ‘Mi hermosa lavandería’), intenso y torturado en ‘Intimidad’ (relato poco escondido de su crisis matrimonial con mucha gimnasia erótica explícita) y con una preocupante obsesión por airear la decadencia sexual de sus crepusculares personajes en las últimos trabajos.

Misterios de la libido

A Kureishi, hay que decirlo, se le ve bien a sus 64 años y las noticias de sus aventuras sentimentales, que los tabloides siguen con fruición, le señalan en plena forma. Pero en sus obras no hacen más que aparecer andropaúsicos en horas bajas. “Freud decía que la libido es algo que no muere nunca. Lo que es una suerte, porque eso es lo que hace que te levantes por la mañana y te obliga a moverte. De otro modo, estaríamos todos viviendo en el cuerpo de Donald Trump”, sostiene. 

Así que, con una madre de 92 años más o menos activa y la confesión de algunos agujeros en la memoria -ese olvido habitual de los nombres-, Kureishi toma conciencia de la pérdida: “Con la edad acabas perdiéndolo todo, tanto si eres un multimillonario como si eres pobre. Hacerse mayor es una suma de pérdidas que pueden ser muy duras pero también puedes aprender a disfrutar. Yo estoy en ese momento en que la bolsa que previamente he llenado empieza a vaciarse”.

La expresión de pocos amigos típicamente kureishiana también ayuda a mantener el encanto hosco del personaje. Contesta con fría cortesía a todo lo que se le pregunta pero mantiene el rabillo del ojo en el reloj para no regalar ni un minuto más en sus respuestas: “Mi protagonista es un hombre de los años 60 y un símbolo del agotamiento de los ideales de aquella época tal y como la conocimos. Claro que hemos avanzado bastante en la lucha de los derechos de los gais, las mujeres y la igualdad racial pero aún hay camino por andar. De ahí que haya aparecido el Me Too, clave en Occidente y en el mundo musulmán”. El autor piensa en sus tres hijos y en las pocas posibilidades de futuro que vislumbra para ellos.

El 'brexit' en lontananza

No es que fuera muy optimista en los años 80, cuando retrató la convulsa era thatcheriana pero ahora parece haber cerrado algo más la puerta a los retratos sociales: “Hoy es muy difícil escribir sobre la sociedad británica porque se encuentra en un absoluto caos que además cambia de forma muy rápidamente como para poder hacer de ella una foto fija. A mí me gusta tratar las cuestiones políticas de una forma más lateral, contarlo desde la perspectiva del personaje”. Asume que la emigración, que tanta importancia ha tenido en su obra y en su vida, son es la piedra de toque de la política británica. “Está claro que con el 'brexit', los emigrantes y muy especialmente los musulmanes han sido mostrados como una especie de zombis peligrosos por la extrema derecha. Esto está en los discursos de Marine Le Pen, en los gobiernos húngaro y sueco. Además muy probablemente Theresa May va adoptar un discurso más radical para hacerse con los votos que de otro modo irían a parar a la extrema derecha”. Y añade una reflexión que da mucho que pensar y es el hecho de que el joven blanco rebelde que protagonizaba junto a su amante pakistaní 'Mi hermosa lavandería' hoy bien podría ser una de esas personas que han visto desaparecer el Estado del bienestar y ha decidido votar a favor del 'brexit'. “Todo da mucho miedo”, masculla.

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